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Desilusión, impotencia, rabia, hartazgo sienten millones de mexicanos al percibir una clase política tan descompuesta. Lo escenificado en el Senado por algunos, durante la votación favorable a la militarización del país, pudiera ser cómica pero es trágica. Las confrontaciones bajaron a un nivel no visto en mujeres. La mayoría del partido en el poder eran una jauría lastimera. Se desgarran en protección a sus intereses. Denominado como una secta, los de MORENA no tienen límites en su burdo protagonismo. Personajes oscuros con colas muy largas, que se han favorecido con el erario.
Lamentable espectáculo de carpa de cuarta. En vez de defender los intereses de la Nación lo hacen en favor del tlatoani. A ellos la historia los juzgará severamente y tal vez la justicia les llegue con el encierro. Saben bien en manos de quienes pusieron la seguridad del pueblo. Que el ejército tiene historias sangrientas de las cuales han sido responsables. Cuando lleguen a las puertas de los ciudadanos y no toquen sino las derrumben se arrepentirán. En el momento que saqueen, golpeen, intimiden a los habitantes con la fuerza de las armas temblaran. No habrá quien les auxilie pues en esta administración la ley y la justicia no tiene relevancia. Se terminaron los derechos ciudadanos. El máximo poder ya no está en la presidencia sino en la Defensa Nacional. Con hombres armados amaestrados para matar. Eso son los soldados que no distinguen porque carecen de valores.