La madre naturaleza se sacude con fuerza. Terremotos, huracanes, tormentas y posibles tsunamis. Una última oportunidad, al parecer, para que la humanidad reflexione sobre el daño que han causado al Medio Ambiente. No se trata de reuniones internacionales, que poco avanzan en el tema, sino la exigencia de más respeto al planeta que habitamos. No cesan los agravios y afán destructivo del hombre en contra de ella. El mensaje es claro: ante su fuerza, los seres humanos quedan en inanición. Una enseñanza milenaria al parecer no asimilada. La prevención es lo único plausible. El daño está hecho y hay que avocarse a exigir de las autoridades correspondientes- secretaria del Medio Ambiente- castigos más severos, en contra de quienes la afrentan través de la deforestación y el ecocidio. Volvámonos vigilantes y protectores. Es educación que debe partir del interior de los hogares y reafirmarlo en los planteles educativos. Los miles de millones de pesos, que se necesitan para la reconstrucción de los terremotos, es dinero que serviría para combatir necesidades elementales de la nación como la delincuencia y la pobreza. *** Hay culpables externos como las constructoras, que por corrupción edifican con materiales de baja calidad. Esto ha sido una de las causas principales de los desmoronamientos, ya que hay construcciones de los 50 que son muy firmes. Erigir en áreas verdes acuosas, es otro motivo. Fincar edificios con más pisos de lo que las bases puede soportar, es otro causante. Las constructoras son responsables y deben responder. Políticos metidos al negocio de la construcción, sin tener la mínima idea al respecto. En ese afán de no gastar, meten material demasiado barato y cobran como si fuera de primera calidad. Regir la construcción. Regular y fincar responsabilidades, es el siguiente paso. *** En la capital del estado de Veracruz, es alarmante la situación. Con la protección y contubernio de las autoridades del Ayuntamiento, se permite el cambio del uso del suelo para beneficio de los Fernández- Chedraui- entre otros- quienes han arrasado con cientos de hectáreas de vegetación. Continúan edificando fraccionamientos a diestra y siniestra, cuando el mercado está más que relejado: no hay dinero. Causa sospechosísimo, porque muchos están emigrando al extranjero o a otros estados, por la gran violencia que se sufre. Importantes áreas verdes como la Reserva Territorial y La Esponja, se ven amenazadas por constructoras como Ara que quiere construir cientos de casas, en donde ni siquiera se tiene los servicios básicos. Dante Delgado vendió La Esponja, cuando fue gobernador. La Asociación de Vecinos Unidos- 11 fraccionamientos- señalan a Ramón Hernández Salas, titular de desarrollo urbano, de ser el ejecutor del cambio del suelo de áreas verdes, que permite la edificación con una mordida del 30 por ciento del costo de la obra. El tema ha sido enlatado, pero hoy es relevante por los daños ocasionados en contra de millones de mexicanos. *** El funcionario (Hernández Salas) es el mismo que permite, que las gasolineras “Ferche”- ¿adivinen quiénes son los dueños?- se instalen primero y después averiguan si los espacios eran los adecuados. Ese caciquismo empresarial ha hecho más daño, que dar beneficios reales porque además pagan salarios miserables. *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
LA MADRE
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