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En Veracruz todos los maleantes, se dicen enfermos. Con un cinismo abrupto, argumentan males inexistentes para que les otorguen arraigo domiciliario. La cabeza de la banda, en su viaje de pastas para todo, se puso en huelga de hambre, en defensa de sus cómplices presos. Hay que ponerlo hacer algunas manualidades mínimo. Duarte necesita trabajar, para ocupar la mente. Que vuelva a lavar escusados y tenga contacto con sus orígenes: la mierda. Tal vez así deje de gastar millonadas de pesos, que seguramente le cobra Ciro Gómez Leyva para leer sus cartitas en su programa. Es dinero de los veracruzanos y lo sigue tirando.