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Regresamos a Veracruz y con gran pena nos encontramos con un estado fallido y en llamas. Anarquía, imprudencias, ineficacia de un gobierno que se extingue. Una administración, que pierde la oportunidad de repetir en color azul. La efervescencia es abrumadora y la crítica tiene réplica, en todos los medios de comunicación locales. El fracaso panista -perredista, es contundente. Los primeros no saben gobernar y los segundos son solo comparsa, por cierto muy mala. Omisiones tétricas, que cada día arrojan muertos más allá de lo comprensible. Decepción absoluta, ante la indolencia del PAN nacional. Pues que con su PAN, se lo traguen!