En el medio político, como en la vida, todo lo que se hace siempre tiene consecuencias. Las que en algunos casos puede no sean graves, pero en otros sí. Lo que permite que haya soluciones fáciles, pero también algunas no tanto y en determinados casos, no las haya.
En el tema que se aborda en este espacio, que es el político, generalmente comentamos las consecuencias de los actos efectuados por los diferentes personajes que se mueven dentro de este ámbito, que lamentablemente en la mayoría de los casos resultan bastantes negativas y lo peor, que afectan el desarrollo de esta actividad que generalmente hace funcionar los tres niveles de gobierno en este país.
Hace ya 24 meses que ganó la elección para ocupar la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, un ex priista y ex perredista, siendo candidato en esa ocasión del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), organización política creada por él. Elección que fue organizada, supervisada y sancionada por el Instituto Nacional Electoral (INE), institución autónoma del Gobierno de México, que le reconoció su triunfo sin regateo alguno, lo que ha sucedido hasta la fecha.
Pero 5 meses después, a partir del 1 de diciembre del año 2018 iniciara la transmisión en todo el país, de lunes a viernes a partir de las 7 de la mañana, desde el Palacio Nacional, una conferencia de prensa encabezada por el ya desde esa fecha Presidente de México. Para aproximadamente 6 meses después, el 1 de julio del año 2019, en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México (CDMX), se conmemorara el primer aniversario del triunfo en las urnas del candidato de Morena. Actos no oficiales, pues no los manda efectuar reglamentación alguna, pero que se continúan efectuando, lo que tampoco es violatorio de legislación alguna, por el momento.
Actos en un principio, principalmente la conferencia de prensa, se esperaba como algo muy importante e interesante, además de novedoso, que por obvias razones proporcionaría muchas ventajas en su imagen al mandatario mexicano. Y que por tanto en su momento fue muy cuestionada no solamente por sus opositores políticos, sino también por diferentes sectores de la sociedad mexicana. Pero que lamentablemente con el paso del tiempo por su mal manejo, desde su estructuración y organización, de parte de la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República, ha ido perdiendo credibilidad y lo peor, ha hecho decrecer la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador, ante el extenso público que todas las mañanas tiene a nivel nacional.
Errores no de producción televisiva, errores de estrategia en el manejo de la información y de los “reporteros” que casi a diario asisten a la conferencia. En otras palabras errores en el manejo político de la ahora llamada “mañanera”, que a ese nivel de trabajo no es posible que se den. No se deben dar. En esos niveles políticos del manejo de la información, no se puede estar aprendiendo, no se puede estar improvisando, se tiene que tener experiencia, pues lo que hay en juego es mucho. En el caso que nos ocupa en la imagen del Presidente de México. Y debido a estos errores, en parte se debe la baja en su aprobación entre la población, la que ha ido en sentido negativo durante los últimos 6 meses aproximadamente. Esta es una razón por la que este ejercicio de comunicación debe de desaparecer a la brevedad, el desgaste que tiene a diario López Obrador es alto.
En cuanto al acto para conmemorar el 2 año de haber triunfado en las urnas, tampoco debe haber dejado muchos buenos puntos al Ejecutivo Federal, pues se da, entre una situación no solamente de descontrol por parte de las autoridades federales de la pandemia por el Covid-19, sino de una fuerte recesión económica que tiene como consecuencia un alto índice de desempleo y una inseguridad a nivel nacional muy grave. Que comparado con lo que dijo en su discurso Andrés Manuel López Obrador, simplemente las cosas no concuerdan, independientemente de todo lo que se omitió. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el lunes. noti-sigloxxi@hotmail.com (Fech. Púb. Vier. 3-julio-20)
Mañaneras e informe ¿necesarios?
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