TRUMP: ARANCELES A PELÍCULAS MEXICANAS
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sorprendió al mundo del entretenimiento al anunciar que impondrá un arancel del 100% a cualquier película producida en el extranjero que se distribuya en Estados Unidos. Trump comparó la situación con “robarle un dulce a un bebé” y acusó a otros países de haber “robado” el negocio cinematográfico estadounidense. Además, criticó al gobernador de California, Gavin Newsom, por ser “débil” en la defensa de la producción local en Hollywood. Esta medida forma parte de una serie de anuncios matutinos en los que también mencionó aranceles a muebles importados, mostrando su enfoque proteccionista.
La idea no es nueva; Trump ya había amenazado con algo similar durante su campaña electoral, pero ahora la presenta como una acción inmediata. Según el anuncio, el arancel aplicaría a “cualquier y todas las películas hechas fuera de Estados Unidos”, lo que afectaría no solo a producciones europeas o asiáticas, sino también a coproducciones internacionales que muchas veces graban en locaciones extranjeras para reducir costos. Analistas estiman que esto podría elevar los precios de las entradas en cines y plataformas de streaming, ya que empresas como Netflix dependen de contenidos globales para atraer audiencias diversas.
En la industria del cine, las reacciones son de preocupación. La Motion Picture Association, que representa a los grandes estudios de Hollywood, advirtió que esta política podría dañar la taquilla global, donde las películas estadounidenses generan hasta el 50% de sus ingresos por ventas internacionales. “Esto no solo encarecería el acceso a cine extranjero, sino que provocaría represalias de otros países, afectando las exportaciones de Hollywood”, explicaron en un comunicado. Además, se cuestiona cómo se aplicaría el arancel a un producto intangible como una película: ¿se gravaría en la distribución digital, en las salas de cine o en las licencias? Expertos señalan que podría complicar presupuestos de las mega producciones que se filman en Canadá, Reino Unido o Nueva Zelanda para ahorrar en incentivos fiscales.
En redes sociales, el tema explotó rápidamente con hashtags como #TrumpTariff y #HollywoodUnderAttack trending en Estados Unidos. Usuarios divididos compartieron opiniones: algunos apoyan la medida como una forma de “resucitar” empleos en California y traer de vuelta la producción a suelo estadounidense, mientras otros la ven como un disparate que limitaría la diversidad cultural y afectaría a fans de películas independientes o extranjeras.
Este anuncio llega en un momento de tensiones comerciales renovadas, similar a los aranceles previos de Trump en acero y automóviles durante su primer mandato. Aunque no se especificó una fecha exacta de implementación, se espera que pase por el Congreso, lo que abre la puerta a negociaciones o retrasos. Críticos argumentan que, en lugar de proteger, podría aislar a la industria estadounidense en un mercado global donde las exportaciones de cine generan miles de millones de dólares al año. Mientras tanto, defensores como Trump insisten en que es necesario para “reclamar” lo que se ha perdido. La discusión sigue abierta, y el futuro del cine en Estados Unidos podría cambiar con esta controvertida política.