Pese a marchas de protesta, no hay signos de que quieran corregir el camino

Movido fin de semana será este, a nivel nacional y en el estado. En todo el país, por las marchas de la Generación Z y del Movimiento del Sombrero, y en el estado por la entrega al Congreso del primer informe de la gobernadora Rocío Nahle, que anticipa el cumplimiento del primer año en el poder de la primera mujer que gobierna Veracruz. Todo será el sábado.

 

Las movilizaciones se traducirán en un grito de protesta contra el gobierno de Morena, de Claudia Sheinbaum, ante la violencia e inseguridad que golpea a los mexicanos, en los estados por la misma causa más por la ineficacia e ineptitud de gobernadoras y gobernadores para enfrentar y resolver los problemas de sus estados, y Veracruz no es la excepción.

 

En mi caso, hace 55 años que soy parte de la vida pública del país desde mi posición de periodista y nunca, que recuerde, vi a gobiernos entrantes, en su primer año, vivir tantas crisis que llevaron al pueblo a tomar las calles en protesta por el abuso de los hombres y mujeres en el poder, por la escandalosa corrupción oficial a ojos vista (y cuidado que el PRI tuvo lo suyo), por la colusión del gobierno con la delincuencia, por el ejercicio del gobierno con base en caprichos y ocurrencias, por el atropello a las instituciones, por el control total de los tres Poderes del Estado, ya sin autonomía el Legislativo y el Judicial, por el manto de impunidad del actual gobierno con el que le antecedió, por la grosera intromisión en la conducción del país de un expresidente como López Obrador, y por un largo etcétera que ha colmado a los mexicanos.

 

Desde el poder debieran hacer un alto y reflexionar en que cuando el país se pone en movimiento, ahora los jóvenes incluidos, es porque no han hecho bien las cosas, pero no se ven signos de que quieran hacerlo y menos corregir el camino. Gobierna una élite, en el plano nacional y en el plano estatal, con una visión alejada totalmente de la realidad del pueblo que gobiernan y lo peor es que no quieren escuchar ni ver, se muestran enceguecidos por el poder si no es que están ebrios de poder y su incongruencia con lo que dicen y con lo que hacen es ofensiva y de burla para el pueblo.

 

En la Anáhuac, hijas e hijos de los “austeros” papis de Morena

 

La tarde-noche de este jueves asistí invitado a un acto de reconocimiento de la Universidad Anáhuac campus Xalapa a sus alumnos con mejor aprovechamiento y me sorprendió saber y ver que ahí están las hijas y los hijos de los actuales funcionarios de Morena, en la universidad más cara de Xalapa y una de las más caras del estado y del país, una brutal muestra de su hipocresía cuando pregonan austeridad, no apoyan a estudiantes de clase media y baja quienes no tienen otra más que inscribirse en la UPAV, a cuyos maestros no quieren pagar y están por desaparecerla, y cuando también tienen a medias sus tan cacareadas Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, para las comunidades vulnerables con rezago social.

 

Cómo no van a estar inconformes miles de jóvenes que se dan cuenta de la realidad y que con razón han de juzgarnos a sus mayores con mucha severidad por el país que les estamos heredando, porque no hemos sabido cómo y además no hemos tenido el valor de decir Ya Basta, y de las palabras pasar a la acción para acabar con tantos malos gobiernos y poner un freno a quienes le vendieron una esperanza al pueblo de México diciendo que ellos no eran iguales, que se les diera una oportunidad de demostrarlo otorgándoles el voto y han resultado peores.

 

En la Ciudad de México en especial es un escándalo con repercusión internacional la muralla que Claudia Sheinbaum ordenó colocar alrededor del Palacio Nacional ante las manifestaciones de este sábado. Sin duda es una muestra de miedo, porque sabe que el pueblo tiene la razón. Y es condenable que utilice a los porros disfrazados de maestros de la CNTE para adelantarse dizque con marchas de protesta para tratar de contener a los jóvenes y a los sombrerudos. Ha de enviar provocadores para tratar de descalificar a los manifestantes.

 

Nahle, con un desgaste de cinco, seis años de gobierno

 

En Veracruz, Rocío Nahle está a punto de cumplir su primer año de gobierno, pero parece que ya estuviera en el quinto o en el último por el desgaste que tiene ante los desatinos (por llamarles de alguna suave manera) que ha cometido, que la han envuelto en terribles escándalos mediáticos y en las redes sociales, que le han valido críticas como a ninguno de sus antecesores en tan corto tiempo, tanto que creo no exagerar si digo que lo que la han descalificado a ella en 12 meses es igual o más que lo que descalificaron a todos los gobernadores juntos en sus pasados sexenios.

 

En vísperas de que asumiera el mando, el 18 de noviembre de 2024, ya casi hace un año, ofreció que iniciaría una nueva etapa donde prevalecería el diálogo, “con unidad, con respeto, con cada decisión pensada, y con trabajo, esos han sido los ejes de trabajo en los que he desarrollado toda mi vida”, “pero a partir del 1 de diciembre tengo que ser plural y respetuosa”, palabras que pronto se las llevó el viento, y si no que lo digan los alcaldes electos de Movimiento Ciudadano, porque pronto partidizó su gobierno y gobierna solo para morenistas, verdes y petistas, para los que se le someten, pero no para los que guardan su autonomía, como también los del PAN.

 

Proclamó elevar el nivel político… lo tiene por los suelos

 

Debo decir que en mi caso, no obstante que fui su crítico como aspirante, precandidata y candidata, escuché con bastante interés aquel 19 de abril de 2024 cuando ante su entonces dirigente nacional, Mario Delgado, en el puerto de Veracruz, proclamó que no solo era momento de que una mujer fuera gobernadora, “sino de elevar el nivel de hacer política”.  Lo dijo porque estaba dolida ante las críticas que ya recibía por no ser nativa del estado, pero confié en que lo haría para callarnos la boca, además, me dije que sí, que era necesario y creí y le creí que lo iba a hacer y que Veracruz iba a entrar con ella en un nuevo estadio de desarrollo político que cambiaría las cosas para siempre. Me fijé que en esa tarea tenía que apoyarla, porque quiero lo mejor para el estado. En menos de 12 meses esa expectativa se me cayó cuando ante las críticas que siguió recibiendo ya como gobernadora, en lugar de responder con acciones, hechos, resultados, ideas y argumentos, ella misma empezó a rebajar el nivel de su discurso, es decir, de hacer política, calificando a sus críticos de “zopilotes”, de “buitres”, de “carroñeros”, con lo que invitó a sus críticos en los medios y en las redes a responderle con el mismo nivel de lenguaje.

 

Que cambiará funcionarios; ¿tiene caso cuando solo ella decide?

 

Ante su primer informe y su primer año en el gobierno, he leído con interés y con respeto lo que han publicado algunos de mis compañeros columnistas de que pasado el informe hará una “revisión profunda” de todo su gabinete, de todos sin excepción, para ver quién dio el ancho y quién no y echarlo. Creo que una pregunta obligada es si tiene caso que lo haga, porque todos hemos visto cómo actúa, como una mujer orquesta, y decide todo, y los secretarios son verdaderos floreros, a los que además maltrata en público, sin respeto alguno, como lo hizo con el secretario de Turismo, Igor Rojí López, exalcalde de Orizaba, exdiputado y reconocido empresario (ante el empresariado del estado rodó su imagen por los suelos y se siguen preguntando con qué cara de dignidad puede ver a su familia de frente cuando se sienta a comer con ellos). Puede traer a genios y personas extraordinarias, pero de nada valdrá si les coarta cualquier libertad de acción.

 

Habrá que esperar para conocer el contenido de su documento, para saber qué dice. Un año después, un diputado local aliado de ella, de ellos, de su partido Morena, Ramón Díaz Ávila, del PT, adelantó el día 3 de este mes su primer comentario ante la comparecencia de sus colaboradores ante los diputados con motivo del primer informe: “… servirán para conocer a varios de los secretarios… la verdad es que no hemos visto a muchos secretarios, hay algunos que ni conocemos”. Eso, un año después. Si los diputados no los conocen, el pueblo menos. A quién atienden, pues.

 

Por eso la gente, miles, incluyendo ahora a jóvenes, saldrán a marchar y protestar este sábado. Es y será un llamado de atención. ¿Alguien cree que reaccionarán para corregir y enmendar el rumbo? Yo me voy a sentar a esperar, para ver.

 

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