CENTENARIO DEL NATALICIO DE EMILIO CARBALLIDO. (I)

Rosalba y los Llaveros.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

En el año 1950 se presentó en el Palacio de Bellas Artes la comedia en tres actos titulada: “Rosalba y los Llaveros”. Emilio Carballido tenía 25 años de edad cuando se llevó a escena su obra, misma que fue dirigida por Salvador Novo. A partir de ese año el maestro Carballido no dejó de escribir. Ante todo, es recordado como un extraordinario dramaturgo, más su faceta es muy amplia. En la página[1] de la Literatura en México señalan que escribió un promedio de 40 guiones cinematográficos. Sus comedias son geniales. La pieza “Rosalba y los Llaveros” la presencié en el año 2017, en la temporada que la Compañía Titular de Teatro de la UV la estuvo representando. Recuerdo perfectamente las extraordinarias actuaciones. Por lo tanto, conmemoraremos al maestro Carballido escribiendo sobre una de sus obras más afamadas.

Los escenarios donde se desarrollan las historias del maestro Carballido resultan muy variados, esta diversidad de lugares y épocas determinan la utilización del lenguaje y la temática abordada. Si pensamos en “El relojero de Córdoba”, nos situaremos en la época colonial, aquí el lenguaje, los temas, las costumbres, corresponden al tipo de sociedad de aquellos años, puntualizando que la historia sucede entre Córdoba y Orizaba. Si analizamos otra pieza clásica del autor titulada: “Silencio pollos pelones, ya les van a echar su máiz”, nos ubicaremos en la década de los sesentas del siglo pasado. El lugar puede ser cualquier Estado del país, mas, digamos que nos encontramos en la actual ciudad de México bajo el régimen autoritario y corrupto del PRI. Esta pieza es una farsa política que sirvió para desnudar la corrupción del régimen del pasado, que por cierto, sigue siendo la misma problemática del régimen de hoy. Muy poco ha cambiado, en algunos casos ni siquiera los rostros, bueno, tal vez, el de Bartlett ya es un rostro envejecido, pero sigue representando lo que representó.

En cuanto a “Rosalba y los Llaveros”, nos iremos a vivir a la cuenca del Papaloapan, concretamente al simpático municipio de Otatitlán, Veracruz. El año en que acontece la historia es 1949. Y, Sin más preámbulos, ingresemos a esta muy divertida comedia, aclarando que, lo divertido no le quita lo profundo.

Rosalba es una joven que vive con su madre Aurora en la ciudad de México. Su madre nació y creció en Otatitlán. Aurora tenía un promedio de 25 años de no regresar al pueblo. La historia se empieza a desarrollar con Rosalba y su madre llegando a la casona de los Llaveros, previo al viaje que tuvieron que hacer en lancha de Alvarado hasta Otatitlán. Se percibe que era la única manera de arribar al pueblo. El ambiente que se describe en la obra es tal como se vive en aquella región, quien escribe nació y creció en la región de la cuenca del Papaloapan. Así que comprendo el malestar de Rosalba por el asfixiante calor, los mosquitos, agréguenle que en esa época no contaban de manera permanente con luz eléctrica. El autor deja muy en claro que a los pobladores la luz les llegaba a determinada hora y a cierta hora se las quitaban. Luego entonces, en todas esas bellas casonas había quinqué, velas, dormían con pabellones pese al calor. Algo más, la descripción de los personajes está muy bien lograda. Mujeres bellas, morenas, caderonas. En esos pueblos se disfrutaba, como se sigue haciendo, los bailes, los embalsamientos de toros, el guapango, todo este jolgorio en medio de los festejos del santo patrono del lugar. Así que Rosalba y su mamá regresaron a sus orígenes y don Lorenzo, quien es hermano de Aurora, y toda su familia recibieron con mucho agrado y sorpresa a las distinguidas visitantes.

Rosalba tiene un promedio de 26 años de edad, estudió psicología y al vivir en una ciudad como México, es una joven liberada. Está muy lejos de ser dominada por los prejuicios sociales que imponen conductas en los pueblos. Fuma con su mamá, acto que espanta a la familia pueblerina, habla libremente de sexualidad, acto que los horroriza. Si leemos la obra con los conceptos y valores de nuestras vigentes sociedades, seguramente nos resultará una comedia muy divertida, pero pensaremos que con posturas exageradas. Desde una interpretación personal, creo que no hay nada de exagerado en la historia, realmente esas sociedades vivían así. A mi generación nacida en los ochentas nos tocó un poco de estos prejuicios, vayamos a un ejemplo fundamental en la obra.

La familia Llavero se integra por don Lorenzo, su esposa Lola, sus hijos Lázaro y Rita. En la casona vive y trabaja como “criada” Luz María. Allí también aparece Azalea. Cuando Rosalba saluda a todos, luego luego se detecta que se interesó de manera muy especial por su primo Lázaro. Poco a poco se va notando que el ambiente en la familia no es normal, por ejemplo: Lázaro nunca come en la mesa oficial donde convive toda la familia. Lo mismo sucede con Azalea. Rosalba piensa que Lázaro tiene romances con Azalea, quien es una jovencita de 15 años. Lázaro cuenta con un promedio de 27 años. Al paso de las horas y los chismes, Rosalba descubre que Azalea es hija de Lázaro. Este descubrimiento la lleva a saber más, verbigracia, que por ese descuido que el joven tuvo cuando contaba con apenas 13 años de edad, su familia lo ha relegado y tratado muy mal. No le dirigen la palabra, trabaja y es tratado como si fuera un empleado, en fin, en esa casona quien gobierna como un tirano es don Lorenzo. Así fueron aquellas sociedades, los padres disponían de sus hijos como se dispone de cualquier objeto. “Rosalba. –Claro, es la constitución misma de la familia pueblerina, no de tú familia en especial. Tienen un viejo tirano al frente y unos principios necios e inviolables. Es mal común, Lázaro.”

Lázaro sentía absoluta confianza y libertad cuando platicaba con Rosalba, ella le representaba libertad, decisión, voluntad, pasión. Lo mismo sucedió al inicio con la prima Rita. Ésta le confesó que Felipe Gálvez acababa de llegar a su casa porque iba a pedir su mano y, lo peor, Rita lo detestaba por feo y corriente. Pero debía casarse con él. Conforme avanza la trama, no queda la menor duda que Rosalba y Lázaro se gustan, se desean, y desde luego que tendrá que ser ella la que dé el primer paso, porque Lázaro ha vivido tan reprimido y prejuiciado que no se atrevería a insinuarle algo a la bella joven. Para suerte de Lázaro, Rosalba es libre y no se detiene:

Lázaro. –No por favor. (Emite una voz, temblorosa y rara.) Es que tú eres la mujer, no, quiero decir, mujer no, la muchacha, la primera muchacha que yo, tú ves, llegaste y no sabes qué contento, y ahora esto. No sé cómo pasó. No sé, no sé, no sé nada. Rosalba. –Lázaro, Lazarito, tan niño. Lo que no te atreves a decir es que…me deseaste, como varón. Tonto, tonto. ¿Crees que eso me ofende? (Al oírla, él se sacude, pero ella lo detiene.) El deseo no es malo, Lázaro, el sexo tampoco es malo, y tú eres un pobre muchachote atormentado por todo eso. Yo…Yo te he deseado a veces, como ayer, en el río, y no por cariño, ni por nada, sino porque tú eres varón, y guapo, y porque yo soy mujer. Y eso es limpio, y es bonito, Lázaro, mientras los que desean son jóvenes, como nosotros, y se tienen afecto. El deseo es como las palabras, o como la poesía; es un medio de comunicación. El deseo es limpio y es hermoso, pero lo han ensuciado unos viejos como…unos viejos de mente sucia y retorcida, y oscura. Y un beso no tiene nada de ofensivo. Nada. Aunque no estés enamorado de mí, ni yo de ti, no tiene nada ofensivo. Te aseguro que no me enojé Lázaro, ni creí que me ofendías. Hasta…hasta me gustó, es decir, la sorpresa, ¿ves? Pero no estoy…No, oye, pero lo que…espérate, esp…(Lázaro no la deja acabar. La ha ceñido nuevamente y la está besando, sin prisa, con cuidadoso y paladeado deleite, con tanto deseo triste acumulado por no haber besado así…”

En el segundo acto ya pasaron ocho días. Rosalba se entera que Lázaro tuvo a su hija con Luz María la criada, por eso Azalea tiene un lugar sin importancia en la casona, es nieta de don Lorenzo, hija de su único hijo, no obstante, don Lorenzo no le puede dar un trato digno porque es hija de una sirvienta…con este ambiente de descubrimientos continúa la historia. Rosalba luego se entera que la sirvienta nuevamente se encuentra embarazada, todos creen que es de Lázaro, ¿será de él? Engañaría a Rosalba al no confesarle que seguía acostándose con Luz María, o, acaso es un chisme y Lázaro será víctima de esa sociedad cerrada e intolerante. La historia es cautivante, falta mucho por aclararse, el lector disfrutará conocer el desenlace leyendo esta clásica obra de uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX en México, el gran Emilio Carballido Fentanes.

 

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[1] http://www.elem.mx/autor/datos/186

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