La otra cara de la política

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Trabajadores se quejan de que en forma inhumana los tienen limpiando Poza Rica

by Arturo Reyes Isidoro

En Un son que canta en el río, de Roberto Blanco Moheno, publicado en 1962, ese que fue un gran periodista y escritor mexicano, novela sobre una gran rivalidad que existió, por generaciones, entre alvaradeños y tlacotalpeños y los intentos de algunos por reconciliarlos, hasta que un hecho fortuito hizo el milagro.

 

De Blanco Moheno, quien llegó a destacar en el siglo pasado lo mismo en la prensa escrita que en la radio y la televisión, debe decirse, para las nuevas generaciones, que nació accidentalmente en Cosautlán en 1920, adonde habían llegado sus padres trabajando para un circo. Roberto escribiría otro libro memorable para los veracruzanos de su época: Jicaltepec (en Cosautlán nadie se acuerda de él).

 

Hilarante, narra que, por fin, luego de tantos intentos y esfuerzos, a don Macario, el recaudador de impuestos de Alvarado, se le ocurre una idea para unir a los dos pueblos: casar a la Virgen de Alvarado con el Santo Patrón de Tlacotalpan, idea que no convence fácilmente a los alvaradeños, aunque influyen mucho las autoridades religiosas para que lo acepten.

 

La idea se concreta y se procede a realizar la unión. Todo marcha sobre ruedas, los tlacotalpeños llegan en sus lanchas a Alvarado cargando a su santo (no había entonces otra forma de comunicarse entre los dos pueblos más que por río), bajan donde ya los esperan los anfitriones e inician una procesión rumbo a la iglesia.

 

Todo va bien hasta que un pescador, personaje del pueblo, borrachín, el Tío Cheloca, aparece y se atraviesa y, hecho un llanto, grita: “¡Prefiero, madre santa, que te metas de pecadora (usa otra palabra que, por respeto a mis lectores católicos, prefiero evitarla), antes de que te cases con ese maricón!”. Ahí se desata una batalla campal que acaba con el intento.

 

Hasta que un día, en septiembre de 1944 (un hecho real) se desborda el río Papaloapan e inunda Tlacotalpan como nunca antes. La noticia llega a Alvarado, y cada vez es más alarmante. Entonces los alvaradeños, en un gran gesto de solidaridad van en auxilio y rescate de quienes hasta entonces habían sido sus enemigos jurados, prácticamente desde que se habían fundado los pueblos.

 

Lo narro hoy en forma muy sintetizada para destacar que la solidaridad es inherente a los veracruzanos, quienes no necesitan que nadie les pida y menos que los obligue a prestar auxilio cuando ocurre una desgracia, porque lo hacen por iniciativa propia, de corazón y en forma desprendida.

 

El pueblo veracruzano ha dado y está dando muestras de ese sentido solidario que lo caracteriza ante la emergencia en el norte de Veracruz, aunque dista mucho que lo hagan por iniciativa propia a que los obliguen, hasta someterlos propiamente a un castigo, como lo está haciendo el Gobierno del Estado con todos sus trabajadores.

 

Se sienten como en un campo de concentración

 

Al portal Referentemx.com han estado llegando muchas quejas de trabajadores y trabajadoras (más de ellas que de ellos) de prácticamente todas las dependencias en las que los obligaron a ir a Poza Rica a limpiar, sin consultarles si estaban de acuerdo, denunciando el trato inhumano al que los tienen sometidos mientras que sus jefes, funcionarios del Gobierno del Estado de todos los niveles, permanecen allá con todas las comodidades y privilegios y solo se aparecen para tomarse fotos y subirlas a las redes para presumir que están haciendo algo.

 

En sus textos, donde expresan su descontento, ruegan que se haga pública su situación para que le llegue la información a la presidenta Claudia Sheinbaum a efecto de que intervenga ante la gobernadora Rocío Nahle y cesen las injustas condiciones en las que los tienen hace ya tres semanas, incluso adelantan que si no para el castigo al que los tienen sometidos, en la primera oportunidad que tengan se van a quejar directamente ante la propia presidenta.

 

Comentan que en un principio no dudaron en acudir en forma solidaria al llamado para auxiliar a los damnificados (la gobernadora Rocío Nahle presumió ayer que “operan más de 6 mil servidores públicos”), pero que lo que se inició como un acto humanitario de su parte terminó por convertirse en un infierno para ellos. Que ante la situación que viven es muy grande su deseo de renunciar, aunque la necesidad los obliga a aguantar, y que se sienten como en un campo de concentración por lo que están a punto de explotar y no ven la hora que alguien llegue a rescatarlos. Preguntan dónde está la Comisión Estatal de Derechos Humanos que no voltea a verlos.

 

Recuerdan que Fidel nunca los obligó a ir

 

Algunos recuerdan que durante el gobierno de Fidel Herrera Beltrán hubo dos grandes inundaciones al mismo tiempo, en el norte del estado y en la cuenca del Papaloapan, pero que él nunca obligó a ir a limpiar a los trabajadores del Gobierno del Estado, sino que para ayudar a los damnificados creó empleos temporales con ellos mismos a los que pagaba para que limpiaran sus propiedades, y que no entienden porque ahora, cuando la gobernadora Rocío Nahle presume que tienen “todos los recursos” no hace lo mismo.

 

Exponen que, conscientes de las circunstancias, al principio accedieron a instalarse en edificios públicos habilitados de albergues, como escuelas, improvisando regaderas o bañándose a jicarazos con agua fría, creando “áreas de descanso” sobre sus mochilas, cooperando entre todos para poder comprar y comer algo o, previa autorización, tomando parte de las despensas donadas, cosa que aceptaron porque creyeron que solo los tendrían una semana así, pero que ya van para el mes y las condiciones empeoran cada vez más.

 

Dicen que a ello se suma la desorganización total que hay, sin ninguna planeación para atender las partes más afectadas en zonas marginadas o los domicilios de personas de la tercera edad, y tienen que “jalar” para donde vayan sus jefes, sin sentido, solo para ponerlos a limpiar y tomarlos de fondo para que se tomen la foto; que en cambio, han visto cómo la población civil e incluso influencers actúan con criterio y van a donde los propios afectados les señalan que es necesario.

 

Sus jefes solo se lucen con fotos en trabajo que ellos hacen

 

Narran que aparte de que ellos se trasladaron y se mueven en sus propios vehículos pagando combustible y casetas, su comida y duermen en el piso, sus jefes, de secretarios de despacho para abajo, se la pasan con todas las comodidades posibles, con cargo al erario, duermen en los mejores hoteles que han encontrado, se presentan solo un momento, a diferencia de quienes, trabajadores, sin importar su edad o condiciones de salud o físicas, tienen que trabajar sin horario ni descanso todo el día.

 

Mencionan que han visto con indignación que la secretaria de Educación ha subido fotos para que la vean que está cocinando, pero solo para la foto, aparte de que trae un séquito que le carga sus pertenencias, sin hacer nada significativo, lo mismo que los subsecretarios de Educación Básica y de Media Superior, a quienes se les ha visto incluso bailando, muy contentos, lo mismo que el delegado de Bienestar que presume en una foto que está comiendo una torta cuando tiene todos los privilegios, o el diputado federal por Córdoba, que solo se mancha la ropa de lodo para la foto.

 

Aseguran también que han visto a la diputada local Tanya Carola Viveros actuar como si fuera la secretaria de Protección Civil, al igual que Yazmín Ugalde Colunga, quien se hace llamar “Chilanga en Veracruz”, quienes además de que van a complicar el trabajo que se hace, se la pasan criticando a los trabajadores mientras descargan tráileres completos de víveres, sin descanso.

 

Las trabajadoras y trabajadores comentan que trabajan más de 8 horas diarias, que hacen tareas que no les corresponden (casi todas y todos  son administrativas y administrativos), que no los capacitaron para lo que los obligan a hacer, que no les dan material para que protejan su salud y menos nadie les ha dicho que les van a pagar horas extra por el tiempo demás que trabajan en forma obligada.

 

Pero también trabajadores administrativos de la Secretaría de Seguridad Pública denunciaron que los tienen limpiado en Álamo y “levantando lodo, apenas nos dan una comida mísera”. Dijeron que retiran lodo y escombros en condiciones insalubres e inseguras, “ni jabones ni geles nos dan para desinfectarnos después de terminar llenos de lodo”.

 

Al final, también resultaron damnificados

 

En sus textos comentan que al final ellos resultaron unos damnificados más, aunque a diferencia de quienes sufrieron la inundación, a quienes le están dando atención, despensas y apoyos en efectivo, a ellos nadie los voltea a ver ni se acuerdan de ellos, y si se quejan toman represalias en su contra, hace ya tres semanas que no ven a sus familias, muchas a sus hijos pequeños, otras y otros a familiares a los que dejaron enfermos, nadie les pregunta si se sienten bien ni tienen atención médica. “Aparte de acarreados, ahora limpia y lavapisos, a fuerza”.

 

Muestran incluso angustia ante la llegada del Frente Frío 11 a partir de la noche de este martes, pues dicen que no tienen material ni equipo para protegerse del frío ni de la lluvia y responsabilizan al Gobierno por si algo le pasa a alguna o alguno de ellos. “Cómo es posible que la gobernadora Rocío Nahle diga que su gobierno es humanista”.

 

Uno de los quejosos dijo que como último recurso buscarán a los reporteros que llegaron de la Ciudad de México para invitarlos a que conozcan en qué condiciones los tienen y les darán las direcciones de los hoteles en que están hospedados sus jefes, para que se entere la presidenta Sheinbaum.

 

Dios guarde a jamaicanos y cubanos

 

Publicó este lunes el famoso meteorólogo veracruzano Isidro Cano Luna: “Dios guarde a los jamaicanos y cubanos… ‘Melissa’ ya es categoría 5 SSS. 260 kph vientos máximos sostenidos”. Sí, Dios los proteja y los guarde. Las primeras imágenes que llegaron de Jamaica eran devastadoras. Este martes por la noche y la mañana del miércoles impactará con toda su intensidad en el oriente de Cuba.

 

La chiquilla chillona

 

Ante las preguntas que le hicieron este lunes a la gobernadora Rocío Nahle en su conferencia de prensa, publicó mi compañero columnista Filiberto Vargas Rodríguez: “¡Están viendo que la chiquilla es chillona y la pellizcan!”.

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