El ego es más adictivo y dañino que cualquier droga. Satisface, envuelve, marea y no se controla. En esa borrachera que produce -sobre todo en los del poder- su exceso es muy perjudicial. Los funcionarios públicos olvidan su tarea de servicio y se centran en si mismos. Claudia Sheinbaum es egocéntrica. A solo un año- no por honestidad- muestra su talante altanero y soberbio. Todo le molesta y actúa como si fuera la dueña absoluta. Es transitoria. Debiera cuidarse de sus enemigos internos y el cuartelazo- revocación de mandato- que preparan según trasciende. Los contribuyentes estamos alertas y el hartazgo brota. MORENA tomó el sendero que hizo perder al PRI la presidencia. Corrupción, engaño, protección a sus delincuentes, impunidad , nepotismo que ofende como instruir a Andy – el hijo del mesias- como presidente futuro. Ofende la inteligencia de los mexicanos que sabemos quienes son su pandilla. Su secta carece de ideología. Llegaron a saquear. La distinción del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado- solo 20 a las que ha sido otorgado y 90 a varones- es un aliciente. Maduro caerá. Y el mundo volteará a ver a México.