El rector de la Universidad Veracruzana Martín Gerardo Aguilar Sánchez experimenta sus últimos días (Ojalá) al frente de una institución que ha conducido, por enormes errores jurídico-políticos y su imperceptible proyecto académico, así como a la ingobernabilidad de la institución de educación superior más importante del Estado.
La toma de decisiones inoportunas se tradujo en la no suspensión de actividades académicas frente a la información meteorológica que daba cuenta de un riesgo significativo por las lluvias y el inminente desborde de los ríos. Y se materializó con el fallecimiento de una estudiante ahogada en la pensión donde residía.
Los estudiantes exponen con claridad que si el rector Martín Gerardo Aguilar o su equipo de trabajo hubiesen tomado decisiones eficaces, esta estudiante no habría muerto, pues es una práctica histórica entre los mismos, que al anuncio de problemas climáticos o de cualquier otro tipo, salen a sus casas en busca de mejor resguardo. Por ello, es evidente para los estudiantes, que la omisión en suspender actividades académicas sólo fue responsabilidad del rector de la UV. Cabe recordar que en esos días estaba en Poza Rica, bajo un esfuerzo por rescatar la legitimidad universitaria, mediante la consulta a la comunidad para elaborar su plan de trabajo. Y salta la pregunta: ¿Pues no que ya lo tenía listo?
Como algún pulso de la realidad traerá el rector, (suponemos) sabe que donde se para es recibido con rechiflas y la petición de que renuncie a su puesto obtenido de manera espuria, (Espurio sinónimo de ilegítimo, bastardo, adulterado, falsificado, imitado, fraudulento, ilegal, falso). Por ello no acudió a la celebración de los festejos de los 45 años del Sistema de Enseñanza Abierta donde le esperaba una rechifla espectacular; y ahora entrega lo acopiado por la comunidad universitaria a la Cruz Roja bajo el argumento de la mayor experiencia de esta institución en el reparto de los apoyos recibidos. Aunque ello signifique su ausencia del lugar donde están los problemas y donde las instalaciones de la UV se mantienen sumidas en el lodo, además de la pérdida de equipos e instalaciones.
La marcha en Xalapa, de este viernes 17 de octubre, donde los estudiantes han mostrado de manera auténtica e independiente su profundo malestar por el fallecimiento de la estudiante de la Facultad de Psicología y en todo el Estado de Veracruz, debería ser motivo suficiente para que Martín Gerardo Aguilar Sánchez y su equipo de trabajo entreguen la renuncia por pena y/o vergüenza, además de ofrecer una disculpa pública.
Sin embargo, esto no sucederá, pues quien es capaz de violentar la legislación que regula la vida civilizada en los tiempos modernos, muestra que están dispuestos a hacerse de todos los medios para mantenerse en el puesto, pasando por encima de todo y de todos. Aunque ello signifique el uso institucional o personal de la fuerza física y la violencia contra la comunidad universitaria.
Ese mismo día, el secretario académico de la UV, la secretaria de Desarrollo Académico, la abogada general de la UV y la directora general del Área Académica de Humanidades, por citar algunos de los más visibles, ayudados por policías que están a la entrada del Edificio A de la Rectoría, impidieron la entrada de los estudiantes a la misma, para que pudieran expresar sus demandas.
Con actitudes porriles y violentas que expresan su cerrazón para el diálogo por parte de las autoridades universitarias, destacan dos doctoras en Derecho expertas en la violación de Derechos Humanos y torcer la legislación, pues están de acuerdo que Martín Aguilar se mantenga como rector, cuando ha violentado toda la legislación en materia de designación del titular de la rectoría de la UV. Y fue una doctora en Historia Regional experta en discriminar a la comunidad académica y un médico, que en lugar de curar enfermos se interpone entre los estudiantes y la entrada al edificio, utilizando su estatura y fuerza física, siendo todos cómplices de la posición institucional.
Este es el equipo de trabajo del rector Martin Aguilar Sánchez, quien debería estar revisando el trabajo de Sergio Zermeño, “México: una democracia utópica. El movimiento estudiantil del 68”. siendo el mejor estudio realizado sobre este movimiento estudiantil. Tal vez lo conozca, pues se dice experto en el estudio de los movimientos sociales. ¿Sintetizará en su mente, que ya no es aceptado por la comunidad por su incapacidad política, administrativa y académica? ¿Qué está generando más problemas a la gobernadora? ¿Qué con las inundaciones tiene para dar y prestar? No acepta ser parte del problema de ingobernabilidad en el Estado de Veracruz y lo que menos necesita Veracruz es que se violente a los estudiantes con estas actitudes y represión. Su crisis de legitimidad es definitiva al convertirse en el Diaz Ordaz de nuestro tiempo. Rector digno de los tiempos de Trump.
Técnicamente lo que sigue para el rector y su camarilla es acentuar la represión contra todos los integrantes de la comunidad universitaria, como pusieron de muestra la tarde-noche de este pasado viernes. Lo que sigue vendrá con sangre, dolor y fuego. ¿El Gobierno del Estado tendrá la toma de nota de este asunto que está en un punto sin retorno?
Notita importante: Denuncia ciudadana en contra de cierto empresario de nombre Javier Ballesteros, quien está timando a empresarios con el cuento de que los invita a asociarse y luego, los deja colgados con un proyecto de un boliche en Xalapa. Alertamos a quienes aún creen en esta persona, que presume tener “vara alta” con un empresario cercano al senador y líder de la bancada de Morena, Adán Augusto López.
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