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Los verdes, listos para ir solos en Tamaulipas, ¿y en Veracruz también?

by Arturo Reyes Isidoro

Manuel El güero Velasco, coordinador de la bancada del PVEM en el Senado, no descartó “ningún escenario” sobre las plurinominales como parte de la reforma electoral y se mostró de acuerdo en que se baje a la mitad el financiamiento de los partidos políticos, con la condición de que se reparta de manera equitativa. Lo declaró ante los reporteros a su llegada al Palacio Nacional para el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum.

 

Dos días antes, en Reynosa, el coordinador nacional de ese partido, Arturo Escobar, destapó a la senadora Maki Ortiz para la candidatura al gobierno de Tamaulipas en 2028, subrayando que si las elecciones fueran mañana, están preparados para competir solos.

 

“La gubernatura es hasta 2028, habrá que esperar, pero diría que en Tamaulipas, como en la mayoría de las entidades, el partido podría contender de manera independiente”. Sostuvo que el Verde cuenta con cuadros para todos los espacios de elección y aclaró que las alianzas dependerán de coincidencias programáticas y de la trayectoria de perfiles.

 

“No se trata de apoyar a alguien solo por formar parte de la 4T; debemos revisar cómo han gobernado, cómo han cumplido sus compromisos. En 2027 evaluaremos con lupa a nuestros candidatos y a los de nuestros posibles aliados”, adelantó.

 

Un día antes del destape, el gobernador Américo Villarreal y el secretario de Educación Mario Delgado habían quitado el nombre de Maki (Maki Esther Ortiz Domínguez) al CBTIS 302 y una placa conmemorativa colocada en marzo pasado, lo que la senadora calificó como una “bajeza”.

 

Escobar dijo que la única alianza segura es con la presidenta Claudia Sheinbaum, pero que frente a los otros partidos, el Verde mantiene distancia e independencia; que para construir coaliciones tiene que haber una comunión en la plataforma de gobierno, en las agendas legislativas y en el trato personal.

 

¿Se preparan los verdes para romper con Morena en caso de que desaparezcan las plurinominales? En Veracruz, hasta donde he escuchado a los dirigentes estatales, les iría mejor solos y si han ido en coalición es por un acuerdo nacional, pero no comparten muchos agandalles de los guindas.

 

Me llamó la atención el caso de Tamaulipas porque por lo menos hasta hoy la única figura que se ve en Morena para 2030 es Manuel Huerta, y entonces los verdes podrían pararle enfrente a Javier Herrera Borunda, con o sin coalición con los morenistas. El hijo de Fidel, pian pianito, ha estado recorriendo el estado sin hacer ruido, se mueve bien en la Cámara de Diputados, es joven, carismático como su papá, puede capitalizar todo el capital político que dejó su padre y además sumar a los opositores que ahora andan desbalagados, que no comulgan con la derecha, el PAN, están decepcionados de Morena, no quieren saber nada del PRI y dudan si jalar con MC.

 

No ha faltado quien me diga que a Javier no le alcanza, pero se olvida que una candidatura se construye. Herrera Borunda tiene cinco años para ir pegando ladrillo sobre ladrillo si intensifica sus visitas y recorridos por el estado. Manuel, él y quien vaya por MC (¿Dante Delgado Morales, Luis Carbonell, Sergio Gil, Agustín Torres, José Manuel del Río Virgen?) darían una buena batalla, todos veracruzanos y competitivos.

 

Manuel se las vuelve a hacer y encabeza inicio de ciclo escolar

 

Con la novedad de que este lunes iniciaron o regresaron a clases más de 2 millones de estudiantes en el estado, pero, ¡chispas!, no se supo que hubiera habido una ceremonia oficial de arranque por parte del Gobierno del Estado. ¿Y qué creen?, ¡que el senador Manuel Huerta, como siempre, llenó el vacío!

 

Era entendible que la gobernadora Rocío Nahle no pudiera encabezar el acto en Xalapa o en cualquier otro lugar de Veracruz porque desde la noche anterior estaba en la Ciudad de México para asistir, por la mañana, a la ceremonia por el mensaje de la presidente Claudia Sheinbaum con motivo de su primer informe de gobierno.

 

Pero ninguno de sus colaboradores la suplió entonces y el único que estuvo de bateador emergente fue el ¿odiado? senador, quien, dada su alta representación legislativa, encabezó el inicio del ciclo escolar 2025-2026 en la escuela primaria José María Morelos y Pavón de la capital del estado, lo que consideró “un privilegio”.

 

¿Por qué él sí y los otros no? Chi lo sa, como dicen los italianos. “Agradecemos a las y los padres de familia, directivos, docentes”, posteó. Lo que se sabe es que lo invitaron en agradecimiento (amor con amor se paga) porque cuando era delegado de Bienestar los visitó en dos ocasiones para constatar que se aplicara bien el recurso del programa La Escuela es Nuestra en la remodelación de salones de clases y otras áreas.

 

Ni modo que por eso sus enemigos de Morena lo llamen traidor y pidan su expulsión. De paso, Manuel sigue sembrando y sumando para lo que se ofrezca en un proyecto político futuro, porque no anda en campaña, para nada, ¿eh? Terminado el acto viajó a la Ciudad de México para estar en la sesión de apertura del primer periodo de sesiones ordinarias del segundo año de la LXVI Legislatura federal.

 

Arnoldo Kraus sugería escribir nuestra propia esquela

 

El 31 de enero de 2017 publiqué en “Prosa aprisa”: “… por favor, lectores, cada que puedan lean a Arnoldo Kraus, quien publica los domingos en El Universal y es autor de varios libros en la especialidad, miembro del Colegio de Bioética, tal vez el más calificado profesional de la medicina en México sobre el tema del dolor humano y la muerte”.

 

El 26 de agosto de 2016 yo había publicado ya una frase que se atribuye tanto a Matisse como a Picasso, que un día antes él había citado: “Debemos hablarnos todo lo que podamos. Cuando uno de nosotros muera, habrá cosas de las que el otro nunca podrá hablar con nadie más”.

 

Un año atrás, el 10 de septiembre de 2015, aludí a una entrevista (“Cómo vivir la tristeza”) que concedió al diario Milenio, en la que le preguntaron: “¿Qué es un duelo bien llevado?”. Aclaró que no era psiquiatra, pero que todos explicaban que era un año de tristeza, de dolor, un año de recordar con demasiada frecuencia y quizá no funcionar al cien en el quehacer cotidiano. Dijo que esa idea venía de Freud.

 

Agregó entonces que si persistía el duelo entonces era patológico y se requería otro tratamiento, pero señaló que a las industrias farmacéuticas y a los doctores les gusta medicalizar el duelo, que suelen dar antidepresivos a quien lo padece para evitar la tristeza, pero que: “No debe ser así, la tristeza hay que vivirla”.

 

Un día me percaté que había reunido ya varios títulos suyos: Apología del libro, Apología de las cosas y Apología de la morada, tres libros que publicó con ilustraciones de Vicente Rojo, preciosas ediciones, pero también No eran letras, eran hormigas (y otros relatos breves), con dibujos de Alejandro Magallanes, Dolor de uno, dolor de todos, Quizás en otro lugar y Recordar a los difuntos.

 

Triste noticia, para mí, falleció el sábado pasado a los 73 años de edad. Era médico, escritor, filósofo y columnista. Era considerado figura clave de la bioética en México. Alguna vez un lector mío le envió las columnas en las que lo mencionaba y para mí sorpresa me escribió para agradecerme, lo que consideré un alto honor, por quien era. Extrañaré sus colaboraciones en El Universal, pero me quedan sus libros.

 

En Recordar a los difuntos, dice que: “Todos deberíamos escribir nuestra propia esquela. Hacerlo en la adultez temprana, digamos a partir de la cuarta década, y modificarla o suscribirla cada año, implicaría pensar en el final desde la vida, o bien, tejer la muerte con la vida y pensar en otra verdad palmaria: sólo hay un principio porque solo hay un final: la vida es la urdimbre de la que está hecha la muerte”.

 

 

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