La UV soy yo y háganle como quieran

Si Dios no dispone otra cosa, hoy lunes 1 de septiembre de 2025, Martín Aguilar Sánchez se reelegirá como rector de la Universidad Veracruzana y se convertirá en el primer rector espurio de nuestra máxima casa de estudios. ¿Por qué? porque le valieron una pura y dos con sal los estatutos que impiden su reelección.

La Ley Orgánica de la UV establece que si un rector tiene 65 años o más no puede reelegirse y ese es el escollo que Martín Aguilar, con 66 años cumplidos, se pasó bonitamente  por el forro.

Que es un artículo discriminatorio, vaya que lo es, pero está impreso en la Ley Orgánica y todos los rectores lo han respetado. La excepción fue él al que no le bastaron cuatro años para llevar al hoyo a la UV y quiere otros cuatro “para culminar su obra”.

Cuando le dijeron que el artículo 36 de la Ley Orgánica se lo impedía, vinieron los jaloneos con dos miembros de la Junta de Gobierno (María Angélica Buendía y Haydee Zizumbo Ramírez), que se opusieron con vehemencia a su reelección. Martín dijo que no quería una reelección sino una “prórroga”. Siete de los nueve miembros de la JG dijeron que sí, María Angélica y Haydee se mantuvieron firmes. Pero al final ganaron las mayorías y las dos académicas renunciaron.

Leguleyos, los siete miembros restantes de la Junta, buscaron resquicios jurídicos para avalar el atropello y lo consiguieron.

El miércoles anterior estudiantes y académicos se plantaron frente a las instalaciones de la sala “Tlaqná” donde Martín daría su cuarto informe, pero las cosas se pusieron muy calientes al grado que tuvo que cambiar de sede y se fue a un hotel del centro de Xalapa. Lo acompañaron un grupo reducido de consejeros, “invitados especiales” y funcionarios y docentes de la UV. A éstos se les dio el día libre con goce de sueldo y para los “invitados especiales” hubo pasaje, alimentos y hospedaje, todo con cargo a la UV.

Fue ahí donde los miembros de la Junta de Gobierno le dieron a Martín el regalo de su vida. “Se hace de su conocimiento que después del análisis y evaluación cuantitativa y cualitativa realizadas a su desempeño como rector de la Universidad Veracruzana, las y los integrantes de la Junta de Gobierno le reconocieron su honradez, vocación de servicio, integridad, responsabilidad, confiabilidad, juicio informado, colaboración, trabajo en equipo y compromiso, (por lo que) le fue autorizada la prórroga de su nombramiento como rector de la Universidad Veracruzana, por un periodo adicional de cuatro años comprendido del primero de septiembre del 2025 al 31 de agosto del 2029”.

Y listo, con ese espaldarazo tuvo el sujeto.

Lo de hoy será un acto meramente protocolario que puede organizar en el baño de su casa a fin de evitar a los molestos universitarios que si me lo permites lector, están quedando a deber.

En otros tiempos y por menos que esto, tendrían temblando al rector y a las autoridades universitarias con plantones en Rectoría, toma de Facultades, manifestaciones en Xalapa y en la totalidad de las sedes de la UV para protestar por este atropello que casi ninguno de los 80 mil alumnos acepta y apoya.

La comunidad universitaria llegó a tener tanto peso que los gobernadores le tenían respeto. Incluso se acuñó una frase: “¡Cuando la UV habla Veracruz tiembla!”. Y era verdad.

Nunca que se sepa la UV había caído tanto en tampoco tiempo como en el periodo de Aguilar Sánchez. Pero como paradoja, nunca los estudiantes habían estado tan pasivos.

“Están como aletargados, como adormilados. Espero equivocarme, pero dan la impresión de que no les inquieta lo que le pasa a su universidad, no les preocupa el desastre por venir con cuatro años más de Martín en la rectoría” me dijo un catedrático de la UV.

Hoy, frente a “invitados especiales”, una cauda de porros y de lambiscones, Martín Aguilar Sánchez proclamará: “La Universidad Veracruzana soy yo” y se echará de menos el rechazo, la inconformidad, el descontento y la eterna rebeldía de los estudiantes universitarios.

bernagup28@gmail.com

 

 

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