Al PRI le urgen candidatos que espanten de valientes

Las legislaturas plurinominales que se supone, nacieron con el fin de que las minorías tuvieran una representación en el Congreso federal y en los Congresos locales, jamás cumplieron su función y se convirtieron en premios lucrativos para unos cuantos afortunados.

 

La única preocupación de un candidato a diputado o senador por la vía plurinominal, es ser de los primeros en la lista porque con eso tiene asegurada su curul, lo demás le importa pura corneta.

 

Un ejemplo son los traidores Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre Miguel Ángel Yunes Linares que compitieron por esa vía. No hicieron campaña política por lo que ni siquiera se empolvaron los zapatos; sabían que si el candidato a gobernador de la coalición PAN-PRI ganaba serían senadores y si perdía también. Es decir, no tuvieron que sudar la gota gorda para llegar a la Cámara Alta.

 

Luego vino lo otro: la traición a los partidos que los postularon, a los veracruzanos y al país entero. Pero ahí los tienes lector, a lo que se le ofrezca a Morena.

 

Quienes han vivido del plurinominalismo (si se me permite la palabra y si no se me permite pues ni hablar porque ya la escribí) son los partidos chicos. De ahí que sean los más preocupados por la desaparición de los legisladores plurinominales como lo propone la reforma electoral impulsada por Claudia Sheinbaum, porque los dejará en la inopia política.

 

Lo que nunca imaginé ni en mis sueños más pachecos, fue ver al PRI oponiéndose a que desaparezcan las pluris. No porque hayan nacido en el gobierno de José López Portillo sino por cuestión de supervivencia.

 

Este lunes su dirigente estatal Adolfo Ramírez Arana, dijo que desaparecer esa figura es una aberración y un retroceso porque es quitarle la voz a millones de mexicanos que se manifiestan contra el sistema. Pero eso es una falacia y él lo sabe.

 

Si Adolfo fuera más sincero tendría que confesar que está defendiendo las pluris porque el PRI llegó a un punto en que es incapaz de ganar una curul por la vía de los sufragios.

 

Si en las pasadas elecciones le faltaron candidatos para cubrir el total de los 212 ayuntamientos, no quiero imaginar la de dolores de cabeza que sufrirá para encontrar a sujetas y sujetos temerarios que digan: “Yo me la juego con el PRI y voy por una diputación local o federal por la vía del voto ciudadano”.

 

Uta, ya parece. Aunque de que los hay los hay y puede que más de un suicida político levante la mano.

 

Me parece hasta kafkiano que en el corto lapso de diez años, el otrora poderoso e invencible PRI, que fue amo y señor del sistema político de este país por más de 70 años, se haya convertido en un partidito que necesite de la caridad de las plurinominales.

“A dónde hemos llegado, Dios mío” dirían mis abuelas si vivieran.

 

Pero más adelante Adolfo desvarió y dijo cosas que ni al caso como que “los priistas de Veracruz defenderemos siempre a nuestro líder Alejandro ‘Alito’ Moreno, que dicho sea de paso, es el único actor político que levanta la voz, por eso la persecución política (en su contra)”.

 

Frase digna de rebatirse porque uno; una encuesta seria mostraría que nueve de cada diez de los poquísimos tricolores que aún siguen siendo fieles al partido, quieren que Alito se largue del PRI. Y eso lo sabe Adolfo Ramírez.

 

Y dos, a Alito Moreno lo tienen con la espada de Damocles sobre la cabeza no porque levante la voz, sino porque es un bandido y un corrupto. Y si anda libre no es porque sea inocente, sino porque es un inofensivo líder de un partido que también es inofensivo.

Y es que el tricolor es ya un partido pequeño. ¿O acaso no se han dado cuenta?

 

Lo que el PRI necesita y con urgencia no son discursos retóricos sino a mujeres y hombres que quieran competir (sin miedo a una derrota cantada), por una curul uninominal en el 2027. Pero deben ser personas temerarias y fuera de serie. Valientes de verdad, tanto como el primer ser humano que se comió un zapote prieto.

 

¿Te animas, lector?

 

bernagup28@gmail.com

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