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Trump, una sopa de su propio chocolate

by Ángel Álvaro Peña

La simple mención de un periodista para que se aplicara, sin distingos, las leyes que ha reformado Donald Trump, empezando por su esposa Melania, nacida en Eslovenia, erizó sus cabellos, y provocó que manoteara, como si se le hubiera insultado, cuando en realidad sólo se pedía que todos fueran parejos ante la ley.

Nadie ni nada debe estar por encima de la ley, incluyendo a la familia real, pero Trump considera que su núcleo familiar está más allá del bien y del mal, y ante la separación de familias enteras y no una, ni cien, sino miles de niños que se convierten en huérfanos por obra y gracia de su mandato, el presidente del vecino país protege a su familia para que esté fuera de los designios de su ley migratoria que él mismo inventó.

Muchos de los que votaron a favor de Trump han sido deportados en un afán por deshacerse de lo que considera delincuentes en potencia. Desde luego, habría que ser muy ingenuos para pensar que personajes como el que ahora vive en la Casa Blanca, pudiera tener un gesto de amabilidad por los migrantes.

Cuando se supo que jueces le dieron la alternativa de que renunciara o enviara a su esposa a su país de origen, porque mostraron que tanto sus abuelos como los de su esposa habían entrado de manera ilegal, impide que el asunto no llegue a la Corte Suprema y todo quede reducido a una orden ejecutiva, en lo que sería una sopa de su propio chocolate, pero el del Bienestar.

La justicia debe estar en manos del pueblo, en el tribunal de la historia, es lo que todavía no entiende Trump, a quien no le causa ninguna gracia sus decisiones y provoca su rechazo absoluto.

Pasará a la historia como un gringo que trató de robar a otros países para que su país no llegara a la quiebra y es ese el problema, no puede interpretarse de otra manera ante una forma agresiva de gobernar. Porque a pesar de que hay mucho trabajo que realizar en la Casa Blanca la tarea del mandatario se reduce al mínimo dedicándose únicamente a la imposición de aranceles.

Porque no le importó la gente que perdió su vida, su casa, su patrimonio en Texas, a pesar de que es uno de los estados que votaron por él. La gran diferencia es cómo utiliza él sus herramientas para fines muy diferentes a los de un mandatario al que le preocupa su gente.

El caso de los perros es muy particular; mientras él educa caninos para buscar inmigrantes en el desierto, países como México entrena perros para buscar gente en medio de los desastres, para salvar vidas en inundaciones o terremotos. Esa es la gran diferencia.

Aunque no faltan las interpretaciones espirituales que lo señalan como el propio demonio, porque luego de una desafortunada declaración del gobernador de Texas Gregg Abbot, sobre la posibilidad de que Dios fuera migrante, llegaron las lluvias sin avisar y arrasaron con todo. Ahora que su capricho reside en que su familia no podrá ser tocada por las leyes que él mismo impuso, adjudican a leyes divinas su malestar clínico diagnosticado con insuficiencia venosa crónica tras presentar hinchazón en las piernas, según una carta del médico de la Casa Blanca difundida por la secretaria de prensa, Karoline Leavitt.

Pero no hay más juicio que el de la historia, y cuando la persistencia de la prepotencia y la arbitrariedad se adueña de las mentes perversas de malos mandatarios, se recurre a fuerzas sobrenaturales para dar una explicación que carece de lógica.

La insistencia de Trump sobre las condiciones que pone a México, requiere de un esfuerzo de su contraparte, en el tema de los cárteles de la droga, cuya existencia, afirma el presidente vecino, mantiene a la gente con miedo de salir a la calle por encontrarse con los delincuentes, cuando éstos venden droga, no son asesinos seriales como tantos que hay en las calles de las ciudades de Estados Unidos, de personas que quedaron mal de la cabeza luego de regresar de las guerras que los envió el huésped en turno de la Casa Blanca.

La cantidad de droga que llega a Estados Unidos ha disminuido notablemente, y eso en lugar de ser un logro político del gobierno vecino es problema que se convierte en una bola de nieve porque una expresión de inconformidad de más de 50 millones de adictos no la puede sostener dentro de su país.

Así, las condiciones de Trump son pretextos para tratar de reducir el liderazgo de la Presidenta de México, él quiere ser el más querido, dentro y fuera de su país, y no hay un espejito que le diga que es el más admirado y el más bonito, quiere un liderazgo que él mismo no tiene ya que más de la mitad de la población de su país está en contra de su mandato, incluso quienes por ignorancia o falta de información votaron por él, quieren que se vaya del gobierno.

Trump hace afirmaciones irresponsables que rayan en la agresión por el alto grado de mentira que contienen como afirmar esto: “Debemos hacer algo sobre eso, no podemos permitirlo. Las autoridades mexicanas están petrificadas, temen ir a trabajar porque los carteles tienen el control sobre los políticos y los cargos electos”.

Su palabra ha dejado de ser trascendente dentro y fuera de Estados Unidos. Porque sus indecisiones son continuas y obsesivas, demostrando desconocimiento del cargo que ostenta.

La mejor manera de desgastar el liderazgo de Claudia Sheinbaum es invadiendo el país, es decir, por la fuerza y contra la razón, lo cual provocaría un escándalo mundial y además implicaría tener al enemigo en casa, con millones de mexicanos en su territorio, en las calles, en las avenidas y el campo. Entonces sí la gente en Estados Unidos, tendría miedo de salir a la calle en aquel país.

Lo único que ha hecho el gobierno vecino para detener el consumo de drogas es promulgar la Ley Alto al Fentanilo, que como toda ley debe cumplirse pero hasta el momento sólo está en el papel sin que haya una sola acción que demuestre que dicha ley es vigente y sanciona en realidad.

Los adictos no requieren cárcel sino tratamiento, lo cual de existir, implicaría invertir todo el presupuesto destinado a la industria militar, lo cual ahogaría en una deuda mayor a la ya de enorme carga económica que tiene a ese país al borde de la quiebra.

Ante estos desequilibrios mentales del presidente del vecino país, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum ha dicho que no peleará con su contraparte, menos aún discutirá, sino que el gobierno de México informará al de los Estados Unidos sobre las acciones que se han realizado en la actual administración para combatir la producción de drogas y su tráfico hacia ese país, aseguró Claudia Sheinbaum.

A nadie le conviene estar peleado con el vecino de al lado.

PEGA Y CORRE.- Finalmente se crea una comisión legislativa para investigar el cártel inmobiliario, la respuesta del PAN señala que se trata de un acto de distracción…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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