Rocío aplaude a Sheinbaum, pero no a Luisa María ni a Andy

No es que en sus días de gloria los priistas anduvieran a partir de un piñón, pero procuraban dar la imagen de unidad. Recuerdo que incluso alguna vez los consejeros nacionales veracruzanos fueron a una reunión nacional en Querétaro en un vuelo chárter, porque alguno de ellos consiguió un avión. Cuando peor les iba se iban en autobuses de lujo, pero todos juntos. Cuando regresaban, se continuaban peleando entre ellos, dándose de patadas por debajo del escritorio, pero abrazándose en público.

 

Los morenistas, que los imitan en casi todo, todavía no llegan a ese grado de actuación. Se dan con el hacha y se odian con odio jarocho y cada quien jala por su lado, aunque tal vez no viajan juntos porque cada quien quiere lucir la camioneta machuchona en la que se moviliza, sus choferes y guardaespaldas, en una verdadera competencia de vanidades.

 

Apunto lo anterior porque ese individualismo se hizo patente cuando el senador Manuel Huerta se quedó tirado en Huamantla ya que se le descompuso la vieja track en la que viajaba, de su propiedad, cuando se dirigía a la CDMX para participar en el Consejo Nacional de Morena y no tuvo quién lo auxiliara, por lo que tuvo que llamarle de urgencia a su fiel Polo Pascacio, quien saltó de la cama y casi en piyama salió hecho la mocha de Xalapa para alcanzarlo y llevarlo a su destino.

 

Bajo el principio de primero muerto que tarde, la piedra en el zapato del morenismo veracruzano llegó barriéndose al cónclave en la capirucha y no solo participó en el aquelarre guinda, sino que pudo estar con la dirigente nacional Luisa María Alcalde y echarse una grillita con ella. Fuera de ese detalle, el Consejo, ni fu ni fa. Para la fanaticada política, que esperaba sangre, no se trató la salida de Esteban Ramírez Zepeta de la dirigencia estatal ni la expulsión de Huerta, como pidió la diputada local Tania Carola Viveros.

 

Aparte de la presencia de Manuel, destacó la de la gobernadora Rocío Nahle y de la alcaldesa electa de Veracruz, Rosa María Hernández Espejo, a quienes les aplaudieron por haber ganado la presidencia municipal de esa ciudad que casi era ya un monopolio del PAN, sin duda un logro de gran calado por la importancia que tiene el puerto jarocho en el ámbito nacional, una verdadera joya que le dieron y con el que visten al morenismo. También estuvo el presidente de la Jucopo, diputado Esteban Bautista Hernández, con la discreción que lo caracteriza.

 

No dejó de llamarme la atención el escueto comentario de Rocío en las redes: “Tenemos gran responsabilidad en nuestro movimiento transformador. En total apoyo a nuestra querida presidenta Claudia Sheinbaum Pardo”. Nada más. Cero comentario para Luisa María Alcalde y menos para Andy López Beltrán, la presidenta y el secretario de Organización de la dirigencia nacional, como tampoco para Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional, lo que lleva a pensar que no estuvo de acuerdo en que arroparan a Adán Augusto López tanto por su presunta relación con el crimen organizado a través de su jefe de Seguridad, Hernán Bermúdez, Comandante H, líder del cartel La Barredora, como por su disputa personal por su protección al senador Miguel Ángel Yunes Márquez, su enemigo público número uno.

 

Pero la indiferencia de Nahle hacia Luisa y hacia Andy y su total y único apoyo a Sheinbaum da pie para especular que tampoco está de acuerdo con Andrés Manuel López Obrador, quien los impuso y los mueve, y menos luego de que la paró para que no investigara a Cuitláhuac García Jiménez por su responsabilidad en el desaseo económico en la Secretaría de Salud, observado incluso por la Auditoría Superior de la Federación.

 

Lo que se vio, pues, y se leyó sobre el Consejo Nacional de Morena permite conjeturar una disputa por las candidaturas a diputaciones locales y federales en 2027 entre la dirigencia nacional y la gobernadora, en la que sin duda terciará Manuel Huerta, quien, al margen, desde que terminó la elección de 2024 está trabajando para proyectar a los suyos, para lo cual recorre el estado una y otra y otra vez sin hacer ruido, como lo hará nuevamente en agosto con el pretexto de presentar su informe de labores por segmentos, o sea en diversos puntos de la geografía estatal.

 

Ya se verá si en Morena le batean de nuevo a sus candidatos, luego de que les demostró que si le dan la espalda se los lleva a otros partidos y ganan, pues tienen trabajo en “territorio”, no se han alejado de la base y procuran estar en línea con la causa original que dio vida a Morena, además de que Manuel mantiene un gran control entre la militancia.

 

Nahle hace el trabajo de Ramírez Zepeta

 

Luego de la contundente derrota que, entre otros partidos, el PT le propinó a Morena en la pasada elección municipal, el coordinador (dirigente) de la Comisión Ejecutiva Estatal, Vicente Aguilar, les reprochó que “menospreciaran” a su partido. “Fue un error dejarnos ir solos”.

 

Para los perdedores, el PT les ganó porque los apoyó el senador Manuel Huerta, al que por eso acusan de traidor, sin ver que fue su soberbia la que los llevó a morder el polvo. Todo indica que, finalmente, en el morenismo han terminado por aceptar que en efecto cometieron un gran error al ningunear al petismo, y dada la mala relación que quedó entre el dirigente estatal Esteban Ramírez Zepeta y Vicente Aguilar, ha tenido que intervenir la propia gobernadora Rocío Nahle para tratar de cerrar la herida y regresarlos como aliados en la elección de 2027.

 

No tiene otra lectura la reunión que sostuvieron el miércoles pasado en el despacho de Rocío, en el palacio de gobierno, además porque el PT es ahora la cuarta fuerza política por debajo de Morena, MC y el PAN, y por encima del PRI y del PVEM, gracias a las presidencias municipales que ganó y que lo hizo revivir cuando se daba por hecho que estaba cantada la pérdida de su registro como partido político en el estado.

 

El mismo Vicente se ha de haber quedado sorprendido cuando recibió la invitación. De cuándo acá, ha de haber dicho, sobre todo luego de que Ramírez Zepeta lo menospreció. A la reunión asistió acompañado por el diputado local Ramón Díaz Ávila.

 

“La política se realiza con diálogo e intercambio de ideas y opiniones. Es un gusto como siempre, recibir a la dirigencia del PT en Veracruz, Vicente y Ramón son compañeros con los que hemos caminado para avanzar en la transformación de nuestro estado. Hay buena coordinación y actitud positiva para sacar los temas que necesita la ciudadanía”, comentó la gobernadora en sus redes.

 

 

 

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