Fueron dos las ocasiones que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le habló al presidente Enrique Peña Nieto sobre la necesidad de quitar de la gubernatura de Veracruz a Javier Duarte de Ochoa: “Está robando mucho y la gente está colérica. Si lo dejamos podemos perder ese estado en la siguiente elección”, le habría dicho.
En la segunda ocasión Peña lo atajó casi con violencia y le prohibió hablar más del tema. “Javier es un excelente activo del PRI, nos ha ayudado a ganar elecciones”. Pero el latrocinio de Duarte continuó y para cuando el presidente reaccionó y lo mandó a volar ya era tarde, Veracruz se había perdido quizá para siempre.
Nueve años después la historia se repite, aunque con diferentes actores.
El gobierno de la 4T está empecinado en mantener en la rectoría de la Universidad Veracruzana a Martín Aguilar Sánchez, un maestro de medio pelo, anodino y gris cuyo único mérito es ser morenista y cuatroteista hasta las cachas, pero que está impedido para reelegirse debido a que sobrepasa los 65 años, edad que fija la UV como límite para ser rector.
Aconsejado quién sabe por quién, Martín dijo que no desea reelegirse, lo que quiere es una “prorroga” (por cuatro años, naturalmente) para “consolidar la transformación de la Universidad Veracruzana”.
El problema es que la prórroga se quiere imponer en medio del descontento en muchos municipios por el saqueo y la corrupción de alcaldes, principalmente de Morena, que están por cumplir su cuatrienio y se irán con las bolsas llenas e impunes.
También se quiere imponer frente al descontento popular porque la violencia no baja, los delincuentes se han apoderado de un tercio de los municipios, hay pésimos servicios de salud, faltan medicinas, oportunidades de empleo y estamos más fregados económicamente que antes.
Es decir, quieren meter con calzador a Martín cuando hay un Veracruz molesto e iracundo que no tarda en hacerse oír. Pero les vale gorro.
La casi aprobada “prórroga” ha provocado el rechazo de la mayoría de la comunidad universitaria y la movilización de estudiantes que aseguran que con ese sujeto en la rectoría, serán otros cuatro años de oscuridad para la UV.
En relación a la “consulta” que piensa hacer la Junta de Gobierno, el ex director de la Facultad de Derecho, José Luis Cuevas Gayosso la rechazó por ilegal. “La ley no se pone a consulta, la ley no es para decir si sí o si no”.
Dijo que es lamentable que la interpretación jurídica en torno a la prórroga se fundamente “en argumentos que tergiversan la norma y colocan de manera aislada una palabra para que con ello pueda intuirse que la prórroga fuese de forma automática”.
El PAN estatal fijo su postura al manifestar que la Universidad Veracruzana no debe estar al servicio de ningún régimen, ni ser un espacio de adoctrinamiento para difundir ideologías y propagar las ideas de una facción política. Agregó que respeta y respalda a los universitarios que luchan por la libertad educativa y defienden el respeto y cumplimiento de la normatividad que rige la vida interna de la UV, para impedir el injerencismo de la mal llamada transformación.
Pero la prórroga va porque así lo están ordenando de allá arriba a pesar de las consecuencias y porque “Martín Aguilar es un excelente activo de la 4T”.
Igual que le dijeron a Osorio Chong.
Peña Nieto nunca imaginó que su partido (fuerte, poderoso, con una infraestructura envidiable y forrado de millones de pesos), se viniera para abajo hasta casi desaparecer y menos en Veracruz, un estado más priista que el PRI.
Pero Veracruz fue la primera ficha del tricolor que cayó en 2016 con el triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares. Y en 2018 volvió a caer junto con otros ocho estados que fueron todos para Morena.
En Morena piensan que un partido fuerte, poderoso y forrado de millones de pesos como el suyo, no puede venirse abajo en Veracruz y menos por la reelección de uno de los suyos a la rectoría de la UV.
Soberbios y displicentes, piensan que jamás les pasará lo que al PRI porque no hay oposición en el país. Pero se equivocan.
Oposición partidista no habrá, pero oposición ciudadana sí. Y lo demostraron los pocos veracruzanos que salieron a votar el domingo 1 de junio y les pusieron una moderada moquetiza que ningún moreno vio venir.
Aguas, ese fue el primer aviso de dos, porque tercer aviso no habrá.
A mano será el conteo de la elección judicial
No lector, contra lo que pudiera suponerse, Manuel Bartlett no tuvo nada que ver con la caída del sistema en el OPLE mientras se llevaba a cabo el cómputo de la elección judicial. Aunque en el Organismo Público Local Electoral nunca lo dirán, lo que sucedió tuvo que ver con la falta de dinero.
Debido a la miseria de presupuesto que recibieron para procesar los resultados de dos elecciones (la municipal y la judicial), el sistema careció del softwere adecuado y tronó. Y como sigue sin haber presupuesto porque la austeridad republicana es primero, el conteo de los sufragios se hará a mano.
Mediante un comunicado, el OPLE informó que con el propósito de dotar de certeza y transparencia los resultados de la elección judicial, se determinó no utilizar el Sistema de Cómputos y realizar el escrutinio y cómputo asentando los resultados de forma manual.
Luego de detectar que los resultados de la elección de personas juzgadoras no guardaban coherencia ni lógica en relación al número de paquetes computados, se determinó reiniciar el escrutinio y cómputo de las casillas seccionales en los 26 Consejos Municipales.
Por lo anterior, quedan sin efecto todas las actas de escrutinio y cómputo de casilla que fueron levantadas en los Consejos Municipales Habilitados, sin que esto afecte la validez del sufragio contenido en la documentación electoral física, es decir en las boletas contenidas en los paquetes electorales.
El cómputo de votos -dice el comunicado- cuenta con la presencia de más de 3 mil observadores acreditados y de visitantes de otros organismos del país, que podrán constatar la transparencia y legalidad con que se desarrolla esta fase de resultados.
Que recuerde lector, esta es la primera vez desde que se lleva el sistema computarizado, que los votos se contarán a la antigüita, cosa que se volverá común si el gobierno federal sigue regateando dinero a todo lo que tenga que ver con elecciones.
Y de esto no tiene la culpa el OPLE.