Siete meses después

La del viernes pasado, en Coatzacoalcos, fue una buena acción de la gobernadora Rocío Nahle, qué duda cabe, pero a la vez es el más claro e ilustrativo ejemplo de cómo actúa en forma improvisada, y lo ocurrido exhibe una vez más la falta de cuadros propios en Morena, aptos para desempeñar cargos de responsabilidad del Gobierno.

 

Ese día, en gira de trabajo por su tierra adoptiva, para entregar viviendas a reubicados que vivían a orillas de las vías del tren y cuyos espacios se necesitaban para instalaciones del Tren Interoceánico, los beneficiarios se quejaron no solo por la falta de escrituras sino también de servicios básicos y defectos en las casas-habitación.

 

Los atendió, los escuchó y les ofreció que iba a poner a una persona del Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda), que depende de su administración, para verificar la situación, de preferencia que fuera una mujer, pues consideró que las mujeres son más sensibles a los problemas de las viviendas.

 

No pasó mucho tiempo para que al terminar el acto oficial se le acercara una joven, María Guadalupe Regalado Ortiz, de 28 años, quien le dijo que estaba desempleada, que era ingeniera civil y que estaba haciendo su servicio social en Pemex, y entonces, ¡zas!, que la contrata en el acto y le encarga que ella atienda el problema de las nuevas viviendas.

 

“Me pongo a sus órdenes, estoy disponible”, le dijo la joven, y Rocío decidió a botepronto: “Oye, ayúdame”. “¡A ver, ya encontré! Ella es la que me va a ayudar a representar a Invivienda. Me la contratas de una vez. Ella va a estar con nosotros”, ordenó al personal que la acompañaba. Ahora sí, como dice el dicho, vio caballo y se le ofreció viaje.

 

Como anécdota y para la nota de color periodística (que ya, por cierto, casi nadie practica) estuvo bien el detalle, pero la mostró como a una gobernadora abrumada y desesperada por los problemas y con la urgente necesidad de resolverlos con el primero que encuentre a la mano, tan solo con que le diga que es Juan Camaney, pero las cosas no son así, no deben ser así en la conducción de un Gobierno.

 

El Invivienda quedó ya en calidad de florero, solo de adorno. Se supone que el Gobierno del Estado tiene personal capacitado y especializado del que debió echar mano, además para no improvisar. En cambio, contrató a una persona sin ninguna experiencia en el tema, a quien de todos modos tendrá que enviarle personal de Xalapa para que le enseñen, clases y aprendizaje que les van a costar a los veracruzanos.

 

No acaba de consolidarse el Gobierno

 

Este lunes concluye el mes de junio, el primer semestre del año, los primeros siete meses del gobierno nahalista que, como vemos, no acaba de consolidarse y que, para tratar de salir adelante, ahora improvisa, algo que no se esperaba porque esa fue una característica del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y del que se pensaba que se iba a diferenciar.

 

No son los Yunes, no es Manuel Huerta, no es la prensa crítica independiente, son ellos mismos los que dan de qué hablar, qué criticar. Hacen falta asesores, consejeros con experiencia que ayuden a la señora, que se atrevan a decirle que no, que le digan la verdad y no le aplaudan todo, aunque esté mal, al tiempo que se le tiran al piso, que se adelanten y le vayan desbrozando el camino para que avance sobreseguro.

 

¿Nadie pensó, a nadie se le ocurrió que antes de entregar las viviendas debieron haber enviado equipos de Invivienda, del Registro Civil, de la CFE, del ayuntamiento, de Protección Civil, de la SIOP y operadores políticos para que supervisaran que todo estuviera bien y evitarle reclamos cuando llegara? En todo caso, ¿por qué no se encargó de cubrirla el alcalde Amado Cruz Malpica? ¿Quién está al tanto de esos pequeños grandes detalles?

 

Como aprendizaje, con todos los recursos disponibles, siete meses debieron haber sido suficientes para afinar el funcionamiento de la administración estatal. Los hechos nos dicen que no ha sido ni es así. Con el primer gobierno morenista debieron haber aprendido. No lo han hecho. Lo preocupante y grave es que todo tiene un costo y ese lo pagan los veracruzanos, las consecuencias y el dinero que se tira, porque ni siquiera se gasta bien.

 

Ha dejado pasar y perder siete meses ya

 

La gobernadora dejó pasar y perder siete meses para acabarse de legitimar, imponer un liderazgo, dar golpes de autoridad con los que hubiera ganado credibilidad y confianza y para decirle con hechos a los veracruzanos que ella no es igual a los que se acaban de ir –es un decir, porque todavía los tiene incrustados en su gobierno–, y que ella sería un referente de un antes y un después en la historia política de Veracruz.

 

Si cuando llegó hubiera actuado en serio contra quienes dañaron el patrimonio del estado, de la pasada administración, y hubiera puesto el ejemplo de que en su gobierno no habría impunidad, hoy todos los veracruzanos le estuvieran aplaudiendo y de pie. Todo sigue igual e incluso ha cobrado plena vigencia la célebre frase de Javier Duarte de que aquí no pasa nada.

 

Con pena –ese término quiero usar, aunque otros dirían que hasta con regocijo– los asistentes a la coronación de la reina del carnaval del puerto de Veracruz la noche del viernes pasado escucharon abucheos en su contra tanto cuando la anunciaron a su llegada como cuando la despidieron, lo que hizo recordar a algunos aquel abucheo cuando llegó a uno de los cafés de La Parroquia siendo candidata. En aquel entonces dijeron que los Yunes habían enviado a los ruidosos, pero, ¿y ahora? Todo tuvo visos de que fueron abucheos espontáneos. Y cuando los del micrófono animaban para que le aplaudieran, tampoco. Entonces, algo anda mal.

 

Por fin empieza a conocer Veracruz y a los veracruzanos

 

Si me preguntaran qué creo que ha sido lo mejor de este gobierno en sus primeros siete meses, diría, sin mucho pensarlo, que el hecho de que Rocío por fin empieza a conocer Veracruz y a los veracruzanos. Sus visitas y recorridos en precampaña, campaña y como gobernadora electa le sirvieron para conocer algo de la geografía física del estado, de pasada ciudades y pueblos, tal vez, superficialmente, a algunos veracruzanos, pero definitivamente no conocía, ni conoce totalmente, porque eso lleva muchos años lograrlo, y menos cuando no se es nativo del estado, la idiosincrasia del veracruzano, compleja además en un estado con las características propias de una república, con tanta diversidad.

 

Ya vio que no es lo mismo que arrolle en una elección porque le alleguen acarreados por miles, porque los seduzcan con beneficios hechos programas sociales que salen de sus propios bolsillos, porque la impulse una figura emblemática como la de López Obrador y porque cuente con todos los recursos económicos posibles, a que los veracruzanos decidan como el pasado 1º de junio cuando incluso la hicieron tropezar, según aceptó ella misma.

 

En mi caso no me cabe duda que está llena de buenas intenciones y que anuncia y anuncia obras con mucho optimismo, lo que no está mal, pero ya se va dando cuenta que, como dice el dicho, uno pone y Dios dispone. Seguro en sus cálculos no consideró, y por lo mismo no tomó en cuenta, además por su falta de experiencia porque no lo había vivido al frente del Gobierno, los imprevistos como los estragos que causan las lluvias y huracanes que, para su mala suerte, ahora se han presentado de manera atípica, y todavía falta lo peor en septiembre y octubre y parte de noviembre.

 

Caminos y carreteras destrozadas, vados destruidos, puentes caídos, deslaves, retraso en las obras –con los aranceles de Trump al acero ya subieron mucho los costos– van a achicar el presupuesto y aumentar los reclamos sociales. Y tendrá que atenderlos con urgencia porque tiene enfrente la elección intermedia de 2027. Está echada para adelante, será interesante ver cómo acomete la realización de sus obras emblemática, y con qué.

 

Necesita convocar a la unidad, ajena a su partido

 

Se cumplen este lunes siete meses ya y la inseguridad y la ola de violencia no cesa, continúa sin haber medicamentos para los niños con cáncer, no hay creación de empleos bien remunerados (como pretendió siempre Fidel Herrera que hubiera), las carreteras y caminos están en estado desastroso, continúa el hallazgo de panteones clandestinos, el secuestro y asesinato de empresarios, e incluso Veracruz es noticia internacional porque descubren en su territorio una mini refinería clandestina para el huachicoleo.

 

Rocío tiene que llamar a todos a la unidad, ponerse por encima de su partido y gobernar con todos y para todos sin distingos partidistas, cambiar a la fiscal general del estado y liberar a tantos inocentes encarcelados sin pruebas. Empezó bien y creo que iba bien en su pluralidad hasta que tomó partido por su partido, partidizó su gobierno en forma abierta y empezó a descalificar a los opositores, que es descalificar a muchos veracruzanos.

 

Ya empieza a conocer Veracruz y a los veracruzanos. Poco a poco se va a ir dando cuenta que es un pueblo trabajador, noble, participativo, dispuesto a jalar parejo si se le convoca con buenas maneras y si se le respeta y se respetan sus derechos. Pero ojalá y no se dé cuenta de ello demasiado tarde para ella y para el estado.

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