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Vergonzosamente, Veracruz ayudó a darle el tiro de gracia al actual Poder Judicial

by Arturo Reyes Isidoro

En Estados Unidos, el miércoles, el Tribunal Comercial Internacional de ese país declaró ilegales los aranceles (entre ellos a México) del presidente Donald Trump. A disgusto, Trump aceptó la decisión legal y su Gobierno dijo que apelaría ante la Suprema Corte si un tribunal federal de apelaciones no suspendía el bloqueo a dichos aranceles.

 

Arbitrario, prepotente, abusivo como lo conocemos, como los caballos mordió el freno, pero no explotó diciendo que “no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley” y no ha hecho uso de su poder para tratar de acabar con el Poder Judicial norteamericano en venganza, por un capricho suyo, ni ha anunciado una reforma para que los togados sean elegidos a efecto de tenerlos sometidos y respondan solo a sus intereses.

 

Eso es exactamente lo que hizo Andrés Manuel López Obrador cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación no le aprobó todos sus caprichos y ocurrencias, cuando no pudo imponer a un ministro presidente incondicional suyo como pretendía hacer con Arturo Zaldívar y cuando la ministra presidenta Norma Piña se portó con una dignidad ejemplar, no se dobló ante él e hizo valer y que se respetara la autonomía del Poder Judicial en México, al grado que en un acto oficial el macuspano le negó el saludo.

 

Trump, respetuoso de la ley, se empezó a defender por la vía legal. Su gobierno apeló y por lo pronto logró la suspensión de la aplicación de la sentencia, pero no la ha revertido. Cuánta diferencia entre un país de leyes, que se respeta y que las respeta, del presidente para abajo, y el de una pandilla que en mala hora se hizo del poder en México y que con tal de complacer y tener contento a su aspirante a tiranuelo, el domingo buscará que se “elija” a ministros, magistrados y jueces incondicionales suyos, para tenerlos sometidos, una “elección” verdadera farsa que, al menos en mi caso, no voy a validar votando.

 

Ir a votar el domingo por la mal llamada “reforma judicial” sería avalar la brutal agresión que el entonces gobernador Cuitláhuac García Jiménez, el impresentable entonces secretario de Gobierno, Eric Cisneros, y el propio titular del Poder Legislativo, Juan Javier Gómez Cazarín, encabezaron el 20 de mayo de 2023 en la Ciudad de México contra ocho ministros frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque habían declarado inconstitucional la legislación impulsada por López Obrador. Cercanos míos que estuvieron en la organización de todo me confiaron que la entonces Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, les había otorgado todas las facilidades y les había dado todos los apoyos para cometer el atentado.

 

Llegó a tal grado la barbarie que cargaron con un féretro con las siglas de la SCJN y con un sujeto adentro con una imagen de la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, además de que afuera colocaron imágenes de ella y del ministro Alberto Pérez Dayán. Aquel acto de barbarie tendrá su culminación y prácticamente acabará de consumar la extinción de la autonomía del Poder Judicial con la farsa de la elección del domingo. Mi repudio total.

 

Pero qué triste para Veracruz y los veracruzanos, el estado en el que en 1859 Benito Juárez expidió las Leyes de Reforma, hecho que nos llena de orgullo y que cambió para siempre, para bien, la historia de México; qué triste y qué vergonzoso que un grupo de veracruzanos, al que luego se sumó el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, haya contribuido a escribir una de las páginas más oscuras en la historia de México. La historia los juzgará.

 

“Acordeones”, “una vergüenza para la democracia”: INE

 

Esta es la última columna “Prosa aprisa” de mayo. El lunes, cuando reanudemos, no solo habrá nueva semana y nuevo mes, sino que los veracruzanos tendrán nuevas autoridades municipales.

 

En el caso del estado coinciden dos elecciones: las municipales y la de la reforma judicial. En mi caso, saldré a elegir a mi nueva autoridad municipal. Vengo sosteniendo que la segunda es una farsa del Gobierno federal para cumplir un capricho de Andrés Manuel López Obrador.

 

Aunque un poco tarde, cuando Morena ya repartió miles, millones de acordeones, para inducir el voto a favor de ministros, magistrados y jueces identificados con la 4T, y cometer el atraco que tiene preparado, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó de último momento medidas inhibitorias para que las personas responsables se abstengan de producirlos y distribuirlos, pues señalaron que hacerlo es “una vergüenza para la democracia” y una forma de deslegitimar el proceso.

 

Al menos a los señores consejeros, que hasta ahora habían guardado silencio, les dio un prurito de vergüenza y aceptan el cochinero oficial, algo que, por cierto, su delegado en Veracruz, Josué Cervantes Martínez, avaló en cambio con el argumento de que lo que no está prohibido está permitido.

 

Los veracruzanos sí deben votar para elegir a sus alcaldes

 

Creo que no es muy necesario, por el interés que se ha visto en el proceso, pero considero que no sobra decir que hay que salir a votar por las nuevas autoridades municipales, las más cercanas a los veracruzanos, y a hacerlo con decisión, sin temor, porque eso fue lo que se intentó causar desde las esferas del poder para tratar de inhibir la participación ciudadana ante el temor que tienen de que pierdan sus candidatos.

 

Me llaman la atención las publicaciones que “auguran” que Morena va a ganar la mayoría, cuando eso nunca ha estado en duda. Eso es obvio, no es noticia y por lo tanto novedad (en los años dorados del periodismo escrito del siglo pasado se decía que, que un perro mordiera a un hombre no era noticia, pero que en cambio era noticia que un hombre mordiera a un perro). El interés está en saber, en cambio, cuántos y dónde va a perder, porque tampoco va a arrasar.

 

Algo que no es necesario esperar el resultado para observar es que sigue sin consolidarse como partido, pues no tiene estructura propia y menos un liderazgo que lo guía y ayude a tener su propio capital. En este proceso flota gracias a figuras tránsfugas, sin ninguna calidad moral desde el momento mismo en que se reconvierten por interés y no tienen ni principios ni valores, menos congruencia.

 

Creo, pero eso solo se confirmará el domingo, que, en efecto, Movimiento Ciudadano (MC) va a lograr el gran objetivo que se planteó desde un principio: el de convertirse en la segunda fuerza política del estado, por el número de votos que obtenga. Que yo sepa o haya escuchado, nunca se planteó ganar la mayoría de las alcaldías, así que las que obtenga será ganancia. Tiene ya algo que los demás no: lograron motivar y sumar a miles de jóvenes y, sin duda, es, de todos, el partido de los jóvenes, con verdaderos jóvenes.

 

El PAN y el PRI tampoco van por la mayoría de las alcaldías y su problema es más de supervivencia, para ver si han frenado su caída libre, sobre todo el PRI, que, de haber llegado a ganar de todas todas, ahora ni siquiera completó los 212 candidatos. Sus estructuras envejecieron y ya no le dicen nada al nuevo electorado, pero tampoco tienen nada nuevo que ofrecer.

 

Del PVEM no se puede decir mucho porque no se atreve a soltarse e ir solo y sigue dependiendo de lo que le dé Morena. Del PT, menos, porque está solo a la suerte de lo que desechen los demás. Lectora, lector, que gane tu candidata, tu candidato. Y no te me apasiones, que en una verdadera democracia se pierde y se gana. Cuando se pierde, hay que empezar a trabajar para la próxima elección, cuando puede venir la hora del desquite.

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