La mano que mece la cuna: violencia política y juego de poder en Veracruz

“Mayor es el peligro cuando mayor es el temor.” – Salustio.

 

En política, la frase “no existen las casualidades” es una forma de decir que todo evento político, incluso los que parecen casuales, tiene una causa o un plan detrás, y no es producto del azar. Es al ex presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt a quien se le acuña la frase “en política no hay casualidades… y si las hay, es que están muy bien preparadas”.

Y esto lo traigo a colación porque las declaraciones realizadas por la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, el pasado 24 de abril de 2025, tras los hechos violentos ocurridos en la región de Papantla, no son un mensaje menor.

Sus palabras dejaron entrever una verdad incómoda que muchos preferían ignorar: en Veracruz hay un plan perverso en marcha, orientado a generar terror, provocar ingobernabilidad y sembrar inseguridad con el único objetivo de desestabilizar a su gobierno y recuperar a toda costa los privilegios perdidos por los viejos cacicazgos políticos del estado.

Los recientes asesinatos de dos candidatos de Morena a las alcaldías de Coxquihui y Texistepec no son hechos aislados. La violencia política que se vive en ciertas regiones de Veracruz responde a un patrón cuidadosamente tejido.

La reaparición del ex secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, no puede tomarse como una simple coincidencia. Por el contrario, su presencia obedece a un plan previamente acordado con sus antiguos aliados —particularmente los integrantes del Clan Yunes— para mantener influencia regional y sabotear los avances democráticos que ha impulsado el actual gobierno.

Este entramado no se detiene en lo político. A este plan se han sumado algunos columnistas y medios de comunicación que, de forma sistemática, magnifican hechos de violencia con el afán de distorsionar la percepción pública y presentar a Veracruz como un estado fuera de control. En algunos casos, se sospecha incluso de la fabricación deliberada de incidentes para alimentar esa narrativa del caos.

Detrás de esta estrategia de desestabilización se encuentra también una red de intereses políticos nacionales que tienen cuentas pendientes con la mandataria veracruzana.

Pero aquí lo verdaderamente importante es recordar que esta técnica los veracruzanos ya la conocemos, con nombre y apellido, basta recordar que Fidel Herrera y Javier Duarte utilizaron a Cesar del Ángel y sus 400 pueblos para intimidar a Miguel Ángel Yunes, este último hizo alianza con un grupo de la delincuencia organizada cuyo enlace fue el difunto Juan Carlos Molina y con Cuitláhuac García fue más fácil ya que el que operaba todo fue el mismo Bola 8.

Es así como ahora ante la firmeza del Gobierno Estatal que encabeza la misma Rocío Nahle, y el avance de una nueva ruta y visión para Veracruz, que vuelven a utilizar la receta de violencia y escándalo y para eso pues utiliza a su empleado el desprestigiado prófugo de Otatitlán, quien hoy en una clara provocación subió una foto diciendo que estaba en Veracruz cuando realmente está en Tijuana en su mansión recientemente adquirida.

Es más fuentes de inteligencia afirman que el personaje defensor de la Negritud recibió el pitazo de que por haberse atrevido a regresar a Veracruz estaba todo listo para ir por él con tremendo operativo, pero desde la FGE le dieron el aviso y salió por patas de la entidad para irse a refugiar de nueva cuenta a Tijuana.

Se sabe que los mismos Yunes buscaron infiltrar Morena desde dentro, venderse como operadores electorales de peso y prometerle a un poderoso político tabasqueño una base de poder en la entidad para su futura aspiración presidencial en 2030.

La advertencia hecha por el empresario y analista Simón Levy https://x.com/SimonLevyMx/status/1922293373018505445 sobre una presunta lista de políticos a los que el gobierno de Estados Unidos habría cancelado visas por presuntos vínculos con el crimen organizado, abre una nueva dimensión al escándalo.

La violencia política no es espontánea: es inducida. Y la mera presencia de personajes como Patrocinio Cisneros parece bastar para desatar una ola de violencia diseñada con precisión quirúrgica.

En este contexto, el temple y la cabeza fría con la que Rocío Nahle García ha respondido es clave. Enfrenta no solo una elección, sino una guerra encubierta por el control político de Veracruz.

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com

“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx

 

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