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Una plaga muy dañina azota al tránsito de la capital: los motociclistas. Con la modalidad de las entregas a domicilio con el COVID se incrementaron y fueron útiles. Hoy son un serio peligro no solo para los conductores sino para los mismos transeúntes. Los accidentes viales se multiplican por la impericia de la mayoría. Lo más delicado es que aunque el conductor del auto no tenga la culpa le cargan todo “el peso de la ley”. Motos con llantas lisas y aparatos desgastados. Las autoridades correspondientes deben actuar, pues hace mucho tiempo la denuncia pública está y no hacen caso. Lo malo es que muchos son maleantes que en los altos de las avenidas se acercan, amenazan con una pistola y hasta el auto se llevan.*** Es el colmo que se permita que los vendedores ambulantes se instalen a la venta en las obras públicas en reparación como en la avenida Araucarias frente a la Volkswagen. Tienen años sus líderes de beneficiarse de los comerciantes y nunca han sido removidos causando un problema con el tránsito local. Ahora en las excavaciones tienen a la venta sus productos- por cierto más caros-en un ambiente contaminante. Quién les dió permiso? se preguntan los vecinos.
