Si la constante de violencia generada por el crimen organizado en complicidad con Morena desde 2018, renovada en el 2021 al colocarnos en quinto lugar en asesinatos de aspirantes y en 2024 ocupar el segundo lugar nacional al contabilizar 8 homicidios de personas clasificadas como aspirantes o ligadas a la política ¿por qué en este 2025 debería ser diferente?
Voces morenas reclaman ¡Alto a la violencia! cuando en su momento el Bola #8 aliado a los Carteles delincuenciales dedicaron sus mejores esfuerzos al secuestro y muerte de la clase política opositora.
Son quienes hicieron de la violencia y muerte parte de la escenografía política electoral de Veracruz.
Hoy nos espantamos por el homicidio del candidato de Coxquihui en disputa entre criminales de los cuales formaba parte, pero olvidamos que la CNDH y el llamado “Seminario sobre Violencia y Paz” investigó los casos de las 32 víctimas asesinadas con aspiraciones electorales en el proceso 2020-2021.
Así trabajan los morenos.
Su entorno electoral es de trampa y muerte; violencia y disputas entre ellos; es el arrebato del poder en nombre de la sacrosanta democracia y del funesto legado de ¡Primero los pobres!
Veracruz históricamente has sido epicentro de la violencia electoral.
Y si en el 2021 se registraron 117 episodios violentos, los cuales incluyen el asesinato de 32 políticos, así como 132 agresiones contra políticos y candidatos y en 2024 ocupamos el segundo lugar nacional por agresiones a políticos al contabilizar los asesinatos de 8 personas clasificadas como aspirantes o ligadas a la política ¿qué podemos esperar en las siguientes semanas antes del primero de junio?
Germán Anuar Valencia, conocido como “Napo”, candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui, sufrió un ataque a balazos ayer durante el inicio de campañas electorales tras dirimir las organizaciones criminales de la región la inconveniencia por su nominación.
Sostiene la gobernadora Nahle que ya se tienen identificados a los agresores… ¿Y?
El tema de la violencia electoral no es por la presión y disputa de la oposición partidista que está disminuida y al borde de la desaparición, es por el conflicto de intereses del poder político y económico en una entidad donde al menos 78 municipios de 212 son controlados por siete Cárteles.
En Veracruz nadie tiene duda cómo se gobierna.
Tampoco de la presencia criminal en alcaldías gobernadas por Morena, con 50 municipios, del PRI con 10, de los nueve municipios del PVEM, seis ayuntamientos a cargo del partido Movimiento Ciudadano, seis del PAN, tres del PRD y tres municipios gobernados por el Partido del Trabajo.
Son siete Carteles que controlan desde 2018 las sindicaturas, policía, tesorerías y obra pública como sustento para sus operaciones de levantamientos, cobros de piso, trasiegos y disputas territoriales.
Hoy el tema no es cuantos municipios se van a llevar los de MC y el PAN -el PRI no cuenta-, sino como se van a repartir el poder y el presupuesto, en cómo van a garantizar que el corredor Las Chospas/Pánuco se va a mantener sin tantas broncas entre ellos para el trasiego de la droga a Tamaulipas y de ahí a Estados Unidos.
¿Vala pena que se echen a uno más de ellos?
Eso no se sabe ya que el punto es la violencia y zozobra que se genera en cada época electoral.
Son la resultante de vivir en un narcoestado gobernado por narco gobernadores y un “Narcopresidente” que tras bambalinas tiene el pulso del país y, por supuesto, de la que dice es su tierra, Veracruz.
Hablamos de López Obrador, por supuesto, de AMLO y su herencia.
De su legado en donde el 81 por ciento del territorio nacional registra la presencia del crimen organizado, lo que representa el 1.59 de un total de 1.96 millones de kilómetros cuadrados. Son las 175 organizaciones criminales en todo el país que tienen la capacidad de afectar al 86 por ciento de la población nacional (108.66 de 126.01 millones de habitantes).
Es el 60 por ciento del total de los municipios del país en donde se registra presencia del crimen organizado, lo que representa 1,488 de 2,471 municipios equivalente a 3 mil 526 presencias delictivas en municipios.
Esa es nuestra realidad a la que se suma un muertito más.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo