UV: Impunidad y violación a derechos humanos y universitarios

Como hemos señalado en anteriores entregas, la Universidad Veracruzana enfrenta la peor crisis institucional y académica promovida por el rector Dr. Martín Aguilar Sánchez, quien sólo tiene el cargo en papel y no está al frente de importantes decisiones en esta institución, ya que son otros grupos de poder quienes manejan la UV y la han “petrificado” por su notoria incapacidad para impedir la construcción de un proyecto que haga crecer a nuestra máxima casa de estudios.

Los dos ejes de su propuesta universitaria era: El respeto a los derechos humanos y la sustentabilidad, los cuales, hemos demostrado que no se han cumplido, porque la UV se ha transformado en el espacio predilecto para violentar los derechos humanos de estudiantes, académicos y trabajadores, como se acredita con la acumulación de expedientes en la Defensoría de los Derechos Universitarios, la misma, refleja la inoportunidad de esa dependencia universitaria, que depende directamente del rector y sólo sirve para dar largas a la atención de los problemas reales de la comunidad universitaria, en especial de los estudiantes.

A estos hechos, ahora se suma su declaración de no aceptar la recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos por el maltrato que ejerció una funcionaria de Desarrollo Institucional en contra de una trabajadora y que la flamante nueva abogada general, la Dra. Mónica Victoria Ruiz Balcázar determina que no acepta la recomendación, como si con esta declaración se resolviera el problema del abuso de autoridad de la funcionaria.

La abogada general Mónica Victoria Ruiz Balcázar, lo único que ha provocado es que la afectada recurra a instancias nacionales para que ahora sí, se acredite en el ámbito nacional, la actitud del rector como encubridor de aquellos que violentan la normatividad y los derechos humanos en la institución, acreditando la falta de tacto político y jurídico de la flamante nueva abogada general de la UV y su rector. Por cierto, se debe recordar su pésima gestión como directora general del Sistema de Enseñanza Abierta, donde dejó tristes recuerdos.

A esta situación se debe sumar, que el titular de la rectoría Martín Aguilar Sánchez desatiende las denuncias públicas que se hacen en contra de sus amigos, como hemos informado  el caso del Dr. José Cruz Agüero Rodríguez. Sin embargo, investigando un poco más, resulta que existe una profesora de apellidos Tepetla Montes, al parecer cónyuge del citado José Cruz Agüero, quien cobra como docente de tiempo completo titular “C”, pero cuando se buscan sus grados académicos, resulta que no cuenta con Cédula Profesional de Doctorado.

De acuerdo con la información de la Dirección General de Profesiones, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, cuenta con una licenciatura en Antropología (Cédula 4065315) y Maestría en Psicología y Desarrollo Comunitario (Cédula 4675067).  Entonces ¿Cómo es que el rector Martín Aguilar solapa que le paguen a una profesora de tiempo completo como titular “C”, cuando no cuenta con el grado académico de Doctorado. ¿Será porque es la esposa de su amigo?

Surgen varias preguntas, si este nombramiento se le otorgó a la profesora a partir de que llegó el Dr. Martin Aguilar Sánchez a la rectoría, entonces a ¿cuánto asciende el daño patrimonial provocado por esta profesora a la UV? Si este caso es real, ¿Ya habrá empezado la Rectoría una investigación integral para conocer cuántos casos como éste existen en la UV?, ¿Qué está haciendo la contraloría interna de la UV, bajo el control del rector para identificar ésta y otras anomalías? ¿Ya habrá detectado el ORFIS esta situación en la máxima casa de estudios? ¿Cuánto dinero podría recuperar la UV por la reposición de dineros mal pagados y/o mal habidos?

En resumen, la idea del rector de reelegirse debería empezar con una autoevaluación o examen de conciencia, pues sus promesas académicas básicas no las ha cumplido. Por ejemplo, propuso reformar el área de formación básica, lo que es letra muerta. Hoy esta área reduce competitividad a los programas educativos de la UV, pues los jóvenes que desean estudiar una carrera tienen que enfrentar una serie de materias insustanciales, que en el modelo educativo de la UV se les llaman experiencias educativas EE, que no les interesan y no contribuyen a su formación profesional.

A esto se suman situaciones que no se habían visto antes, como estudiantes de Pedagogía, quienes hacen fila toda la noche para poder inscribirse en las materias que necesitan cursar para concluir o continuar sus estudios, ya que la inflexibilidad de la administración escolar los orilla a esto. Esta  misma inflexibilidad en la administración escolar se expresa en la actitud del Dr. Juan Carlos Ortega Guerrero, quien piensa que los estudiantes están para servir a sus sistemas y no a la inversa. Tal vez se explique por su Maestría en Inteligencia Artificial, muy artificial.

Mientras la UV se hunde en lo académico, el rector  Martín Aguilar se dedica abrir su paraguas de impunidad para cubrir a sus amigos a quienes les permite de todo, negar que se violentan los derechos humanos en la institución que dirige, al tiempo de mostrarse desesperado porque quiere seguir de rector, aunque la Ley Orgánica vigente se lo impida, pues se excede en la edad,  al igual que el secretario académico, todo para hacer realidad su sueño de pasar a la posteridad como el peor rector en la historia de la Universidad Veracruzana.

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