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El pueblo de México es mucha pieza

by Ángel Álvaro Peña

Cuando el pueblo gobierna debe reunirse con sus autoridades continuamente. La resistencia de la oposición, en primer lugar, a creer que hubiera gente interesada en asistir fuera de cualquier acto oficial y, en segundo, que se entregara confianza total, a lo desconocido, porque la gente no sabía el tema a tratar, luego de haberse arreglado la negociación con Estados Unidos, aunque fuera de manera parcial, sólo sabía que era derecho y obligación volver a ver a la Presidenta que eligió.

Encuentro inédito con su Presidenta, primera asamblea informativa en tiempos difíciles, con el enemigo acechando y los medios convencionales mintiendo. No basta la profusa difusión de la mañanera para desmentir la ola de mentiras que se lanzan para desprestigiar y sabotear las ideas y las obras de un movimiento social que por fin escucha.

Es necesario refrescar memorias y desenmascarar hipócritas por todos lados para que la gente tome conciencia del momento que vive, y para ello debe darse cuenta que en el pasado vivió una ficción. Un alejamiento insensible entre pueblo y gobierno, por eso repitió en varias ocasiones que no hay divorcio, ni habrá entre la Presidenta y la población, lo dijo mostrando el corazón.

Esto quiere decir que la capacidad de convocatoria de la 4T, va más allá de lo acostumbrado, pero, lo más importante, la gente va más allá de un mitin, donde no hay arengas violentas ni caricaturas insultantes, ni gritos ofensivos. A México lo unió la búsqueda de dialogo con todo el mundo, a través de la Presidenta.

La capacidad de convocatoria se reúne con la capacidad de participación de una sociedad que mostró este domingo estar dispuesta a ir más allá de las urnas para transformar el país. Volaba sobre el zócalo la frase: “Vamos a ponernos de acuerdo sobre el futuro, Presidenta”.

Ella dijo emocionada: “El pueblo de México es mucha pieza” y se escuchó a la distancia.

La 4T tiene en la gente el poder y eso fue lo que sucedió porque seguramente habrá quienes aseguran que la reunión fue para nada, que no tuvo caso, que sólo forzó a la población a perder el tiempo.

La oposición en estos momentos sólo puede criticar un acto donde 285 mil personas asistieron a una cita con su país. En cambio, ellos carecen de militantes, de cuadros, de líderes, de candidatos y hasta de proyectos, de ahí su molestia por esa muestra de fortaleza de un movimiento que en este momento es inédito en el mundo.

Quienes llenaron el zócalo fueron los mexicanos, la Presidenta sólo dijo hora y lugar de la reunión. La letra del himno nacional no fue sólo parte del protocolo sino que se vio que en los mexicanos, en cada hijo de la patria, había un soldado.

La presidenta fue también el puente entre los dos pueblos, más allá de los acuerdos con Donald Trump, y al respecto fue clara, aseguro que la intención no es perjudicar al pueblo de Estados Unidos, por ello hay reglas claras que deben seguirse en el comercio internacional.

Le recordó a México y el mundo que con Estados Unidos se han firmado dos tratados comerciales que deben respetarse, así que si quiere el vecino del norte imponer aranceles lo haga con el resto del mundo, porque con nuestro país las condiciones están muy claras, donde se establece que “no tenemos aranceles con ellos ni ellos con nosotros”.

Claudia Sheinbaum habló para los de adentro del país también, pero a éstos simplemente con la concurrencia debieron estar avergonzados de sus pronósticos pesimistas para el país, de su amargura que les obliga a lacerarse para salpicar de sangre al adversario.

La reunión tuvo mucho significado, interpretaciones para ver cada vez más fuerte al gobierno y más débil a la oposición, que se diluye en cada declaración de sus integrantes que son, en realidad los verdaderos enemigos y sepultureros de un grupo conservador que apenas reúnen los requisitos mínimos para seguir siendo partidos políticos.

Lo dijo claro: “Siempre diremos con orgullo y amor, México es un país libre, independiente, soberano y democrático. Nuestra fuerza es el pueblo, nuestro motivo es su bienestar, tenemos la misión de servir al pueblo y a la patria. Tengan la certeza de que su presidenta, con temple y corazón, nunca les va a traicionar, y siempre pondré mente, corazón, energía y hasta la vida misma por nuestro querido y amado México”.

México tiene lideresa, una dirigente con 85 por ciento de aceptación al interior del país y gran admiración en el resto del mundo, incluyendo el respeto de sus adversarios.

Desde que se acercó al micrófono se escuchó la frase de “No estás sola”. Esta muestra de solidaridad se convirtió en identidad, en un frente sólido, en trinchera, pero también en muestra de amor, como ella misma lo dijera. “Somos uno solo” y siempre que haya que informar o afrontar alguna adversidad, vamos a estar juntos. Y “aquí estamos juntos pueblo y gobierno y nunca nos vamos a separar. Esa es nuestra razón y nuestra fuerza”.

Evocó al fundador del movimiento con un saludo que llegó muy lejos. Hasta allá. Y reiteró que sólo juntos somos fuertes al decir: “Siempre estaremos juntos y juntos siempre vamos a salir adelante con temple, con cabeza fría y con mucho amor al pueblo de México”.

Un encuentro que reitera liderazgos y fortalece sociedades. Que renace esperanzas y renueva el patriotismo.

PEGA Y CORRE.-La oposición ya se acomodó a los tiempos y ahora le dará la vuelta a la ley contra la reelección, advirtiendo que se vale saltar de la diputación a la senaduría, a una presidencia municipal o hasta una gubernatura sin incurrir en falta alguna de la nueva legislación. Para toda ley hay una coartada para no cumplirla…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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