Lealtad a la Primera comandanta

La marcha de la lealtad es un compromiso que se hace público entre las fuerzas armadas y el gobierno civil desde hace 112 años. Donde se reafirma que la comandancia suprema del ejército, radica en quien el pueblo elige.

Es un pacto que se firmó con sangre, y esta vez se reconoce en la mujer la protagonista de la historia en México. Marchar, significa caminar juntos y al mismo paso por la historia, así lo hace la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas de México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

La primera Marcha de la Lealtad la realizó el entonces presidente Francisco I. Madero el 9 de febrero de 1913, en un trayecto que inició en el Castillo de Chapultepec y concluyó en Palacio Nacional, en cuyo interior se fraguaba el golpe de Estado que días después le otorgaría la presidencia a Victoriano Huerta, con la ayuda del embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson.

Ahora ese pacto continúa, aunque los peligros son otros y la Nación diferente. Lo que no cambia a través del tiempo es el sello de lealtad que algunos no quisieran que existiera. Más de un opositor en la actualidad desearía que los soldados se sublevaran y terminaran con el régimen civil, como sucedió hace 112 años. Ahora, la desesperación por verse en la decadencia con el temor permanente de que nunca regresarán al poder, los radicaliza y los hace agresivos.

En la ceremonia por el 112 aniversario de La Marcha de la Lealtad, encabezado, por primera vez por una mujer, nuestra Presidenta haciendo honor a la historia y a la verdad, el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo advirtió: “nuestra soberanía no es negociable” y que, “aún con recursos modestos”, las Fuerzas Armadas tienen “el temple y la certeza para encarar cualquier amenaza que atente contra el país”.

El gobierno de México no tiene en la oposición un contrincante sino un enemigo que viola las reglas más elementales de la democracia para desgastar, utiliza la guerra sucia y distorsiona la realidad con la complicidad de los medios. Desde 2018, la oposición está en pie de guerra y no hace nada por regresar al camino de la civilidad política y democrática. Es por eso que esta Marcha de la Lealtad es trascendente para nuestro país porque recobra el protagonismo de las mujeres en las tres Transformaciones anteriores.

La Presidenta sabe que la oposición puede aliarse hasta con el diablo si es necesario a cambio del descarrilamiento de un gobierno que cuenta cada día por un mayor número de habitantes, por eso señaló: “Este es el anhelo que une a las instituciones, a la sociedad, a cada mexicana y mexicano y que impulsa las Fuerzas Armadas a cumplir con determinación y firmeza nuestra misión más importante, defender la integridad, independencia y soberanía de la nación, porque estamos conscientes que, como lo ha señalado nuestra Comandanta Suprema y es una visión compartida por la sociedad misma, nuestra soberanía no es negociable”.

En respuesta el secretario de la Defensa Nacional señaló, para corroborar el momento: “La lealtad siempre a la figura presidencial y a las instituciones de la República, pero sobre todo lealtad siempre a la nación mexicana misma, libre, íntegra, soberana e independiente”.

La lucha por la soberanía no descansa, a pesar de que la diplomacia mexicana mantiene una dinámica de respeto absoluto al resto de los países del planeta; sin embargo, no todos esos países coinciden con la buena voluntad de unidad y amenazan, agreden, descalifican.

Estados Unidos dejó de tener una frontera común con México para convertirla en una trinchera comercial con la amenaza de su presidente que pude llegar a la violencia; Ecuador, cuyo presidente había allanado la embajada el 5 de abril de 2024, se sintió poderoso y con la sugerencia del líder nacional del PRI, amigo de Daniel Noboa, impuso aranceles al estilo de Trump a los productos mexicanos. Ante estos desacuerdos gratuitos que tienen más de capricho que de razón, surge un ejército que refrenda la lealtad con su Presidenta.

Estos enemigos de México tienen aliados dentro de nuestro territorio son los opositores, el claro ejemplo de Alejandro Moreno Cárdenas, habla de los peligros del actual gobierno ante una oposición que no juega limpio, porque prefieren ver la patria mancillada por una invasión antes que darle la razón a un régimen democrático y constitucional.

Hace días se conmemoró el Aniversario de la Firma de la Constitución de 1917, donde quedó de manifiesto que la historia deja afuera a los traidores a la patria. Así, la Presidenta con una aceptación popular en aumento permanente, obtiene la lealtad que merece, del pueblo, en primer lugar y de las fuerzas armadas como garante infranqueable en la lucha cotidiana por la soberanía.

La presencia de una mujer al frente de un ejército incluye a las mujeres que en la historia impulsaron y protagonizaron los cambios, desde la Independencia con doña Josefa Ortiz de Domínguez, hasta Las Adelitas, Carmen Serdán, sin olvidar el papel de doña Margarita Maza y Leona Vicario.

Entre ellas destaca Rita Rosaura Cetina Gutiérrez, cuyo nombre ahora se denomina a una beca para menores que cursen la secundaria y sus familias. Ella, precursora del feminismo, maestra y escritora, fundó en 1870 la revista La Siempreviva, que dirigió por más de 7 años, con el apoyo de otras mujeres y en favor de la educación laica. Fue pionera de la educación en Yucatán y sobre todo del feminismo, impulsó la participación de las mujeres para mejorar su vida en la sociedad.

Fue quien dio la pauta al despertar feminismo para pugnar por la igualdad de derechos, creó el Primer Congreso Feminista de Yucatán y los siguientes, representaron los primeros espacios en la historia del país para las mujeres, exigiendo derechos como: el voto, la educación, el control de la fertilidad, el trabajo y el divorcio.

Nuestra presidenta recuerda y honra a mujeres de las tres transformaciones anteriores con cuadros de personajes que han impulsado el cambio del país, en una sala dedicada a ellas en Palacio Nacional.

PEGA Y CORRE: Dirijo estas palabras a dos grandes mujeres de este gran hecho histórico llamado Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle: La poesía del veracruzano, Salvador Díaz Mirón, anuncia el Tiempo de Mujeres en sus versos entrelaza la historia y la armonía de las palaras. Es el poeta y la poesía que surgen del caminar por la historia. Hubo un hombre que en el camino enseñó, habló fuerte y tomó pozos petroleros y caminó por todo el país, sembró los cimientos y encargó los pisos de arriba a dos mujeres que brillaron en la oscuridad de esos días, de una historia que no volverá a repetirse. Cavaron hondo Claudia y Rocío para asentar las bases, no fue fácil, hubo tormenta de mentiras y alto oleaje de denostaciones, violencia innecesaria desde dentro y fuera de las mismas filas. Guerra sucia desde el lodazal de la competencia electoral. Ser mujer era un problema grave, casi un delito. Hay plumajes que cruzan el pantano. y no se manchan… ¡Mi plumaje es de esos! Ellas hacen historia cada día a pesar de todos, en momentos inciertos que exigen heroísmo y dignidad, una presidenta y otra gobernadora, son la poesía del gran poeta de nuestra historia.

Con mis respetos: Ángel Álvaro Peña

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