El nombre del cargo es largo: director de Control Interno y Evaluación Técnica de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados.

El significado, en un lenguaje que todos entienden, se reduce a unos cuantos términos: auditor del Auditor Superior de la Federación, o sea, el súper vigilante del vigilante de los recursos públicos federales.

El Universal, hizo público ayer, en su columna “Bajo Reserva”, que ese nombramiento le otorgaron al veracruzano José Manuel del Río Virgen, cercano, como es del conocimiento público, al coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) fiscaliza el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión; los órganos constitucionales autónomos; los estados y municipios; y en general cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales. De ese tamaño es la responsabilidad de Del Río Virgen.

Poco se sabe, porque él sabrá por qué nada de muertito desde que dejó la Secretaría Técnica de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, pero lo cierto es que el cordobés-papanteco opera en la Cámara de Diputados desde antes de que se instalara la actual LXVI Legislatura federal.

Lo que el columnista sabe es que desde que nombraron a Monreal, él empezó a operar en encargos específicos y desde entonces le ha entregado los mejores resultados, gracias a la experiencia y habilidad políticas que posee, respondiendo así a la confianza de su amigo.

Ahora que oficializaron su nombramiento, en un video se ve y escucha el reconocimiento que le hizo el exgobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, actualmente diputado federal. Habló con la representación del PVEM.

Reconoció su perfil y dijo que “va a fortalecer y robustecer a esta Unidad de Evaluación y Control –que ya existe– y el que haya sido ya legislador el maestro Del Río, el que haya trabajado en el Poder Judicial, en el Poder Ejecutivo, en el Senado (pude apreciar su sensibilidad), pero también por su capacidad académica, tiene obra publicada, es un perfil muy completo, muy serio, muy importante para bien de esta unidad”.

Lo que son las circunstancias políticas: en su nuevo cargo, Del Río Virgen trabajará en forma coordinada con otro veracruzano, el diputado Javier Herrera Borunda, presidente de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, encargado de coordinar las relaciones entre la Cámara y la ASF y también de evaluar el desempeño del organismo (por añadidura, Javier es el secretario de Organización del CEN del PVEM) (un dato que poco se sabe es que Del Río y Fidel Herrera, padre de Javier, siendo estudiantes vivieron alguna vez en el mismo departamento en París; traen la misma escuela, pues).

Repito, cada que lo considero oportuno, el dicho ranchero de que de algo sirve una conocida en un baile. De algo le ha de servir, de llegar a ser necesario, a la gobernadora Rocío Nahle su relación con ambos. Con José Manuel trabó buena relación cuando ella era senadora y él secretario técnico de la Jucopo del Senado (lo mismo pasó cuando Ricardo Ahued era senador) y con Javier hay buena relación al grado de que son aliados políticos.

(Qué pensarán ahora Cuitláhuac García Jiménez y la fiscal Verónica Hernández Giadáns, quienes encarcelaron a Del Río Virgen siendo inocente, solo por venganza política, inducidos por Eric Cisneros. Desde su nueva posición, se me ocurre, José Manuel bien puede pedir información suficiente sobre las empresas fantasma de Cuitláhuac o sobre los recursos que maneja o ha manejado Verónica. Les ha de valer que, según tengo entendido, Del Río no es vengativo… aunque quién sabe.)

Por lo demás, el político nativo de Córdoba, pero radicado en Papantla es también senador suplente de Movimiento Ciudadano, aunque por ahora está dedicado de tiempo completo a su trabajo, que es especializado y muy técnico.

Agarran las prisas al PAN y abre su convocatoria a militantes y ciudadanos

Por tratarse de “un asunto de urgente resolución”, dado que ya se está en la etapa de las precampañas, el miércoles, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN hizo pública la convocatoria a su militancia y a la ciudadanía de Veracruz a participar en el proceso de designación de sus candidatos a presidentes y síndicos municipales.

La secretaria general del CEN, Karen Michel González Márquez, notificó la determinación al dirigente estatal, Federico Salomón Molina. El registro se hará del 12 al 16 de febrero ante la Comisión Estatal de Procesos Electorales. La lista preliminar se deberá tener a más tardar el 11 de marzo y la lista definitiva de candidatos se dará a conocer el 14 de marzo.

Algo que destaca es que a diferencia de la convocatoria de Morena, donde no se exige no tener antecedentes penales, en la del PAN se pide: “Carta bajo protesta  de  decir verdad en la que declare que cumple con los requisitos de elegibilidad y que no se encuentra, ni constitucional ni legalmente impedido(a) para la candidatura en caso de resultar designado(a); que no ha sido condenado(a) por sentencia ejecutoriada por la comisión de delito doloso, y que no ha tenido ni tiene relaciones económicas, políticas, personales o análogas con personas que realicen o formen parte de  organizaciones que tengan como fin o resultado cualquiera de las actividades a las que se refiere el artículo 2 de la Ley Federal contra  la Delincuencia Organizada”.

No se sabe si el retraso en convocar se debe a la espera que abrieron para aguardar a ver si se concretaba una alianza con el PRI, que finalmente no se dio.

Se daría por hecho que la dirigencia estatal tiene ya una lista previa de aspirantes, dado que desde el año pasado Salomón Molina estuvo recorriendo el estado para evaluar quiénes podrían representarlos.

El hecho de que la convocatoria sea abierta también a la ciudadanía puede responder al hecho de que, según dijo fechas atrás un miembro de la dirigencia al columnista, habría el interés de algunos morenistas de pasarse a sus filas y contender bajo sus siglas y colores.

Un tema que no tocan, al menos en forma abierta, es el de los Yunes Linares-Márquez, pero el columnista también tiene algún indicio de que no obstante que la dirigencia nacional los expulsó de sus filas, los locales no dejan de reconocer que ellos constituyen la fuerza que tienen en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y que representan el 30 por ciento de su votación total.

Los llamados Yunes azules son motivo de división interna en la dirigencia estatal, pues quienes se oponen a que se les siga considerando acusan a los principales dirigentes de mantener acuerdos con ellos, aunque solo los hechos dirán cuál es la verdadera realidad.

En el PAN no son estridentes ni muy mediáticos, su dirigente se moviliza en forma discreta y poco trascienden detalles de su vida interna.

Cómo les vaya en la elección será determinante para decidir el futuro de la dirigencia, que deberá ser renovada en agosto próximo y que a toda costa desea recuperar el exdirigente Joaquín Guzmán Avilés, uno de los enemigos de los Yunes.

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