La atención ciudadana, como servicio público

De visita un día al entonces alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, a quien siempre lo hallaba uno atendiendo a alguien o a alguna comisión de personas, la síndica Cecilia Coronel me comentó, impresionada, el ritmo de trabajo que llevaba.

 

“Imagínese, quiere empezar a dar audiencias a las seis de la mañana”. En otra ocasión, en un día feriado en el que fui a hablar con él, le informaron que había mucha gente afuera del palacio municipal, que había ido en busca de ser atendida porque no sabía que en esa fecha no se trabajaba.

 

No lo pensó dos veces. Ordenó que abrieran las rejas y que pasaran todos porque los iba a atender. Se suponía que ese día no iba a trabajar, pero siempre traía el overol puesto. Además de las audiencias diarias que daba en su despacho, bajo agenda o sin ella, dedicaba un día a la semana a recibir y a atender a todos, sin distinción.

 

No era una práctica nueva para él. Como diputado federal y como senador, habilitó una casa en la calle Juárez para dar audiencia a veracruzanos de todo el estado. Se daba tiempo para todo incluso para atendernos como periodista. Pero aquello era una verdadera romería.

 

Eso es y debe caracterizar el servicio público y la representación popular y no como su antecesor Hipólito Rodríguez Herrero, quien tenía un cuerpo de “ayudantía” formado por 30 “ayudantes” cuya misión no era cuidar su seguridad y la de su familia, sino, agárrese bien o váyase para atrás, o lo que guste, ¡evitar que se le acercara la gente!

 

Recuerdo que en la época de esplendor del PRI, la desatención ciudadana era algo normal y el comentario de entonces era que aunque no le resolvieran nada, la gente quedaba contenta tan solo conque la atendieran y escucharan, así de abandonados estaban.

 

He hecho este preámbulo porque se informó ayer que a partir del próximo miércoles 22, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, Esteban Bautista Hernández, iniciará la atención a los veracruzanos que lo requieran, lo que de entrada sin duda es muy positivo y debe reconocerse.

 

Por el tamaño y la complejidad del estado, sin embargo creo que pronto se dará cuenta que el tiempo que ha dispuesto para ello es bastante limitado, pues el horario es muy burocrático: de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas, independientemente de sus audiencias a alcaldes y la atención a grupos representativos para temas muy específicos, según se me comentó.

 

Bautista Hernández, profesor rural, expresidente de un municipio serrano como Tatahuicapan, en el sur del estado, exactivista del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que buscaba construir un nuevo modelo de nación que incluyera, entre otras cosas, la justicia como principio fundamental de una nueva forma de hacer política; Esteban tiene ahora la gran oportunidad de llevar a la práctica y cumplir ese propósito sirviendo a sus paisanos veracruzanos.

 

Uno de sus argumentos para justificar su nueva decisión es que procederá “en virtud del mandato ciudadano y del compromiso contraído con la sociedad veracruzana de trabajar, sin distingos y sin excepción, por las personas que requieran la atención de las autoridades”.

 

Otra, es que prioriza “recibir y atender a nuestra gente como se merece, escuchar y conocer las necesidades que pasan las familias, los problemas de su entorno, y buscar alternativas de solución ante las distintas dependencias de gobierno, con el cual mantenemos una respetuosa relación y una estrecha colaboración”.

 

Aquí, de paso, cabe mencionar que este es un cambio de 180 grados del gobierno de Rocío Nahle respecto al de su antecesor Cuitláhuac García Jiménez, quien desde el principio de su gobierno ordenó que ningún secretario recibiera siquiera la llamada telefónica de algún diputado local, así fuera para hacer una gestión, con lo que prácticamente los anuló como representantes populares, pues uno de sus propósitos es la gestión para ayudar a resolver problemas y necesidades.

 

En las primeras dos legislaturas controladas por Morena, cuyo titular fue Juan Javier Gómez Cazarín, es cierto, recibía en audiencia a alcaldes y grupos representativos, pero los miércoles atendía a todo aquel que lo fuera a buscar, según vino informando siempre en las redes sociales.

 

La acción, ¡ay!, necesariamente va a repercutir en forma favorable en la imagen de Morena y, cómo no, va a ayudar a los candidatos de ese partido en la elección del 1º de junio próximo.

 

Gómez Cazarín, consecuente, apoya a Sheinbaum contra la herencia de alcaldías

 

Estaba obligado a hacerlo, y lo hizo. El delegado de Bienestar en el estado, Juan Javier Gómez Cazarín, le quitó la escalera ayer a su hermano Luis Alberto y lo dejó colgado de la brocha en su pretensión de suceder en la presidencia municipal de Hueyapan al padre de ambos, Juan Gómez Martínez.

 

Como colaborador directo de la presidenta Claudia Sheinbaum en Veracruz, tenía que ser consecuente apoyándola en su decisión de acabar con el nepotismo y la herencia de alcaldías, y con ello verdaderos cacicazgos familiares, que están entronizados en el poder desde el siglo pasado rolándose el cargo entre ellos sin darle participación al resto de la ciudadanía.

 

Juan Javier fue muy claro: no dejará que nadie se cuelgue de él por el cargo que ocupa. Declaró que tiene ideales bien establecidos y que no los cambiará ni por familiares ni por amigos. Le envió un mensaje a su hermano diciéndole que no está de acuerdo con su aspiración, y dijo que incluso lo va a hablar de manera personal con él.

 

El ejemplo del delegado de Bienestar obliga a los cientos de alcaldes y alcaldesas de su partido que quieren heredar el cargo a sus familiares directos a desistir de su intento, seguramente animará a muchos veracruzanos que buscan una oportunidad para demostrar su valía, y marca el inicio del derrumbe de los cacicazgos enquistados que han anulado la democracia en Veracruz.

 

Ya se verá quiénes también dicen yo y alzan la mano.

 

Otro PRI; dirigente nacional del PAN acepta que hay rechazo real a su partido

 

El dirigente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, no se anduvo por las ramas, y durante una conferencia de prensa ayer en Boca del Río aceptó que de cara a la elección del próximo 1º de junio “existe un rechazo real a la marca del PAN”.

 

Lo atribuyó a la decisión de los senadores Miguel Ángel Yunes, Márquez y Linares, de votar a favor de la Reforma Judicial de Morena. “Este caso nos lastimó mucho como partido. No es algo que queramos negar, o tapar el sol con un dedo”.

 

Pero dijo que, ante cualquier adversidad, “tenemos dos opciones: o nos levantamos o entendemos dónde estamos y nos ponemos a trabajar”. Expresó que continuarán trabajando “con toda resolución, con todas las ganas, levantarnos de cualquier obstáculo que hayamos tenido y trabajar por lo que tenemos que hacer”.

 

Bien dice el dicho de que nunca falta un roto para un descocido, porque, que se sepa, los panistas buscan ir en alianza con el PRI, partido en picada.

 

A 15 días de La Candelaria, no hay ninguna promoción

 

Tal vez porque todos andan entretenidos con el viaje a Madrid para estar presentes en la Feria Internacional de Turismo, a 15 días del festejo de La Candelaria, en Tlacotalpan, no se advierte por ningún lado algún tipo de promoción para motivar al turismo estatal, nacional e internacional a visitar la Perla del Papaloapan.

 

Es cierto que el turismo local llega solo, pero la fecha constituye una gran oportunidad para lograr que Veracruz esté de moda, como se alardea en el nuevo gobierno.

 

A la fecha no se sabe del programa oficial de actividades y menos de si hay algún tipo de promoción para quienes pretendan asistir, tampoco de si se va a permitir el embalse de animales, como tampoco de las garantías de seguridad que se ofrecen para los visitantes.

 

Como que algo cojea en el área de turismo.

 

 

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