El de Finanzas, el “burro” de la clase, deja a Veracruz en quiebra

 
El secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco… ¡Ni con ábaco la hace!
En realidad, era previsible.
Podrá engañar a los chairos, ser el “Rey de los Números” ante el atarantado de su jefe Cuitláhuac García y apantallar a los entrantes con que la deuda de Veracruz es culpa del pasado, pero a la oposición legislativa y a la ciudadanía -excepción hecha del “pueblo bueno”- es muy difícil de engatusar.
Ya lo vimos ayer en su comparecencia ante el Congreso del estado en donde se le tuvo que entregar un ábaco para ver si le cuadraban las cuentas.
Y ni así pudo.
Hoy quedó claro por qué la administración entrante tiene fuertes razones para no dejarlo ir.
Lo retendrán en la posición custodiado por el cancerbero Miguel Santiago Reyes Hernández, posición de Nahle, en la Subsecretaría de Ingresos, hasta que aclare las cuentas y no salga con que a “Chuchita la bolsearon”.
Y es que eso de llegar con el clásico escudo de que los de gobiernos anteriores fueron los culpables del desastre financiero ya no fue suficiente ni creíble.
Tampoco que Fidel, Duarte y los Yunes fueron los responsables directos, sin mencionar a Cuitláhuac.
Simplemente las cuentas no le cuadraron.
La deuda llegó en 2018 a 87 mil millones, pero que la redujeron a 65 mil 801 millones, lo cual dio lugar a que la diputada panista Indira Rosales Sanromán le regalara un ábaco.
La representación ciudadana no entiende la numerología, ni por qué se renegoció la deuda a 30 años ¿Con autorización de quién?
El custodio de los dineros sostuvo que fueron pagados miles de millones de pesos por adeudos “que dejaron gobiernos anteriores” pero nunca se dejó en claro qué pasó con el dinero de los subejercicios, de las empresas fantasma y las corruptelas de SIOP, Salud y la Secretaría de Educación.
¿Por qué se pidieron préstamos de 4 a diez mil millones, así bajitos, para en 12 meses pagarlos con sus respectivos intereses y no provocar ruidos ni escándalos?
Las cifras terminaron derrumbándose cuando se corrió el velo de las deudas impagables y lo inexacto de las cifras.
Escribe el agudo columnista Filiberto Vargas que Lima Franco, quien ya fue ratificado en el cargo por la próxima gobernadora, insistía en apegarse a las cifras que llevaba anotadas.
“Pero los cuestionamientos de los legisladores lo hicieron trastabillar, hasta que finalmente, en un lenguaje cantinflesco, terminó admitiendo que la actual administración sí contrató deuda, que los pasivos del gobierno estatal son del orden de los 50 mil millones de pesos y que la reducción no llega ni al 5 por ciento”.
Ya en este mismo espacio denunciamos con anterioridad los reclamos del SAT, ORFIS y la Comisión de Vigilancia del Congreso de deudas sobre deudas a las que Sefiplan simplemente hizo oídos sordos.
En la comparecencia de ayer ni la aplastante bancada de Morena, ni los verdes que sirven para maldita la cosa, ni la prensa aplaudidora y la porra chaira pudieron evitar que se corriera el maquillaje de que Veracruz está en quiebra.
Con la actuación del “burro” de la clase, el fuereño de carros deportivos de tres millones de pesos, cada vez se va perfilando a la lista de prospectos para ir a la cárcel a acompañar al jefe Cuitláhuac.
Ahí en esa mágica lista quedan el del Finanzas, José Luis Lima Franco, su Tesorero, Mario Macip y los titulares, algunos ex, de las Secretarías de Salud, Educación, Obras Públicas, Seguridad Pública y el área administrativa del DIF donde se hartó de billetes Nitzia Guerrero, la hija de Eleazar Guerrero, primo de Cuitláhuac.
¡Qué bonita familia!
 
*Premio Nacional de Periodismo

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