Inseguridad, la mayor parte de la herencia maldita de Cuitláhuac a Nahle

Por Hector Yunes

Ni el maquillaje de las cifras oficiales logran ocultar la realidad. Veracruz está convertido en un infierno de violencia e inseguridad. Basta un botón de muestra: durante la caricatura de gobierno de Cuitláhuac, se han acumulado casi siete mil homicidios.

La desaparición de la Fuerza Civil puso en evidencia el fracaso en seguridad, la complicidad y el vínculo de muchos policías con el crimen organizado y la decisión del gobernador de conceder impunidad a elementos bajo proceso por excesos y abusos, amparados en la cobardía de ultrajes a la autoridad.

Ante un gobierno cómplice e incompetente, Veracruz está a merced del hampa.

De acuerdo con la investigación Presencia del Crimen Organizado en México de AC Consultores, se confirmó la existencia de siete grupos criminales en Veracruz. Esta información fue confirmada incluso por la SSP estatal, aunque reportes de organizaciones civiles y académicos, han contabilizado hasta 14 grupos en guerra.

El reporte refiere que el CJNG es el de mayor presencia en la entidad, pues ya opera en 72 municipios veracruzanos, cifra que se presume se incrementó. Le sigue el Cártel de Sinaloa, cuyas operaciones fueron rastreadas en 27 municipios.

En tercer lugar, se encuentran los Zetas Vieja Escuela, una organización criminal escindida de Los Zetas que tiene presencia en 12 municipios. De este grupo destaca que sus actividades principales son el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro, el asesinato y el robo de hidrocarburos.

La presencia de estas organizaciones criminales ha sido el combustible para que Veracruz mantenga los primeros lugares del país en secuestro, extorsión y huachicol, entre otros delitos de alto impacto.

La Organización Alto al Secuestro presentó la semana pasada un informe, donde señala que, durante el último sexenio, Veracruz fue el estado con más casos de secuestro, un total de mil 073. En materia de secuestros, Veracruz es más peligroso que Sinaloa, Michoacán o Guerrero.

El crimen organizado encontró en Veracruz una mina de oro en el robo de hidrocarburos a Pemex y en la extorsión, principalmente a comerciantes y empresarios.

En cuanto a la extorsión, que abarca el cobro de piso, tuvo un alza del 10 por ciento al pasar de 10.22 a 11.22 por cada 100 mil habitantes, la cifra más alta desde 2015 registrada por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Sin embargo, la cifra negra alcanza el 95 por ciento, esto es, casos que las víctimas prefieren no denunciar.

En este año, a septiembre pasado, en Veracruz se denunciaron 79.6 delitos de extorsión al mes, mientras que en 2023 se alertaron a la Fiscalía estatal 73.4 casos, lo que se traduce en un aumento del 5 por ciento.

Durante la actual administración de Cuitláhuac García, Pemex registró un promedio mensual de 74 tomas clandestinas en Veracruz, un aumento del 23 por ciento. Tan sólo en 2019, se detectaron 1,846 zonas de ordeña para robar combustible, la mayor cifra registrada desde el 2013.

Según Pemex, entre 2013 y 2018 registró 12 tomas clandestinas; para el periodo de 2019 a 2024 la cifra se disparó a mil 922. ¿Casualidad?

La inseguridad será la herencia maldita que Cuitláhuac dejará a Rocío Nahle.

La puntita

Los Comités para la elección de candidatos a ministros, magistrados y jueces ya enseñaron el cobre. Aliados, militantes y ex juzgadores acusados de corrupción y nepotismo, hoy serán quienes den al Poder Judicial la última estocada.

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