Los pendientes de Cuitláhuac: cuentas y carreteras

“Siempre hay tiempo de comenzar y enderezar el camino.”. – Eusebio Gómez Navarro.

 

Si alguien fue verdaderamente indiferente a dos hechos claros y contundentes ese fue sin lugar a dudas Cuitláhuac García Jiménez.

Por principio de cuentas, García Jiménez fue indiferente a los acuerdos políticos, jamás trató, atendió, instaló o siquiera construyó una mesa de diálogo permanente con los dirigentes de los partidos políticos de oposición.

Ufano porque el morenista sentía que el manto protector del presidente Andrés Manuel López Obrador lo envolvía todo, incluido a él, no lo consideró jamás necesario.

Así que, si los opositores no existieron, mucho menos sus aliados, los dirigentes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) o los del Partido del Trabajo (PT) recibieron de su parte una muestra de empatía o si quiera de construcción de canales institucionales de comunicación.

Todo cuanto con ellos se acordaba, lo realizó a su modo, el peor secretario de Gobierno que Veracruz ha tenido en toda su historia, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, un sujeto que con grandes traumas existenciales estranguló a todo cuanto liderazgo existiera en la entidad en su afán de no ser más opaco que su tez.

Así el pseudo defensor de la tercera raíz poblacional de la entidad, destruyó el acuerdo político y lo cambió por un ejercicio simple y sencillo, al mero estilo cavernícola, sumisión o cárcel.

Ante ello, Cuitláhuac García construyó el asfaltó con el que ha pavimentado su carretera a la condena que le habrá de llegar, esa que casualmente estará como el asfalto de las carreteras que desatendió sin contemplaciones, ni miramientos.

Y es que la llegada de Javier Herrera Borunda a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados Federal será una especie de piedrita en el zapato cuitláhuista, pues le habrán de revisar a fondo todos y cada uno de los recursos federales que manejo, solo por el hecho de haberle dado un trato indiferente y hasta irrespetuoso al heredero de la fidelidad, esa misma que lo salvó en su momento de haber sido investigado y llevado a la cárcel por una triste tragedia familiar, misma que lo llevó a realizar estudios en el extranjero.

De este modo, el estado actual de la red carretera estatal es sin temor a equivocarnos la peor del país, miles de kilómetros destruidos por el abandono, la desidia, la falta de mantenimiento, las condiciones climatológicas, pero, sobre todo, por ese “valemadrismo” e “indiferencia” de alguien que jamás y nunca comprendió a qué clase de posición llegó.

Es de esta manera como le entregará a la gobernadora Rocío Nahle –se desconoce si intencionalmente, que es lo que parece- una entidad con una red carretera destrozada, en donde los accidentes, las pérdidas económicas y de vidas son cosa cotidiana, por su irresponsabilidad como gobernante.

No existe una sola carretera del Estado que no muestre verdaderas afectaciones, no hay una sola, y lo más grave, no se ve, a nadie haciendo las faenas de rehabilitación o remediación.

Con todo el sureste veracruzano bajo el agua por los fuertes temporales lluviosos, las pérdidas económicas para los transportistas, empresarios y sociedad en general son millonarias.

A un mes de la conclusión de su mandato, se espera que los días que restan por concluir pasen lo más rápido posible a manera de que la próxima autoridad estatal intervenga de inmediato en un esfuerzo por recuperar la red carretera estatal y con ello la grandeza económica de Veracruz.

 

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com

“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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