El Congreso de Veracruz se ha caracterizado por ser el Poder Legislativo que hace leyes, debatir en tribuna, exponer y denunciar anomalías gubernamentales y “defender la voz del pueblo”. Grandes políticos han hecho historia y también líderes sindicales, incluyendo a consentidos y operadores de gobiernos en turno. Lo que no se perdona, son partidos políticos como Morena, que por medio de una tómbola, eligen a impresentables, sin estudios mínimos como preparatoria, con clara incapacidad y no saben ni leer una cuartilla. Y cuando ganan la elección o son emanados por la larga lista de plurinominales, no conocen su obligación como legislador, teniendo la necesidad de ser capacitados con concursos pagados con el erario estatal, para conocer lo que hace un diputado local.
De inicio, en recientes Legislaturas, se imponen a mujeres en las presidencias de las Mesas Directivas, para mostrar que esta soberanía da apertura a la Equidad de Género y sean diputadas las que dirijan las sesiones, aunque algunas no aportan nada a la dignificación de este cargo y tampoco dan buenas cuentas en encomiendas tan importantes. Casos, como en la LXVI Legislatura, la misma ya termina, donde estuvieron a verdaderas impresentables como Cecilia Josefina Guevara Guembe, actualmente sin partido político y fue presidenta de la Mesa Directiva por Morena y cuando tomó protesta no podía hablar y ella llegó por la amistad de su hijo Fernando Elías Guevara con el gobernador y próximo desempleado Cuitláhuac García Jiménez.
Los dos, tanto la diputada local por el Distrito V en Poza Rica y su hijo, el subsecretario de la SIOP traicionaron a la entonces candidata a la Gubernatura por Veracruz, Norma Rocío Nahle García, apoyando en abierto a Pepe Yunes Zorrilla y hoy se les están investigando por actos de corrupción y desvíos de recursos, en esta entrega-recepción en proceso. Cabe destacar que Cecilia Josefina Guevara es secretaria de la Comisión de Bienestar y Desarrollo Social, presidenta de la Comisión de Gobernación y vocal de la Comisión de Salud y Asistencias, las cuales, han presentado anomalías administrativas y legislativas.
La actual presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz es una operadora de los asuntos sucios y personas con ética no lo harían. Adriana Esther Martínez Sánchez fue premiada por su operatividad en sesiones donde el punto medular es imponer la ilegalidad a cualquier precio, como contratar aplaudidores, gritones, falsas manifestaciones y hasta violentar la normatividad que guarda el Poder Judicial.
Desde sus escándalos de alcoba como simple diputada local, en su primer periodo, hasta la imposición de un asesor para su oficina con cargo al Congreso Local, con el perfil de cantante en bares y restaurantes de mala muerte, este flamante asesor traicionó a la hoy presidenta, en una triste historia de “Casos de la Vida Real”, ella lo corrió y declaró su “tragedia” en ante todos sus trabajadores, llegando la información a los medios de comunicación, así como la prohibición de entrada de este “mariachi”, como venganza personal
La diputada Adriana Esther Martínez Sánchez, junto con el delincuente legislador Juan Javier Gómez Cazarín han dado la orden de prohibir la entrada a periodistas, entre ellos a la autora de esta columna, quien quiso ingresar a los filtros para asistir a una sesión dentro del pleno y los de seguridad pidieron autorización por cerca de media hora y una servidora optó por retirarse del lugar. La casa de los veracruzanos está condicionada por dos impresentables, quienes pretenden incrustarse en el gobierno de Norma Rocío Nahle y se dicen “defensores de los derechos de las mujeres”.
De los 50 diputados locales, tres o cuatro se salvan por su trabajo legislativo, pero otros son considerados como legisladores improductivos y algunos ni caso tiene nombrarlos, ya que sólo se dedicaron a cobrar cada mes y no aportaron nada en su distrito o como plurinominales. Sobre los diputados Enrique Cambranis Torres del PAN, Ramón Díaz Ávila del PT y Citlali Medellín Careaga del PVEM, como líderes de bancadas, salieron reprobados, son improductivos y negociadores del voto de sus integrantes, afectando a la ciudadanía.
Muchas traiciones por parte de los diputados del PRI, quienes operaron para el exsecretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos y además de ser legisladores, también son dirigentes del PRI, quienes negociaron las iniciativas, votos y dinero sin registrar en los libros contables del Congreso de Veracruz. Los plurinominales como Arianna Guadalupe Ángeles Aguirre y Marlon Ramírez Marín son claros ejemplos de cómo su única prioridad es la sobrevivencia política, no el compromiso con los veracruzanos. Sobre Anilú Ingram Vallines, construyó una imagen de priista exitosa y hoy, la degradación al querer ser aceptada en Morena, viéndose como una intrusa.
El caso del diputado Ky Durán Chincoya es vergonzoso, quien utilizó el escaño ganado a pulso por la comunidad Lésbico-Gay, para hacer proselitismo a favor de Morena y su diputación se ha convertido en un chiste, por ser improductiva para la defensoría de los derechos de tantas personas que han sido discriminadas. Colocar en la curul un tapete o una bandera de arcoíris, no representa un trabajo a favor de una minoría que exige respeto a sus derechos humanos.
Ya hemos advertido sobre el diputado Rafael Gustavo Fararoni Magaña, quien ha realizado negocios con el pillo y próximo exlíder de la JUCOPO, Juan Javier Gómez Cazarín y buscará la alcaldía de San Andrés Tuxtla, para sacar provecho económico de un municipio tan saqueado.
La diputada Rosalinda Galindo Silva, en su segundo periodo como diputada y otra vez, sin trabajo legislativo, tampoco haber beneficiado al Distrito X Xalapa y con su familia, se aprovechó de la protección que obtuvieron de Cuitláhuac García Jiménez. Esta diputada improductiva y sin mérito, será olvidada por los xalapeños.
El peleador callejero y diputado local por el Distrito por Tantoyuca, Roberto Francisco San Román Solana, otro improductivo quien se benefició de las relaciones cercanas con el gobernador Cuitláhuac García y obtuvo beneficios de obra pública bajo prestanombres de su hermano Gerardo, novio de la protegida del gobernador de Veracruz, Dorheny García Cayetano.
Muchos olvidan cómo diputados operaban a las órdenes del “africano” Eric Cisneros Burgos como Luis Arturo Santiago Martínez, del Distrito XXI. Camerino Z. Mendoza y el que se sentía el vicesecretario de Gobierno, Luis Ronaldo Zárate Díaz, diputado por el Distrito XII. Coatepec, quienes realizaron operatividad para que el conocido como “Bola 8” llegase como candidato a la Gubernatura a cualquier precio. Hoy son parte de los huérfanos de un gobierno corrupto.
A quien se le acaban los negocios en despachos contables y otros, es a la diputada Nora Jessica Lagunes Jáuregui, quien tuvo una relación cercana, muy cercana con el horrible y feo Juan Javier Gómez Cazarín. Es la misma, quien le tronaba los dedos al conocido “El Carón”, cuando no le pagaban los caprichos que pedía esta panista, quien se ostenta como militante del PAN y con los mayores beneficios de un simpatizante de Morena.
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