Fueron empleados del 7º Circuito del Poder Judicial de la Federación en Boca del Río quienes encararon ayer al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares al salir de un restaurante de ese municipio.
“¡Yunes traidor te vendiste al dictador!”, le gritaban, y “¡Fuera, fuera, fuera!”. Los videos de lo ocurrido se hicieron virales y los replicaron periodistas de la Ciudad de México; o sea, la protesta causó notoriedad.
Nadie duda que hay verdadera molestia entre los trabajadores del Poder Judicial por la reforma de López Obrador que los afecta, que se aprobó gracias al voto de Miguel Ángel Yunes Márquez, con el aval de su padre.
La protesta de ayer, pues, estaba más que justificada, pero hay detalles que necesariamente siembran la duda sobre si fue verdaderamente espontánea o estuvo manipulada.
¿Cómo se enteraron los trabajadores que Yunes Linares estaba en el restaurante al que fueron a esperar a que saliera para gritarle? ¿Cómo le hicieron para fabricar a toda prisa la manta de protesta con las imágenes de padre e hijo?
Indudablemente, ya la tenían preparada, e indudablemente andaban cazando a Miguel padre para caerle encima. La política, qué duda cabe, es de ida, pero también de regreso. Un día se lanza el búmeran y el día menos esperado está de regreso.
El 31 de marzo pasado, horas antes de que iniciara su campaña, Rocío Nahle fue recibida a gritos de “¡Fuera, fuera!”, por comensales de uno de los cafés de La Parroquia, rechazo que se hizo viral en las redes sociales.
Cercanos a la hoy gobernadora electa dijeron que los manifestantes eran gente de los Yunes de El Estero, quienes los habían enviado para reventar la conferencia de prensa que Rocío iba a ofrecer; o sea, sembraron la duda de que la protesta hubiera sido espontánea. Los azules nunca se deslindaron.
Ya todo lo demás es historia. Rocío ganó en forma abrumadora, la oposición perdió, aunque los Yunes azules ganaron un escaño en el Senado, pero Nahle asegura que nunca los perdonará por la campaña que descrédito que desataron en su contra.
¿Estuvo su mano ayer detrás de la protesta? ¿Ahora es ella la que los vigila? ¿Es cierto que no les dará tregua?
La protesta del “Fofo” Ramírez por la aplanadora de Morena
Sin esperar al reparto final, ayer el dirigente del PRI estatal, Adolfo Ramírez Arana, acusó al OPLE de que estaba permitiendo sobrerrepresentación de Morena en el Congreso local. No ocurrió tal. La presidenta del organismo, Marisol Delgadillo Morales, fue clara: el acuerdo que se tomó puede impugnarse si se prueba alguna irregularidad.
Todo hace pensar que lo que “Fofo” Ramírez pretendió fue tratar de desviar la atención para evitar que se note el desastre de su partido bajo su dirigencia, pues lo único que rescata del proceso son dos tristes diputaciones plurinominales, lo que no le da siquiera para tener su propia bancada.
Lo que el señor debió haber dicho con pruebas en su conferencia de prensa fue que ya pagó lo que se le debe a los trabajadores, y por qué, sin tener méritos frente a otros militantes que se fajaron, le otorgó lugar de privilegio a su esposa Ana Rosa Valdés poniéndola en el primer lugar de la lista de candidatos plurinominales para que alcanzara una curul, o sea, nepotismo partidista puro. Para eso quiere el poder.
Ahora falta, y no me extrañará para nada que así ocurra, que la señora de los privilegios termine sumándose a los votos de Morena, aunque no la necesiten para nada, pues los guinda tienen los votos suficientes para hacer y deshacer.
A dos diputaciones, a solo dos diputaciones, y eso plurinominales, ni siquiera por votación directa del electorado, ha quedado reducido el PRI en Veracruz.
Licencias de conducir, permanentes, ¿y placas también?
Toman la delantera en la CDMX. Ayer, Héctor Ulises García, secretario de Movilidad del gobierno de Clara Brugada anunció que a partir del próximo mes los habitantes de la capital del país podrán acceder a la licencia de conducir permanente. El trámite tendrá un costo de mil 500 pesos. El beneficio será para quienes tengan un buen historial.
Aquí sí tiene que reconocerse que es una decisión atinada y que, además, hace volver la vista hacia los gobiernos anteriores y a todos los deja mal: ¿por qué no tomaron una decisión así antes? La respuesta es sencilla: porque tanto el canje de licencias como de placas de vehículos se volvió un jugoso negocio.
Allá ahora se trata solo de las licencias de conducir, pero se podría ampliar a las placas. ¿El resto de los gobiernos de Morena en todo el país secundarán al de la Ciudad de México?
Es una práctica común que cada que llega un nuevo gobierno sangran a los automovilistas y dueños de vehículos con el cambio de placas metálicas, que bien podrían seguir utilizándose porque están en buen estado, pero las cambian para sacarle dinero al contribuyente y además para grabarle alguna imagen que les sirva de propaganda.
¿En Veracruz la señora Rocío Nahle beneficiará a los veracruzanos con alguna medida legal para que licencias y placas sean permanentes y no se continué con el sacadero de dinero?
Cada día aumentan los decapitados en Veracruz; ¿pronto seremos otra Sinaloa?
¿En dónde están el gobernador Cuitláhuac García, la fiscal general del estado Verónica Hernández Giadáns y el secretario de Seguridad Pública Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, que no han salido a informar sobre el incremento del número de decapitados por todo el territorio estatal?
¿En dónde quedaron sus cifras alegres de que han bajado los índices de homicidios, de que los casos que se dan prácticamente a diario son aislados, de que Veracruz es uno de los estados más seguros del país?
El gobierno estatal está rebasado por la delincuencia, el caso de los jóvenes “levantados” (secuestrados) y luego ejecutados o desaparecidos va en aumento alarmante, la ejecución de ganaderos y empresarios no para, no se esclarece salvo algún caso y los veracruzanos cada día se sienten más inseguros.
¿Tiene caso que al frente de Seguridad Pública esté un miembro de la Marina? ¿Tendrá caso que en el gobierno de Rocío Nahle arribe al cargo alguien del Ejército o de la Armada de México si las cosas no van a cambiar? Ah, pero eso sí, no se diga del asalto que cometen, cada que pueden, los policías a los ciudadanos por cualquier o ningún pretexto.