Malas noticias para el papá de Cazarín. Rocío Nahle tiene bien claro lo que es el nepotismo y se apegará a la ética que pregonó Claudia Sheinbaum
No sabía el hijo de Isidro Pulido Reyes que cundo dijo: “Las gentes son muy mezquinas y yo lo digo así. Hoy están celebrando una frase que dijo claudia Sheinbaum, ‘no habrá nepotismo y ya no se heredarán los puestos’”, podía estar refiriéndose a la gobernadora electa de Veracruz. Eso lo dijo y fue aplaudido por el padre de Juan Javier Gómez Cazarín, quien ya tenía en mente heredar el cargo. Recientemente Rocío Nahle se dio a la tarea de aclarar que, al invitar a José Manuel Pozos Castro y José Manuel Pozos del Ángel, padre e hijo, no estaba actuando con nepotismo. Y no es nepotismo porque los Pozos no son parientes de Rocío Nahle, ni el padre le está legando el cargo al hijo. Sobre el tema comenta de manera puntual el periodista Arturo Reyes Isidoro: “Pero lo que me llamó la atención fue su interés en aclarar de inmediato el caso, es decir, su defensa de apego a la legalidad y a la ética, lo que nunca hizo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez ante los reiterados señalamientos que se le hicieron durante su sexenio de estar beneficiando desde el poder a su familia. Además del ángulo legal, cuando habló de que no es el padre quien sucede al hijo en un cargo de elección popular, se entiende que Rocío estaba interpretando el lineamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum de prohibir por ley que ediles, diputados y senadores puedan suceder a un familiar directo en los cargos de elección popular, además de que haya reelección para dichos puestos”. Malas noticias para el padre de Juan Javier Gómez Cazarín, alias “El apestado”, pues la próxima gobernadora sí se pegará a los valores éticos que pregonó la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ahora entendemos por qué Rocha Moya, a pesar de tanto en contra, no cae. Atrás de él están los hijos de AMLO y Amílcar Olán
Son muchos los agravantes en contra de Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa. Desde antes de que fuera candidato, desde que ya era candidato, incluso siendo gobernador, hay elementos y evidencias que acusan su relación con el Cártel de Sinaloa. El mismo Rocha Moya se lo dijo al periodista Salvador García Soto: “Pues, mira Salvador, no nos hagamos pendejos. Aquí todo mundo sabe cómo está la cosa. Yo fui y hablé con ellos, los conozco porque soy de Badiraguato. Y yo fui a pedirles su apoyo. Quien te diga que quiere gobernar Sinaloa y no tiene el visto bueno de ellos, te miente. Así es la cosa aquí, para qué nos hacemos pendejos”. A pesar de eso, el presidente de México lo cobijó lo respaldó, lo levantó. ¿Por qué? El periodista Carlos Loret de Mola nos contesta: “¿Cuál es ese blindaje? Hoy en esta columna revelamos una fotografía que parece exhibirlo. Aparecen juntos, departiendo a nivel Grandes Ligas de beisbol, dos hijos del gobernador Rocha y Amílcar Olán, el operador financiero de El Clan, la red de tráfico de influencias y corrupción de los hijos de López Obrador. Amílcar, quien se convirtió en contratista multimillonario el sexenio pasado, llegó a hacer negocios con el gobierno de Sinaloa por recomendación de sus íntimos amigos Andy y Bobby López Beltrán, los hijos del expresidente de México. Y le repartieron contratos a manos llenas: salud, obra pública. Los hijos de AMLO y los hijos de Rocha Moya. Una misma generación en el poder. Los juniors del bienestar”. ¡Ahora entendemos! A Rubén Rocha lo respalda la nueva “mafia del poder”.
López Obrador hubiera aplaudido. Claudia Sheinbaum pide que le regresen su programa a Gustavo Macalpin, corrido al aire por el dueño de Canal 66
Que le quitaran el programa de noticias a un periodista crítico hubiera sido motivo de festejo para López Obrador, quien siempre consideró a la prensa crítica como una prensa incómoda, rastrera, vil. Seguramente López Obrador le hubiera echado una llamada al dueño de Canal 66, Luis Arnoldo Cabada, para felicitarlo e invitarlo a la mañanera para que se tomara un café con Lord Molécula. Pero la presidenta Claudia Sheinbaum actuó de otra manera. Al enterarse de que Gustavo Macalpin, quien conducía el programa Ciudadano 2.0, fuera despedido por el dueño del canal, Claudia Sheinbaum declaró: “Pues que le regresen su programa, ¿no? Le pregunté a Marina que estuvo hoy en la mañana, me dijo que no obviamente `no estoy de acuerdo´. Evidentemente, pues es una decisión del director creo que es Canal 66 de Baja California, pero si la razón fue porque habló mal de la gobernadora o de alguien, no es correcto desde mi punto de vista”. La verdad, en los pocos días que lleva como presidenta, Claudia Sheinbaum está mostrando que no piensa seguir el mismo derrotero de López Obrador, al menos no en lo que tiene que ver con su relación con los medios informativos.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra