Calientita, por decir lo menos, estuvo la última visita que Andrés Manuel López Obrador hizo como presidente a nuestra entidad. Esta vez al “Centro Cultural Leyes de Reforma” del puerto jarocho, casa que habitó Benito Juárez. Y es que si por un lado sus fieles lo recibieron con el clásico: “Es un honor estar con Obrador”, los trabajadores del Poder Judicial le restregaron casi en la cara: “Dictador, dictador” además del consabido “traidor, traidor”.
Esto puso de un humor de perros al gobernador Cuitláhuac García que quería que la visita fuera tersa y sin mácula, porque tenía un asuntito urgente que tratar con el presidente. Pero no pudo evitar ni los improperios, ni el vuelo de una botella. Aunque de ahí en fuera no hubo nada nuevo para contar.
López Obrador repitió (como lo ha hecho en las últimas semanas), que una vez que se desprenda de la banda tricolor se alejará de la política, se dedicará a escribir sobre la riqueza cultural de México y garantizó que en poco tiempo Claudia Sheinbaum será una presidenta para presumir. “Va a ser la mejor presidenta del mundo, la mejor presidenta del mundo, no los estoy choreando, les estoy diciendo la verdad porque necesitamos decir la verdad”.
Ora pues.
Quien escuchaba desencajado y con la vista puesta en quién sabe dónde era el gobernador. Y es que casi al entrar al inmueble alguien lanzó una botella de agua contra el presidente que le pasó cerca, pero que Cuitláhuac alcanzó a malabarear.
Unos dicen que fue lanzada por un trabajador del Poder Judicial, otros aseguran que se trató de un “montaje” de los morenos para acusar de agresión al Poder Judicial. Pero este incidente echó por la borda el deseo del gobernador de hablar con Andrés Manuel para tocarle el tema de Claudia.
Y es que nomás no ha visto claro con Claudia que el 11 de agosto dijo que Cuitláhuac estaría en su gabinete.
¿Así lo dijo la doctora?
Bueno… no precisamente. Lo que dijo fue: “Todos los compañeros que están dejando sus gobiernos estatales van a participar en el gobierno federal. Los he invitado, es el caso del gobernador de Chiapas, de Tabasco, de Veracruz y al de Puebla también lo he invitado a participar”.
Pero Cuitláhuac se emocionó más de la cuenta ya que después de esas palabras se veía como Secretario de Gobernación, de Relaciones Exteriores, de Economía, de Educación Pública, de Energía o ya de perdida del Medio Ambiente. Luego como director del IMSS, del ISSSTE, SAT, ASF, FONATUR, PROFEPA, INFONAVIT, Canal 11 o aunque fuera en la dirección del Servicio Postal Mexicano y no le tocó nada.
Claudia Sheinbaum, su amiga, su cuatita del alma y compañera de lucha ni lo ha volteado a ver.
Hace unas semanas apareció en una lista como futuro director de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), pero es la hora en que la presidenta electa no se ha comunicado con él para ratificarlo,
El problema es que ese puesto se le hace muy poquita cosa y lo quiere permutar por algo mejor.
De ahí su urgencia por hablar este domingo con su hacedor a ver si le echa la mano como embajador de México en Cuba.
Trascendió que el botellazo que no dio en el blanco irritó a Andrés Manuel que le dijo “aguántame tantito” cuando Cuitláhuac le pidió hablar en privado. Luego se vino el tiempo encima y el tabasqueño se fue dejando al más honesto de sus pupilos impotente y frustrado.
Pero botellazos aparte y aunque Claudia no se ha dignado dirigirle la palabra, al parecer la decisión ya está tomada: o acepta la dirección de la Conuee o se va derechito a la fregada.
Cien millones de pesos bien invertidos
De unos años para acá, al menos tres alcaldes le metieron mano al bulevar Independencia de Tuxpan solo para empeorarlo. Banquetas sumidas, levantadas o quebradas, eran parte del paisaje cotidiano por donde transitaban, también de manera cotidiana, cientos de tuxpeños que se sabían de memoria dónde estaba cada hoyanco o cuarteadura.
Por eso cuando a principios de este año la actual comuna presidida por José Manuel Pozos Castro anunció una inversión de 100 millones de pesos para rehabilitarlo, lo escuché con escepticismo.
Pero meses después el cambio de palpa. Y es que desde el puente hasta el Parque Ribereño (una distancia de seis kilómetros y medio) el bulevar presenta otra cara.
Los 6.5 kilómetros de banqueta no está recubiertos con cemento o concreto hidráulico, sino con losetas que le dan más vida. Se respetó el entorno ecológico y solo se quitaron los árboles de ficus que rompían el cemento, para cambiarlos por framboyanes. Si antes había un poste de alumbrado público cada 200 metros en promedio, hoy hay una luminaria con luces led cada 15 metros, lo que brinda más belleza al bulevar y más seguridad a los paseantes.
Ya solo faltan detalles para su inauguración, pero me tocó ver las pruebas de luminosidad que se están haciendo y te aseguro lector, que si de día esa avenida se ve atractiva, de noche luce bien guapa.
Si no me crees, visita mi tierra con tu familia lector y luego hablamos.