En los diarios de ayer, en los noticieros de radio y televisión, en las redes sociales; en antros y cantinas, en cafés y restaurantes, en las iglesias, en escuelas y mercados, dos fueron las palabras que acapararon la conversación: Yunes y traidor. Palabras que trascendieron nuestras fronteras, lo que quiere decir que los Yunes Linares-Márquez ya son conocidos mundialmente como lo que son.
¿Qué se sentirá lector, que en cuestión de horas el mundo se entere que eres un perjuro y renegado? Que en lugares remotos donde no tenían ni idea de tu existencia, ahora sepan que existes y eres un filibustero, tramposo y traidor.
Futa…
De hoy en adelante a donde vayan y para donde se muevan (de Groenlandia a la Patagonia, de Libia a Sudáfrica, de Rusia a Portugal, de Mongolia a la India, de Israel a Japón, de Australia a las Islas Fiji y del café La Parroquia del puerto de Veracruz al café La Parroquia de Xalapa), Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo del mismo nombre se expondrán a que les griten “Traidor, traidor, traidor”, porque la palabra la llevan tatuada en la frente.
Ayer el senador Miguel Ángel Yunes Márquez que según su papá siempre da la cara, se volvió a esconder, puso en modo “no me estén fregando” su celular y no estuvo localizable.
Quien salió nuevamente a darle el pecho a las balas fue precisamente su papá, pero de manera lamentable.
Ante el periodista Manuel Feregrino justificó la decisión de su hijo, aseguró que el voto a favor de la reforma judicial fue una decisión razonada, estudiada y analizada. Dijo al menos en tres ocasiones: “No se traicionó absolutamente a nadie”, calificó de absurdos e injustos los epítetos contra su junior, dijo que no nada más su vástago votó a favor de la reforma, se fue contra las redes y los medios de comunicación y remachó, más para convencerse a sí mismo que para convencer a la nación: “Yo preguntaría ¿a quién traicionó Miguel o a quién traicionamos? A nadie absolutamente”.
Vaya inmoralidad.
Y en otra frase desafortunada y cínicamente falaz, aseguró que no pactaron con nadie, cuando hasta el más neófito sabe que les ofrecieron dos cosas: cárcel o impunidad. Y optaron por la segunda aunque llevara implícita la traición.
Las últimas 48 horas deben ser las más negras en la vida del ex gobernador de Veracruz, porque fue humillado públicamente y exhibido mundialmente como un traidor por uno de sus más enconados enemigos. Y porque esa humillación le costó la carrera política a su hijo mayor.
¿Con qué cara, pero sobre todo con qué partido, va a buscar Miguel Ángel Yunes Márquez la gubernatura en 2030?
Un sesudo analista político comentó que Yunes Linares está lejos de perder su influencia en el puerto jarocho y en Boca del Río. Y que le puede servir a Morena para ganar en las elecciones del 2025 esas dos joyas que le hacen falta a su corona.
Pero como si lo hubiera escuchado, López Obrador dijo en su mañanera de este miércoles que Morena no necesita de los Yunes Linares-Márquez. Y es verdad.
Ya los usó, ya los utilizó para lograr sus fines, ya los humilló y exhibió como traidores, ya los nulificó políticamente. ¿Qué más le queda?
Exacto, lector.
Darles una patada en el trasero. Porque eso y no otra cosa se merecen los traidores.
La postura de Pepe
Minutos después de que Miguel Ángel Yunes Márquez doblara las manos e hiciera público su voto a favor de la reforma judicial, José Francisco Yunes Zorrilla (que ha sido alcalde de Perote, diputado, senador, candidato a la gubernatura de Veracruz y es uno de los políticos más íntegros que tiene este país), dio a conocer su postura:
“Comparto la indignación de quienes se sienten traicionados con el voto de YoconYunes (Miguel Ángel Yunes Márquez) contra el PJF. No lo entiendo. Hicimos frente para contener a Morena. Había que honrarlo con coraje. No hacerlo es traicionar la confianza de mucha gente. Reitero mi firme oposición a este atraco”.
Pepe, que no tiene ningún parentesco con los Yunes de El Estero, sólo la coincidencia del apellido, debe sentirse muy defraudado por quienes fueron sus compañeros de lucha en las elecciones pasadas y a quienes consideró quizá hasta el martes, sus amigos.