El pasado 29 de julio, el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares lanzó una seria amenaza contra el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, la gobernadora electa Rocío Nahle García y la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns.
Estaba muy molesto por lo que calificó como una persecución política-policíaca contra sus hijos Miguel Ángel y Fernando, a quienes se les trataba de impedir que llegaran uno al Senado y el otro al Congreso local, para lo cual se les armaron carpetas de investigación y se les dictaron órdenes de aprehensión.
“Esto es claramente una agresión personal, no un acto de justicia. Por eso, en su momento, pasaré las facturas. Lo haré yo, nadie más. Reitero, es una agresión personal, no es un acto de justicia y así la registro. Nunca me he metido con los hijos de un adversario. Es una bajeza. Se metieron con los míos. Aunque sea lo último que haga en la vida, se los cobraré a todas y a todos los agresores. No tengan duda. Nada es para siempre, tampoco el poder”, proclamó a los cuatro vientos.
“Vienen más escándalos, más denuncias, más acusaciones y seguiremos defendiendo y los dejaremos en ridículo como los venimos dejando en ridículo (…) es increíble formar un grupo de persecución, así se llama, está integrado por Cuitláhuac, un representante de Nahle, la fiscal (Hernández Giadáns), la fiscal de Investigaciones Ministeriales, seis, cinco fiscales, más cinco fiscales estatales dedicados a la persecución política, seis jueces. Tenemos los nombres de todos”.
¿Acaso con la negociación que hicieron con el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, de votar a favor de la reforma judicial a cambio de desaparecer las órdenes de aprehensión que hay contra ellos, Miguel Ángel papá inició ya su venganza, para empezar dejándo en ridículo a los de Veracruz que pretendían frenarlos políticamente tratando de enjuiciarlos y meterlos a la cárcel?
El martes, Cuitláhuac, Rocío y Verónica ya tuvieron una muestra del alacrán que se echaron encima, de su audacia y habilidad para escalar hasta los más altos niveles aun a costa de su imagen y prestigio (o desprestigio) personal, y su siguiente paso podría ser que le reclamen a Claudia Sheinbaum que a cambio del favor que les hicieron obliguen a que les abran las puertas de Morena en Veracruz e incluso les den un cargo en la dirigencia estatal, pues amor con amor se paga.
Ellos aplicarían la máxima a mí no me den, pónganme donde hay, como lo hicieron en el PAN cuando Alejandro “Pipo” Vázquez Cuevas les abrió una rendija, ellos se les colaron, pronto le quitaron el control del partido y terminaron obligándolo a irse de las filas azules.
De la astucia de Yunes Linares, todo el fin de la semana pasada y el inicio de la actual quedó constancia con la jugada que le hicieron a su ahora expartido, el PAN, hijo y padre se alternaron por algunas horas el escaño y finalmente terminaron en los brazos de López Obrador cuando votaron a favor de su reforma, pero, además, se agenciaron el agradecimiento de la presidenta electa, una jugada de carambola solo de profesionales.
En todo ese tiempo, además, tuvieron los reflectores de los medios encima y se volvieron tendencia nacional en las redes sociales mientras que nadie hablaba de Cuitláhuac, Rocío o Verónica. Los borró por completo, de ese tamaño es la distancia que hay entre él y sus enemigos locales, y ahora, por lo menos, ya metieron el pie para trabar la puerta de Morena en Veracruz e impedir que García Jiménez o Nahle García, o los dos juntos, se las cierren.
El padre dijo el martes en tribuna que “nunca nos hemos doblado ante nadie, ni ante el gobierno ni ante nadie” y, según él, no negociaron “absolutamente nada”, pero, sin duda, el paso que dieron fue bien calculado: se congraciaron con el partido en el poder, que tiene una aplanadora en el Congreso federal, que tiene el poder político en todo el país, precisamente en vísperas de que se inicie el proceso electoral municipal en Veracruz.
Su voto no tenía precio cuando era decisivo para hacer pasar a la historia a su hasta entonces odiado enemigo Andrés Manuel López Obrador, cambiar el rumbo del país, dejarle un nuevo escenario a la presidenta Claudia Sheinbaum, evitar una derrota monumental a Morena, convertirse, de golpe y porrazo, en cimiento del segundo piso de la Cuarta Transformación, someter al Poder Judicial y darle a AMLO el anhelado premio de despedida que le había ofrecido Mario Delgado.
Cuando se les perdieron a sus ahora excompañeros de partido, la coordinadora de los senadores del PAN, Guadalupe Murguía, al ser entrevistada le preguntaron qué o cuánto les estaban ofreciendo por su voto, y respondió que les decían: pónganle precio.
¿Los Yunes dieron su voto de gratis? ¿Alguien lo cree? Además de pedir que los dejaran de perseguir y borraran las órdenes de aprehensión, deben haber pedido la oportunidad para Yunes Márquez de ser aspirante de Morena a la gubernatura en 2030 y, en lo inmediato, que los dejen imponer candidatos a presidentes municipales bajo los colores y siglas de Morena, además de que les dejen intacto su control político en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Alvarado-Medellín.
Miguel Ángel papá, pues, estaría posicionándose, y de qué forma, para cobrárselas a todas y a todos sus agresores, recordándoles que nada es para siempre, tampoco el poder, y lo dice quien lo ha tenido y lo ha perdido.
Y los expulsan del PAN
Por lo pronto, ayer se quedaron oficialmente sin partido, si bien podrían tener ya el manto protector de Morena. La Comisión Permanente Nacional de su partido anunció su expulsión.
La noche del martes, aunque ya tarde, la dirigencia estatal condenó el sentido del voto de Yunes Márquez, que calificó de “vergonzosa”, y lo desconoció como representante del PAN “en cualquier ámbito de la vida pública”.
Nahle tampoco los quiere
Por su parte, la gobernadora electa, Rocío Nahle, reiteró su postura del martes diciendo que no tiene ningún acuerdo con los de El Estero y que en Morena Veracruz se reservan su derecho de admisión, rechazándolos.
La secundó el todavía presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, Juan Javier Gómez Cazarín, quien dijo que no tienen la intención de abrirles las puertas de su partido y que no son amigos.
Y el Verde también los rechaza
Otro que expresó su rechazo a los senadores veracruzanos, ahora sin partido, fue el dirigente estatal del PVEM, Marcelo Ruiz.
Dijo que no existe posibilidad de trabajar con ellos en coalición o que se integren al partido Verde.
NOTA para los lectores: si compromisos me dan tiempo de redactar, habrá columna el viernes; si no, regreso hasta el martes 17.