Iniciamos la que será una semana histórica para el país, en la que tendrá lugar lo que el periódico del gobierno, La Jornada, definió mejor que nadie en su edición impresa del domingo: la batalla decisiva para la reforma judicial.
Ese medio refleja muy bien el punto de vista oficial, por lo que cuando usan el término batalla están hablando de un combate y toda refriega necesariamente deja vencidos y vencedores, pero también un reguero de cadáveres, que en este caso serán cadáveres políticos.
Pese a la sobrerrepresentación que Morena tiene en la Cámara de Diputados, que obtuvo con agandalle por la ventaja que les da tener el poder político, nunca se imaginaron que encontrarían un dique en la Cámara de Senadores.
Uno de los principales impulsores de la reforma de López Obrador, Ricardo Monreal, declaró que la que terminó fue “una semana azarosa, pesada, compleja, por la aprobación de una de las reformas más profundas que México ha experimentado y que está en proceso de conclusión”.
Un voto en la Cámara alta del Congreso de la Unión, uno solo hace la diferencia, que será decisiva para declarar un ganador y ese voto lo tenía hasta ayer la oposición, que resiste a piedra y lodo el embate del gobierno para tratar de doblegarlos con –han denunciado sus líderes– sobornos (el columnista Raymundo Riva Palacio manejó el viernes la versión de que estarían ofreciendo hasta 25 millones de pesos por voto) o abriéndoles carpetas de investigación y amenazando a sus familias.
Marko Cortés, del PAN, Alejandro “Alito” Moreno, del PRI, y Dante Delgado, de MC, han reiterado que los senadores de sus partidos votarán en contra. El sábado, en Córdoba, en conferencia de prensa, el senador suplente del partido naranja, José Manuel del Río Virgen, confirmó la postura de su partido.
La minuta, el proyecto de ley que aprobó la cámara de origen, empezó a ser revisado ayer domingo en la Cámara de Senadores y será el miércoles cuando se someta a votación. Serán horas muy difíciles para la oposición, por la presión y las amenazas del gobierno. Si resisten y no se doblan harán historia.
El viernes, Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, declaró a Azucena Uresti en Radio Fórmula: “quien iba a pensar que a unos días de que termine López Obrador y después de una sucesión de victorias esté a punto de tener su mayor derrota política. Sería su mayor derrota política que le echen para atrás no solo la reforma judicial, porque también se pueden echar para atrás la desaparición de autonomías (organismos autónomos), o sea, muchas cosas. Entonces, quién iba a pensar que a estas alturas el bloque opositor, que por cierto es producto de la votación, porque no es inventado, pueda parar esta reforma de López Obrador, no segundas partes, esta reforma que parecía imparable”.
¿Pusieron a prueba a Yunes Márquez y le tomaron la palabra?
La noche también del viernes, Ciro Gómez Leyva dejó la víbora chillando cuando en su noticiero nocturno Imagen Noticias soltó la versión de que el senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez “habría comprometido su voto a favor de la reforma”.
Sin embargo, aclaró que “en la tarde noche” habían “corrido versiones de fuentes tradicionalmente sólidas, al menos sólidas con nosotros” de que uno de los 43 senadores de la oposición “estaría siendo fuertemente presionado para votar a favor de la reforma”. No dijo que fuera cierto, sino que se trataba de versiones.
Expuso que preguntó y buscó a la familia Yunes (se entiende que para aclarar la versión) pero “no tuvimos alguna respuesta”, aunque el vicecoordinador de los senadores del PAN, Enrique Vargas, implícitamente desmintió la versión diciéndole que incluso los senadores suplentes estarán desde este lunes en la CDMX para prevenir cualquier eventualidad. Ciro aclaró también que el suplente de Yunes Márquez es su papá Miguel Ángel Yunes Linares.
Es tanto el rechazo a la reforma que las redes sociales se inundaron de comentarios dando por hecho que el también conocido como Chiquiyunes había dado su brazo a torcer y no lo bajaban de traidor, de judas, prácticamente lo lincharon en las redes.
¿Se le ocurrió a Gómez Leyva decir lo que dijo? ¿Fue un invento suyo? No lo creo. Seguramente sus fuentes estaban en lo correcto. ¿Pero por qué siendo 22 los senadores panistas al que estaban presionando era al veracruzano? La única explicación posible es que del gobierno quisieron ponerlo a prueba sobre la mano que les extendió cuando asumió la senaduría.
Cosa de recordar que el 29 de agosto, Yunes Márquez expresó a través de las redes sociales: “Aquí está mi mano para trabajar junto a los gobiernos Federal y Estatal por el bien de nuestro país y de nuestro Estado”. Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle deben haber comentado: vamos a ver si es cierto. Los Yunes guardaron silencio, hasta que al propio Yunes Márquez se le vio y escuchó decir el sábado en un video que reprodujo Fuerza Informativa Azteca: “Soy Miguel Ángel Yunes Márquez, senador por Veracruz, estaré presente en la sesión y votaré en contra de la reforma al Poder Judicial”.
De seguro no le respondió directamente a Ciro para que no lo ubicaran a través de su teléfono. Y como la ocasión la pintan calva, dice el dicho, el comentario de Gómez Leyva y las reacciones que desató no solo lo pusieron en el centro de la atención tanto mediática como en las redes sociales, en los cafés y en los corrillos políticos, que al junior se le abrió la gran oportunidad de terminar como héroe cuando vote en contra y se diga que por él no pasó la reforma.
Si se llega a consumar el rechazo por un voto de diferencia, entonces se dirá qué Nahle tuvo razón cuando trató de impedir que llegara al Senado, que ya presentía que sería el clavo que sellaría el ataúd del que pretendían que fuera un regalo de despedida para López Obrador.
Yunes Márquez podrá alegar en su defensa que él extendió su mano para trabajar con el gobierno federal por el bien del país, no para dañarlo. Debe estar feliz pues de haber estado muy delicado de salud el mes pasado, internado incluso en algún hospital gringo, hoy tiene a todo Morena comiéndose las uñas. ¿Cómo se iba a prestar a una negociación si Cuitláhuac García y su fiscal Verónica Hernández Giadáns lo estuvieron persiguiendo para tratar de meterlo a la cárcel?
Funcionario habla de ahorrar, pero no renuncia ni entrega su sueldo
Qué tipo. A inicios de la semana pasada, el presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), David Jiménez Rojas, expresó su acuerdo para que desaparezcan los organismos de transparencia, empezando por el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI).
Argumentó que la extinción generará un ahorro de 6 mil millones de pesos en todo el país y que la transparencia continuará a través de las contralorías estatales o de quien designen los congresos de los estados.
No tiene sustento lo que dice. Si se trata de ahorrar, como argumenta, ¿por qué no presentó entonces ya su renuncia para ahorrarle al erario lo que cobra y dejó en manos de la Contraloría General del Estado y la contraloría interna que informen y transparenten?
Se hace como el tío Lolo, porque bien sabe que las contralorías y la carabina de Ambrosio sirven para lo mismo: para nada, ya que sus titulares, impuestos por el Ejecutivo, están más bien para tapar todo lo sucio del gobierno y hacen solo lo que se les ordena.
El señor da por hecho que desaparecerán el INAI y los institutos estatales. Si por esas cosas de las circunstancias políticas la oposición echa abajo el miércoles la desaparición de los organismos autónomos, ya veremos si deveras está dispuesto a irse para ahorrar dinero o si se encaja y cachetonamente sigue pegado a la ubre presupuestal.