Soy de quienes no votó por Claudia Sheinbaum, en mucho por el temor de que resulte una copia fiel de Andrés Manuel López Obrador en su forma de gobernar.
Es cierto que la científica replica con exactitud algunos modos de su amado líder, como la calca de la mañanera o su defensa del gobernador de Sinaloa, presuntamente ligado con el narco, pero también lo es que toma decisiones que hacen guardar esperanzas de que ya en el poder será diferente.
Le otorgo el beneficio de la duda porque es inocultable que está totalmente sometida a los dictados y caprichos del mesías de Macuspana, quien no soltará el poder hasta el último minuto de su mandato.
Una luz, un rayo de esperanza de cambio se dio el lunes cuando Sheinbaum anunció el nombramiento de Emilia Esther Calleja Alor como nueva directora de la Comisión Federal de Electricidad.
Nadie se lo esperaba, y por su perfil es indudable que la exjefa de Gobierno de la CDMX hizo a un lado la proclama de Andrés Manuel de que los nombramientos en su gabinete eran 90 por ciento de honestidad, 10 por ciento de experiencia.
Por supuesto que la nueva funcionaria no figuraba entre los favoritos (columnistas de Veracruz y Xalapa proyectaban hasta a Cuitláhuac García para el cargo) y hasta el lunes era una completa “desconocida”. Se esperaba que llegara una figura con perfil político, desconocedor de la operación técnica, incluso que repitiera el nefasto Manuel Bartlett, pero por fortuna no fue así.
Aparte de que es mujer, la primera que ocupa el cargo, resulta destacable que llega desde abajo, por lo tanto, conoce del tema porque creció dentro de la propia CFE y es ingeniera electrónica, muy ad hoc para su nueva responsabilidad, además de que tiene maestría en Administración y Alta Dirección, que ni mandada a hacer.
Por lo que informó Sheinbaum y se lee en su currículum, Calleja Alor ha ocupado diversos cargos dentro de la propia CFE en los últimos 21 años, uno de ellos el de superintendente general de una central de generación termoeléctrica.
Se ha especializado en administración, gestión de recursos y operación eléctrica, y dentro de esta última, su trayectoria y experiencia laboral se centran en la operación dentro del proceso de generación de energía, análisis de fallas y procesos de instalación.
En algunas columnas de medios de la CDMX, se comentó que Sheinbaum optará por el mismo tipo de perfiles tanto para la Dirección de Pemex como la Secretaría de la Defensa Nacional.
Por supuesto, en el sector eléctrico fue bien recibido el nombramiento de Emilia Esther y eso seguro servirá de estímulo para los trabajadores al saber que su esfuerzo puede tener una buena recompensa.
Ojalá y ya en el ejercicio del poder se confirme que Sheinbaum hará un gobierno diferente al de López Obrador. Los nombramientos que ha hecho hasta ahora de quienes serán sus colaboradores muestran un gabinete de alto perfil al lado de mucha escoria de la que se rodeó AMLO.
López Obrador regresa en septiembre
Pues no, la visita que realizó Andrés Manuel López Obrador a Sayula y a Minatitlán no fue la última como presidente; ha anunciado que regresará al puerto de Veracruz a inicios de septiembre para inaugurar el museo dedicado a Juárez y la casa restaurada en la que vivió y escribió las Leyes de Reforma.
Por lo menos los espacios físicos existen y son conocidos por todos los habitantes del puerto, esto es, esta vez no se hará la simulación de la inauguración de una obra que no existe.
López Obrador no dijo si será su última visita o si vendrá a la “asamblea grande” que le quiere organizar la gobernadora electa Rocío Nahle.
La esposa de AMLO dice que los políticos tienen que escuchar más
En la presentación de su libro Feminismo silencioso, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de
Andrés Manuel López Obrador, dijo ayer que “los políticos y las políticas, sobre todo los que llegan al poder, tienen que escuchar más”. ¿Por quién o por quiénes lo diría? Nadie mejor que ella conoce a su esposo, el todavía presidente.
La chunga por la presunta salida anticipada de Cuitláhuac
La chunga que se ha armado con la salida anticipada de Cuitláhuac García Jiménez del gobierno del estado ha hecho que se pierda un detalle: el de su valentía.
Ahora ha anticipado que, tranquilos, por lo menos va a llegar a septiembre para dar El Grito el día 15 y festejar con la elite de Morena la noche mexicana en el patio central del palacio de gobierno.
Digo que saca por delante su valentía porque, que se recuerde, ningún gobernador se ha salvado, en su último año de gestión, de una rechifla popular y Cuitláhuac puede recibir una muy ruidosa que puede hacer historia.
No se entiende por qué Claudia Sheinbaum lo está haciendo sufrir y no anuncia de una buena vez qué le va a encargar, mientras hace otros nombramientos y llena los principales espacios, lo que ha dado pie para que ahora se hable de que lo van a enviar a una embajada.
Creo que no se la puso fácil a la nueva presidenta, ¿pues qué le puede ofrecer a un hombre que demostró con creces que es bueno para el machete, el azadón y el palo?, ¿en qué dependencia o área encajaría?
Algo cierto en lo que tampoco se repara es que la salida o no en forma anticipada de Cuitláhuac se convirtió en noticia y comentario del día porque ya no hay nada más importante que informar, el gobierno ya no da para más y solo se espera el domingo el último informe.
Según me comentan, en todas las dependencias andan súper ocupados en cuadrar todo para la entrega recepción y ya es prácticamente lo único que les interesa y muchos se preguntan por qué Cuitláhuac no programó una gira de despedida por todo el estado como su gurú López Obrador. ¿Por qué sería?
Lo cierto también es que tantos comentarios y versiones de que iría a tal o cual cargo aceleraron a muchos de sus colaboradores, quienes dieron por hecho que su jefe llegaría a un puesto con un gran presupuesto y ya daban por hecho verse en una nómina federal. Sé de muchos desencantados porque ya vieron que no va a ser así.
Los únicos que van a ganar serán los comerciantes de telas y géneros, pues ya confeccionan los paños que necesariamente van a necesitar las viudas y los huérfanos para secar sus lágrimas de tristeza y decepción. De todos modos, algunos mantienen velas y veladoras encendidas ante la foto de Cuitláhuac para ver si se les hace el milagro.