Mexicanos emigran a Guatemala

La visión de Donald Trump seguramente recibirá un revés al darse cuenta de que el mundo ha cambiado. Y esto en los temas que más le gusta manejar que es el de la migración, a cuyos integrantes quiere exterminar a como dé lugar. Si el candidato republicano conociera lo que sucede en el sur de México seguramente lo motivará a una reflexión que lo ubique en el presente.

Las caravanas de migrantes habitualmente salían de centro y Sudamérica hacia el norte, algunos se quedaban en México, otros, los menos, lograban llegar a territorio estadounidense a ver si todavía alcanzaban parte el sueño americano.

La pobreza en Estados Unidos crece todos los días, así como el número de adictos y dependientes de diferentes vicios, el paraíso que era dejó de serlo y el sueño se convirtió en pesadilla para muchos, no sólo para los inmigrantes sino para los propios estadounidenses que viven en la calle.

Ahora, ante la violencia que existe en el sureste mexicano, principalmente en Chiapas, sus habitantes decidieron invadir Guatemala para resguardar sus vidas y las de sus familias.

El narcotráfico encontró en Chiapas un campo de batalla ideal por la densidad de la naturaleza, donde pueden encontrar el mejor pertrecho sin ser vistos ni por las autoridades ni otros cárteles enemigos. Ahí se instaló la violencia en este momento, sin que la Guardia Nacional o el Ejército mexicano pueda derrotarlos.

Las caravanas que salían de Guatemala hacia México, sumaban miles de personas en busca de una vida mejor y en algunos casos, de salvar sus vidas. Ahora ven cómo vienen multitudes del norte hacia el sur y la cantidad de gente ha llegado a tal cantidad que provocó que la vocera del Ministerio de Defensa del país vecino, la mayor Ann Marie Argueta, informara que se procedió a reforzar la frontera con México para proteger la vida de la población guatemalteca.

A su vez el presidente de ese país, Bernardo Arévalo, amigo de México y del presidente López Obrador, dijo que se trata de 580 personas aproximadamente a quienes se les está ofreciendo asistencia y que escapan de la confrontación entre grupos de delincuentes que tienen lugar del lado mexicano.

Se trata de un problema nuevo para Guatemala, a los inmigrantes sólo los ha visto pasar y no se ha preocupado por la llegada o por su regreso y ahora, la instalación de quienes huyen de México. La situación de Chiapas es tan alarmante que se desplazan grupos de mexicanos pertenecientes a los grupos de la población más vulnerables, principalmente indígenas, porque de contar con recursos los afectados chiapanecos huirían hacia el norte, donde saben que pueden tener auxilio dentro de su propio país, pero sus limitaciones económicas y lo numeroso de sus familias les obliga a escoger la cercanía por sobrevivencia y llegan a pedir apoyo a las autoridades guatemaltecas, las que ya no saben qué hacer con un problema que nunca habían tenido.

Las familias mexicanas han sido atendidas en el municipio de Cuilco, en el Departamento de Huehuetenango, en la aldea Ampliación Nueva Reforma, prácticamente en la frontera con nuestro país, donde reciben ayuda de las autoridades civiles y de los soldados.

Hace unos años nadie podría imaginar que soldados de ese mismo ejército eran los que obligaban a los guatemaltecos a llegar a México para salvar sus vidas. Ahora, los soldados contribuyen a la sobrevivencia de los mexicanos que huyen de la violencia en Chiapas.

Durante varias décadas en el departamento de El Petén, donde se instaló por muchos años la guerrilla guatemalteca, era un campo de batalla interna del vecino país, atacada sistemáticamente por los militares y su presencia creó un ejército de elite llamada los kaibiles, conocidos por su fuerza y capacidad de exterminio.

Ahora, la disposición de las autoridades guatemaltecas es buena; sin embargo, el flujo de gente les ha obligado a colocar guardias a lo largo de la línea imaginaria que divide a los dos países, que impidan el paso a las personas provenientes de México

El presidente de ese país anunció que los inmigrantes mexicanos son atendidos por miembros de la Procuraduría de Derechos Humanos, que evalúan la calidad de vulnerabilidad en el que se encuentran hombres, mujeres, ancianos y niños que llegan del norte.

El pasado 28 de junio hubo una matanza de 119 muertos, y las balaceras se escuchan en la selva y en las ciudades del sur de Chiapas. La policía y el Ejército de Guatemala vigila de manera más estrecha desde el 6 de febrero de este año, que es la fecha que advirtieron que las familias de chiapanecos comenzaban a llegar a territorio guatemalteco.

El mundo cambia y las circunstancias deben ser asimiladas por la población de todo el mundo, nada se repite, aunque se trate de encontrarse algunos factores similares. La migración es un fenómeno sorpresivo que sólo debe tener como constante la defensa de la integridad de las personas que ejercen un derecho humano, el de salvar sus vidas y las de su familia.

Más de 35 mil guatemaltecos fueron contratados en la construcción del Tren Maya, no sólo en Chiapas sino en los estados vecinos de Yucatán y Quintana Roo, sobre todo los que tienen frontera con el país vecino, algunos de ellos siguen laborando en la conclusión de esta obra.

Chiapas, merece atención especial, en el epicentro de la distribución de agua del país, que, al mismo tiempo empuja el desarrollo de la industria eléctrica, y no puede estar en manos de la violencia sin afectar al resto del país.

PEGA Y CORRE.- Los conservadores mexicanos se fueron con la finta de las noticias de los medios convencionales de Venezuela, similares a los de México, que anuncian la victoria dela derecha en ese país, y hasta Vicente Fox amenazó con ir a vivir a ese país, cuando lo que puede suceder es que sólo cene y se vaya este domingo 28 de julio, cuando se llevarán a cabo las elecciones en el país sudamericano… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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