“Los fracasos hunden a los necios; a los sabios, les levantan.” – Eusebio Gómez Navarro.
Hace unos días todos los medios estatales e incluso nacionales dieron cuenta de las graves afectaciones que por las lluvias habría sufrido el cuatro veces Heroico Puerto de Veracruz.
Inundaciones en diversas colonias ante la nula o escasa supervisión de la red hidráulica de la ciudad por parte de la Autoridad Municipal, que solo patea el bote y acusa a la empresa operadora del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado, de ser la responsable, así como al Gobierno del Estado, por la supuesta falta de recursos para remediar la problemática.
Que tan grave es la situación de la gran ciudad de Veracruz, que sus calles se deshacen a pedazos por el efecto de la falta de mantenimiento, calles céntricas en el abandono total, con hoyancos que parecen más cráteres lunares que avenidas para transitar.
Los efectos de las lluvias evidencian el desinterés de la administración encabezada por Patricia Lobeida de Yunes, para remediar la situación.
La política implementada está basada en la sabia conseja de “patear el bote” o lo que es lo mismo “que lo haga el de atrás” porque nosotros debemos llevarnos su tan tradicional bono de salida que llegado el momento servirá como bono de marcha.
Y es que la proximidad del proceso electoral del 2025 –en donde se renovarán autoridades municipales- servirá para poner un hasta aquí a los integrantes del Clan Yunes de Boca del Río.
La ciudadanía de a pie, esa que sale todos los días a sudar la gota gorda y a ganarse el pan con el mayor de los esfuerzos expresa su malestar por el abandono en las colonias.
El estado deplorable del primer cuadro y de sus colonias da pena ajena, hasta los operadores de los taxis afirman que la indiferencia es tal, que ya se preparan para llegado el momento cobrar la afrenta en las urnas.
Así la ciudad más antigua de México, se cae a pedazos, pues ahorita lo verdaderamente importante es cuadrar todo al interior de la administración municipal, porque se prevé que se ejecute una auditoría forense de las arcas municipales vía el órgano de Fiscalización del Congreso Estatal, para ver porque razón no cuadran simplemente los números.
Como ejemplo el reciente Carnaval de Veracruz, en donde prefirieron gastar más de 25 millones de pesos en la contratación de un solo artista en la persona de Ricky Martín.
Y no es que tengamos algo contra el boricua, lo que si enfada y molesta es ver que los daños a las unidades particulares están ahí, llantas voladas, autos con severas afectaciones en suspensiones y amortiguadores, golpes en los tanques de combustible, unidades inundadas, mientras la autoridad hace como que trabaja y los ciudadanos sufriendo.
Ahora sí como dirían en el puerto “que poca m…”
Al tiempo.
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