“Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría.” – Casimir Delavigne.
Usted como yo sabe de la problemática que representa el tráfico vehicular en Xalapa y su conurbación. Con un parque vehicular de 163 mil 624 unidades —entre particulares y transporte público— y 24 mil 086 motos, más los vehículos que llegan de otros municipios, el caos en momentos llega a ser caótico.
A pesar de ello las autoridades de la Dirección General de Tránsito y Vialidad y la de Transporte Público poco o nada hacen resolver el problema.
Siendo justos, debemos señalar que ha sido el gobierno estatal de Cuitláhuac García Jiménez quien ha comenzado a tomar cartas en el asunto, buscando en la medida de lo posible ampliar los carriles de circulación en la Av. Lázaro Cárdenas, misma que es la carretera federal que fue absorbida por el crecimiento desmedido de la capital.
Pero aun con la construcción de dos puentes uno en la zona de la Corona al norte de la ciudad que provocó la manifestación –orquestada, claro está- de pseudo ambientalistas y otro en la zona de Las Trancas buscando con ello dar mayor fluidez a la carga vehicular que colapsa por momentos todo el tráfico en la ciudad.
Aun con todas las señales de urgente intervención, algunos continúan montados en su machito para evitar que el avance y el progreso llegue a Xalapa y la conurbación.
Y esto se lo refiero, porque un centenar de comerciantes –quizá sean menos, 80 a lo mucho- han provocado que una medida que permitía darle fluidez a la zona sur de la ciudad se echará para atrás por el capricho absurdo de hacer que la avenida que conduce a Las Trancas se volviera a convertir en doble sentido.
80 personas por encima del casi más de 823 mil personas que viven y sufren el tráfico en la capital.
Una avenida de características muy especiales, pues el espacio de circulación hace que sea solo de dos carriles, había sido por meses mejorado, convirtiéndola en un carril de un solo flujo, inhabilitando el sentido y colocando boyas y muros de contención para impedir el contraflujo.
El colapso originado por el transporte público en la zona es y ha sido caótico en el lugar. Taxistas y transportistas convertidos en amos y señores de las calles, bloquean e impiden el tráfico convirtiendo una ruta que ya había mejorado su tráfico a un asunto de cruce de 3 minutos a espacios de 20 minutos o más por la cerrazón de las autoridades estatales que volvieron a ceder a las exigencias de estos comerciantes.
El falaz argumento de que se afectaron las ventas en cuanto se limitó el tráfico a contra flujo es una barbaridad, pues si usted pasaba, antes o después, el volumen de personas que realizaban actividades comerciales a pie, es el mismo que el que existía con un solo sentido de circulación.
Ahora en cambio, el caos ha vuelto a ser presa de la zona, que elevará el número de percances y choques, todo porque a las autoridades de tránsito les tiemblan las corvas o porque ya saben que en la acción se llevarán un premio.
Que ha venido a conflictuar el tráfico en dos sentidos, para salir de Xalapa, como para ir a los Fraccionamientos Praderas y otros que se ubican en esa bifurcación, en donde el tránsito se había vuelto rápido y ahora ha vuelto a ser caótico.
Ahora con agentes de tránsito apostados en la zona, la colecta de infracciones y cuotas a transportistas y taxistas se habrá de volver a convertir en un ingreso seguro para los directivos, pues en el año de Hidalgo, se han de repetir “pendejo el que deje algo”.
Al tiempo.
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“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx