Nada oficial, pero me dan un posible gabinete presidencial.
Martí Batres, secretario de Gobernación; Marina Robles García, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales; Quiahuitl Chávez, secretaria del Trabajo y Previsión Social; Lázaro Cárdenas Batel, secretario de Energía; Susana Harp, secretaria de Cultura; Julio Antonio Berdeguë Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Social; David Kershenobich, secretario de Salud; Andrés Lajous, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores; Altagracia Gómez Sierra, secretaria de Turismo; Rosaura Ruiz, secretaria de Educación; Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana; Marcelo Ebrard, secretario de Economía; Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público; Tatiana Clouthier, secretaria de Bienestar; Roberto Salcedo, secretario de la Función Pública.
Pero, ¡ay!, no aparece el nombre de Cuitláhuac García Jiménez, flamante gobernador de Veracruz.
Muchos lectores-lectoras me escriben, muchas personas en la calle me paran, para asegurarme que el domingo hubo fraude cibernético y quieren no solo que lo diga, sino que me sume a campañas de protesta.
Muchas, muchos, me aseguran que tienen amigos, amigas, conocidos, que son expertos y que les dicen que ellos les pueden demostrar cómo se consumó ese tipo de fraude. No sé por qué, entonces, no van más allá de las especulaciones.
Un buen día, un desconocido entonces, Arturo Castagné Couturier, irrumpió en el espacio público para hacer denuncias contra Rocío Nahle, pero exhibiendo pruebas de lo que decía y afirmaba, por eso le hice eco en este espacio.
Trato de entender a los inconformes, pero en tanto expertos no demuestren plenamente el fraude cibernético, no puedo hacer ninguna afirmación. Les digo que pudo haber sido posible y que tal vez con el tiempo se demuestre, pero se necesita probarlo.
En 1988 hubo la sospecha de que se había cometido un fraude monumental, cuando al entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, se le “cayó el sistema” y luego de que Cuauhtémoc Cárdenas ganaba la elección presidencial, cuando se restableció ya ganaba Carlos Salinas de Gortari, y ganó.
Siempre hubo la sospecha de que le habían robado la elección, y solo con el paso de los años todos hemos acabado por convencernos de que así fue, aunque nunca se pudo demostrar. Incluso hoy Bartlett forma parte del gobierno de López Obrador, como para pensar que él estuvo atrás de todo. Pero es solo una especulación.
Las figuras de Xóchitl Gálvez y de Pepe Yunes despertaron muchas expectativas de que podían derrotar al gobierno y superar la elección de Estado, que se dio, y sus derrotas, hasta en tanto no se demuestre lo contrario, causaron un verdadero shock en todos los que creyeron en ellos y en su victoria.
Que se cuenten, voto por voto, dice López Obrador
Dije el martes que el lunes amaneció con un gran desánimo en una gran parte de la población, en un ambiente de funeral como no lo había visto y vivido desde 2000 cuando el PRI perdió por primera vez la presidencia de la república luego de más de 70 años.
Advierto ese desánimo en muchos, todavía, y especulaciones como el del fraude cibernético los hace reanimarse. No es que sea fatalista, pero creo que no se deben crear falsas expectativas, como que necesariamente se va a revertir el resultado. Aunque no imposible, lo veo difícil.
Pero los mexicanos cuyos candidatos no ganaron, el electorado que quedó inconforme necesita certeza de los resultados, y por eso veo positivo que tanto el presidente López Obrador como la virtual nueva presidenta Claudia Sheinbaum están de acuerdo en que se haga el recuento de votos.
“… si me preguntan acerca de que se cuenten los votos, yo respondería: voto por voto, casilla por casilla, porque el que nada debe nada teme, y la regla de oro de la democracia es la transparencia”. Un viejo zorro como él no estaría de acuerdo si no tuviera la seguridad de que, en efecto ganaron.
Recordó que en 2006, a pesar de una diferencia mínima en los resultados (cuando perdió), se negó la posibilidad de un recuento total de votos.
Sheinbaum lo secundó. Dijo que está de acuerdo en que en los cómputos distritales se abran todos los paquetes electorales que se tengan que abrir. En un mensaje por las redes sociales, expresó que están seguros del resultado.
Ya prácticamente con el poder absoluto, soltó: “Además, se requiere que exista competencia. La democracia es pluralidad, tiene que haber oposición, no es el dominio de una sola organización, no debe haber pensamiento único, eso tiene que ver más con la dictadura, con el totalitarismo. La democracia es competencia, por eso es el mejor sistema político de gobierno”.
Existen elementos de sobra para impugnar, afirma Pepe
Para el caso del estado, Pepe Yunes, luego de que había aceptado el resultado del domingo, rectificó. En una declaración ayer dijo que lo hizo con base en resultados preliminares, pero que después de cotejar las actas que presentaron sus representantes y que tendrían que validarse en los cómputos de este miércoles, notaron que hay elementos de sobra para impugnar la elección, para que sean los tribunales electorales los que resuelvan.
Se le preguntó qué diría a quienes votaron por él. Respondió que hará valer, “como demócratas que somos” cada uno de los votos, para que rija en los próximos seis años de gobierno en Veracruz lo que los veracruzanos determinaron. En un mensaje a través de las redes sociales dijo que la impugnación será para darle certeza electoral a los veracruzanos y en beneficio de la legitimidad de quien después del proceso resulte electo.
Expresó que “hasta donde tope, sin ningún titubeo”, van a defender el voto de quienes sufragaron. Recordó que durante el proceso señaló oportunamente que los gobiernos se inmiscuyeron indebidamente, que se utilizaron recursos públicos en beneficio del partido oficial y sus candidatos y que se utilizaron y condicionaron los programas sociales utilizando la estructura de su operación para que el día de la jornada se convirtiera en estructura de movilización a favor del partido y de las candidatas y candidatos del gobierno.
Qué bueno, pues, que las partes coinciden en dar certeza al resultado de la elección. El recuento de votos, la revisión y confrontación de actas, contribuirán a hacerlo, al menos eso creo.
En forma abierta, en este espacio mostré mi preferencia por Xóchitl Gálvez y Pepe Yunes. Qué bueno que los dos van a impugnar, qué bueno por quienes creyeron en ellos. En mi caso, creo que es posible que se corrijan cifras y que cambie, en algunos casos, el número de diputados y senadores para algunos partidos. Es posible. Veo más difícil que se reviertan las votaciones para presidenta y gobernador.
Lo que queda, vigilar la actuación de los nuevos gobernantes
Si se reconfirma que el oficialismo ganó, no debe regateársele el triunfo. Para muchos no será fácil, pero tiene que superarse la derrota de su candidata-candidato. Lo que sí, creo que con la misma inconformidad, los mexicanos y los veracruzanos debemos mantenernos vigilantes de que no se cometan abusos, de que no se permitan más los actos de corrupción, de que se respeten la Constitución y sus leyes y de que no se quiera atentar con los órganos autónomos, incluyendo la Suprema Corte de Justicia de la Nación, necesarios para mantener el equilibrio del poder.
En el caso de la oposición, de lo que queda de la oposición, en lugar de estar lamentándose, debe de alistarse para la batalla electoral del próximo año, cuando se renovarán los ayuntamientos, proceso que encienden más las pasiones.
Todo indica que hay una recomposición política en la geografía estatal. ¿Es que quedaron aniquilados los poderes regionales que eran sustento de los partidos opositores?
(En Xalapa, en una nueva plaza comercial de la avenida Lázaro Cárdenas, recién se abrió un gimnasio, al parecer franquicia de uno de la CDMX. Pero, ojo políticos, trabajan con estrategia. Cobran relativamente barata la membresía, y ahora que ya tienen un buen número de afiliados y que empiezan a estar en forma, les acaban de anunciar que como plus habrá promociones: los primeros lunes les regalarán pizza y los primeros martes de cada mes, pan. Los quieren cautivos… ¡y gorditos!, pa’ que no baje el negocio.)