Han sido incontables y hasta chocantes las ocasiones en las que Andrés Manuel López Obrador ha sacado a relucir las inmaculadas virtudes de Cuitláhuac García, como su honradez y honestidad. En abril del 2019 dijo en el puerto de Veracruz: “Cuitláhuac es incapaz de engañar, incapaz de llevar a cabo una acción perversa en contra de nadie; no es de malas entrañas, es honesto y honrado”.
Puro choro.
Cuitláhuac es un tipo falaz, perverso como pocos y con muy mala entraña. Los cientos de veracruzanos a los que ha perseguido y encarcelado injustamente no dejan margen de duda y lo pintan de cuerpo entero.
Pero Andrés Manuel no quiere verlo así.
Si en diciembre del 2021 dijo sin ningún tapujo que Cuitláhuac es uno de los mejores gobernadores que ha tenido Veracruz, en marzo de este año no se midió al calificarlo de gobernador excepcional.
Es evidente que el prisma con que mira a su pupilo, no es el mismo con el que lo ven la mayoría de los veracruzanos que lo han tenido que soportar todos los días por casi seis años.
Y tampoco es el mismo con el que lo miran algunos medios de comunicación.
El portal de noticias Animal Político acaba de revelar que entre 2020 y 2023, el gobierno de Cuitláhuac García utilizó a beneficiarios de programas sociales para crear una red de empresas “fantasma”, y desviar al menos 439 millones de pesos. Esto se hizo siguiendo el mismo esquema que utilizó el exgobernador Javier Duarte.
Puedes apostar lector, a que esta investigación periodística es apenas la punta de la madeja de un escándalo de corrupción de la misma proporción que el que llevó a Duarte a prisión. Pero en estos momentos, la sola noticia, está zarandeando aún más la maltrecha embarcación en la que Rocío Nahle pretende llegar a la gubernatura.
Y es que cada escándalo de ese calibre protagonizado por la propia Rocío, su marido José Luis Peña, su yerno Fernando Bilbao y miembros o ex miembros de la actual administración, son votos menos para ella.
¿Cuántos? Eso se sabrá después de la elección.
Pero además, (y esto lo ha pasado por alto la zacatecana), cada madre con un hijo secuestrado o desaparecido, cada padre con un hijo enfermo de cáncer, cada campesino clamando por apoyos (nos estamos muriendo de hambre y ellos chingándose la lana en sus campañas), cada mujer maltratada, cada burócrata despedido injustamente, votará por Pepe Yunes Zorrilla.
Cuitláhuac también le restará votos a la señora, no porque sea muy popular que jamás lo fue, sino porque gracias al reportaje de Animal Político está confirmando ante los veracruzanos su condición de corrupto y sinvergüenza.
¿Que ya ganaron como gritan los corifeos de Nahle? Pues no parece.
Este lunes circuló profusamente un audio donde se escucha al líder estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, quejarse con un interlocutor no identificado: “Mira compa, la neta está de la chingada esto; los enlaces valen madre, ni un cabrón la levanta. Yo ya estoy haciendo mi recaudación con los compas del gobierno pa poder llevarme algo. El gober ya me dio luz verde y no hay pedo, porque no creo que esto vaya a salir bien. Ya estoy hasta la madre que pa todo me regañe la señora; no soy pendejo de nadie”.
Ya podrá decir el tipo que le clonaron la voz, que utilizaron inteligencia artificial o que a Chuchita la bolsearon, pero es su voz y su sentir sobre una campaña electoral que nunca levantó lo necesario.
La noche se le viene encima a Rocío Nahle. Ya no hay encuestadoras que quieran seguir mintiendo con sus 30 puntos de ventaja. Sus “leales” colaboradores como Esteban, están sobre la cubierta viendo a ver qué agarran antes de saltar del barco donde empieza a cundir el caos.
Y en Palacio de Gobierno, Cuitláhuac García acaba de descubrir con sorpresa que a él también lo engañó el presidente, porque ni es honesto como le ha dicho y está a años luz de ser honrado.