Luego de la Odisea que llevo a cabo el ex secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, desde el momento en el que se vio en el segundo lugar de las encuestas de Morena y de un previo impulso de su ex secretario de Seguridad Pública durante su gestión al frente de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Manuel Mondragón y Kalb, quien, al ver que su hermano Marcelo se quedaba en el partido, prefirió buscar nuevos horizontes a pesar de que cuando lo apoyaba afirmaba que su contribución no tenía ninguna ambición política, sólo amistad.
Ahora, la amistad ha quedado atrás y la ambición política del policía karateca, se muestra al apoyar primero a Santiago Taboada, y luego a Xóchitl Gálvez, en materia de seguridad, como si él fuera el creador de la estrategia en cuya elaboración intervino no sólo Ebrard sino el alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, quien redujo, en su momento, considerablemente la inseguridad en esa ciudad de Estados Unidos a través de un programa llamado Cero Tolerancia, que formó parte del esquema de seguridad y que se creó desde la perspectiva de Mondragón, Ebrard, y Rudy Giuliani, en los puntos conflictivos de la ciudad de México.
El alcalde de Nueva York visitó México en 2003, cuando era secretario de Seguridad Pública Marcelo Ebrard y Jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador, cuando el funcionario fue invitado por Carlos Slim, para que diera un diagnóstico de la seguridad en la Ciudad de México. Se pasearon por Tepito con una multitud de guardaespaldas y un helicóptero que cuidaba la integridad del enemigo de la mafia neoyorquina.
Toda esa experiencia, distinta a la que llevó a cabo Claudia Sheinbaum, donde se atacan las causas de la delincuencia, esa es la que le vendió Mondragón a Taboada primero y a Xóchitl después y que, ante la carencia total de proyectos en esa materia, la adoptan como una verdadera novedad, con la que aseguran terminarán con la inseguridad en el país.
Ya para 2003, fecha de la visita a México, la estrategia de Cero Tolerancia chocaba con el surgimiento de los derechos humanos en México, de tal manera que se veía antigua aunque novedosa en nuestro país. Pero si la quiere aplicar Taboada en la CDMX o Xóchitl en el territorio se trata de un modelo vetusto que no tendría cabida y se daría a notar por lo autoritario y represivo.
Pero eso es lo de menos lo que debe aquí resaltarse es que son tiempos de plagios y hay unos más expertos que otros en el tema, de tal suerte que un plagio más no importa. Así, Xóchitl Gálvez copia un modelo de seguridad ante la carencia de un proyecto propio, aunque asegure que tiene resulto el esquema de propuestas, la verdad es que no hay ideas y menos aún en el problema que trata de colocar como el número uno: la inseguridad.
Marcelo Ebrard al saber que tanto Taboada como Xóchitl, adoptaban ese esquema, atribuyó plagio de la estrategia, como la instalación de videocámaras e implementación de cuadrantes.
La oposición tuvo seis años de vacaciones, donde no fue capaz de crear una estrategia de seguridad, porque sabemos que la candidata a la Presidencia ha dicho que implementaría el modelo de Calderón al llegar al poder, claro, antes de que le ofreciera esa gran novedad Mondragón y Kalb, quien intentó apantallar con un modelo con más de 20 años de retraso. Prueba fehaciente de que cualquier idea sobre combate la inseguridad es mejor que la de Calderón.
Las reuniones que Mondragón realizaba en sus oficinas de la calle Miguel Mancera, en la colonia Del Valle, tenían una especie de ritual sagrado, más cercano a lo espiritual que a lo mundano. Se exigía puntualidad precisa y se recogían los celulares de los asistentes a la entrada y se colocaban entre trofeos de la Asociación Mexicana de Karate y fotos del presidente de dicha asociación en plena batalla de artes marciales y desde luego una al centro con su carnal Ebrard.
Pedía a, los asistentes que se despojaran de todo prejuicio del pasado, que los presentes ya no serían más morenistas, ni obradoristas sino ebradoristas, en una especie de ritual de iniciación donde la figura central era el ex secretario de Relaciones Exteriores. Todo lo que ahí se platicaba Mondragón aseguraba que llegaría a los oídos de Ebrard, después se sipo que el futuro senador le hacía poco caso a los mensajes que le entregaba su mentor en seguridad.
Mondragón vivía de los reflectores de los medios, hacía gala de sus movimientos de artes marciales y nunca desperdició un espacio en la prensa. Ahora, a pesar de haber jurado en sus liturgias sociales en pro de la candidatura a la Presidencia de la Republica, de quien llamaba su hermano Marcelo Ebrard Casaubón, que no quería cargos públicos la nostalgia por el protagonismo lo traiciona. Sin importar que debe llevar consigo siempre un tanque de oxígeno para ayudarse a respirar, tampoco le importa cambiar de bando político ni mudar de ideología como si se tratara de ropa.
Pero no sería la primera vez que da bandazos Mondragón porque fue comisionado Nacional de Seguridad en el sexenio de Peña Nieto. Se dice de izquierda pero si se ve en el espejo la izquierda es la derecha y la derecha la izquierda, así que como el egocentrismo requiere del espejo permanentemente, cualquier lado de la política es bueno con tal de estar al frente del protagonismo y encabezando la egolatría, aunque algunos le llamen traición.
Para ser claro y no dejar dudas en momentos de definiciones, Marcelo Ebrard debió deslindarse y precisar su distancia al señalar: “Su asesor es mi ex Secretario de Seguridad: el Dr. Manuel Mondragón. El modelo panista es un fracaso, están importando el nuestro”.
PEGA Y CORRE.- Las primeras elecciones de las que se tendrá resultados muy cercanos a los definitivos serán los de la Ciudad de México. El conteo rápido de esta ciudad estará a cargo del INE y no del polémico Instituto Electoral de la Ciudad de México…. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.