Nahle aclara rumores

Quien nada debe nada teme, y Rocío Nahle tomó al toro por los cuernos y paró en seco a su acusador Arturo Castagné, quien exhibió una serie de propiedades que tomó al azar para inculpar a la candidata a la gubernatura de Veracruz, por delitos que nunca dio a conocer públicamente.

Al parecer al acusador sólo le interesa que no haya contradicción en las palabras de la candidata de Morena, porque en varias ocasiones y diferentes medios de información, ha preguntado que dónde está la austeridad republicana que pregona el partido en el poder. Cuando todos sabemos que la austeridad se aplica al gasto público y no a la vida privada de las personas dentro o fuera de la administración pública.

Siendo dinero ganado honradamente no hay problema que lo regalen si así sucede, la visión tendenciosa de quienes atacan sin argumentos les impide darse cuenta de una realidad que sistemáticamente rechazan.

La acusación sobre delitos fantasma está interpuesta por un empresario sin escrúpulos como es conocido públicamente en el estado, llamado Arturo Castagné Couturier.

Inexplicable la obsesión que muestra el empresario Castagné, que invirtió dinero, tiempo y esfuerzo en visitar varias ciudades, consultar los respectivos Registros Públicos de la propiedad, y viajar a Estados Unidos para recibir videos de vecinos, donde se muestra a familiares de la candidata entrar y salir de un edificio, cuya propiedad el empresario adjudica a Rocío Nahle sin consultar siquiera a las autoridades respectivas. Su verdad radica en videos de los vecinos, donde aparece la hija de la candidata a gobernadora, quien aclaró que ella nunca ha pisado dicho inmueble y que su hija estudia en esa ciudad y renta el departamento junto con otras dos compañeras.

La obsesión por inculpar a Rocío Nahle de enriquecimiento no tiene explicación. Un empresario que se respete debe dedicarse a producir y no a andar en busca de delitos que no existen. Porque no sólo consultó oficinas de Registros de propiedad en la Ciudad de México, sino en el estado de Veracruz, en Nuevo León y viajó hasta Estados Unidos para recoger unos videos y armar un escenario que finalmente fue desmentido de manera valiente por la candidata.

Estas batallas que deberían estar fuera de toda contienda electoral, parecieran convertirse en materia de debate, que sólo perjudican a quien las dice. Ahí está el ejemplo de la candidata a la Presidencia de la República de la oposición que, en su desesperación por acercarse a la puntera en la actual intención del voto, sólo logró perder 10 puntos.

Lo primero que debería explicar el empresario de San Rafael, Veracruz, es la razón de su actuación que no parece convencer con el sólo hecho de querer un Veracruz mejor, para sus dos hijas. Si así fuera, estaría trabajando en sus empresas en lugar de viajar tanto, en búsqueda de delitos que al tratar de comprobarse caerán uno a uno, dadas las pruebas mostradas por Rocío Nahle en un programa radiofónico de proyección nacional, donde también anunció que denunciaría a este ocioso empresario recientemente preocupado por la buena salud de la honestidad en Veracruz.

Si en realidad no hay una fuerza, política o económica, detrás de estas acusaciones sería recomendable que no haya injerencia de intereses malsanos en las campañas que ensucien a todos, porque cuando hay un intento de guerra sucia no sólo se mancha la reputación del objetivo sino de quien compite, aunque nada tenga que ver con esas guerras que definitivamente ensucian la elección y hieren gravemente a una democracia que los veracruzanos construyen todos los días.

Desde luego que la defensa de Rocío Nahle fue espléndida y no dejó vacíos, la decisión de los jueces será definitiva para saber quién miente, pero como en el país la mentira campea, nada hay de castigo para los mentirosos más allá de una exhibición de su falta de honestidad.

Las pruebas presentadas por la candidata de Morena a la gubernatura fueron contundentes, incluso la ausencia del documento que la acredita como propietaria de un terreno, actualmente en posesión del banco que tiene como garantía un crédito. Ahí, el empresario Castagné no podrá asegurar o negar nada porque para tener acceso a los documentos de un cuentahabiente debe contar con la autorización judicial, de la cual carece y que pareciera nunca usó en sus indagatorias donde irrumpió en la vida privada de Rocío Nahle, violentando la protección de datos personales.

En la Ley General de Datos Personales, existe un apartado que se llama “Datos personales sensibles”, donde se advierte que está prohibida si se tiene la intención de discriminar o causar un daño grave.

El buscador improvisado de datos tiene la coartada de que la investigada es una servidora pública, pero eso no implica que se haya violentado su privacidad y la de su esposo, quien no es funcionario público, ni sus familiares, sobrinas e hija.

Pareciera fanatizado por descubrir un error que pudiera gastar la imagen de la candidata del partido en el poder. El empresario debe ser muy cuidadoso cuando se trate de explicar las verdaderas razones de su investigación que tienen muchas interpretaciones y la razón aparente, de dejar un país y un estado limpio de corrupción a sus hijas, nadie cree.

Se trata de alguien que invirtió dinero, tiempo y hasta propinas para que le agilizaran la entrega de los documentos que dice tener en su poder y fueron expuestos a la evaluación de las autoridades, mismos que públicamente la implicada, Rocío Nahle, descalificó con evidencias.

PEGA Y CORRE.- A unos días de las elecciones, en Veracruz, 10 alcaldes del PRD y del partido Redes Sociales Progresistas se unieron, junto con seguidores, aproximadamente 300, a la campaña de Rocío Nahle…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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