¿De quién son las patadas y quién se está ahogando?

Al menos en un par de ocasiones manifesté públicamente y desde esta humilde atalaya, que si Rocío Nahle resultaba candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz, sería casi una bendición para la oposición, porque su pésimo trabajo en la refinería de Dos Bocas, aunado a la promesa no cumplida a sus “paisanos” veracruzanos de bajarles el precio de las tarifas eléctricas, la harían una aspirante débil frente a la candidatura de Pepe Yunes que ya se veía venir.

Antes de su arranque de campaña y para evitarle dolores de cabeza, sus estrategas pidieron a los periodistas amigos hacerle preguntas a modo y olvidarse de Dos Bocas. Y si alguien preguntaba sobre lo de las tarifas Rocío soltaría un choro más o menos así: “La burocracia que nos enquistaron los gobiernos del pasado me impidió cumplirles como era mi intención, pero tienen mi palabra de que bajar el precio de la luz será una de las primeras acciones de mi gobierno si el voto de ustedes me lleva a la gubernatura”.

¿Algo más de lo que debamos cuidarnos? ¿Algo que estemos pasando por alto? ¿Nada? Ok, entonces listo, ya estuvo; ahora sí que arranque la campaña.

Y en esas estaban cuando el empresario Arturo Castagné soltó unos bombazos que cayeron sobre El Dorado, Tabasco y San Pedro Garza García, sitios donde la señora y su marido José Luis Peña Peña, tienen algo más que casas de interés social.

Tomada por sorpresa, Rocío dio una explicación fantasiosa: “La propiedad de El Dorado no es mía, sino de una sobrina que me la rentó”.

Castagné por su parte siguió bombardeando sobre otras cuatro propiedades, una en Estados Unidos, hasta juntar siete con un valor aproximado de100 millones de pesos. Con esas pruebas presentó este jueves en la Fiscalía General de la República una denuncia contra Rocío y su marido por corrupción, uso ilícito de atribuciones o facultades y enriquecimiento ilícito.

En medio del jaleo trascendió que el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, que estuvo en el puerto de Veracruz para respaldar a la zacatecana, se puso furioso al saber de la denuncia y se negó en redondo a asistir a una conferencia de prensa que ya estaba programada.

Cierto o no la conferencia se realizó, pero había que ver la cara de funeral que tenían Rocío y el líder estatal de Morena Esteban Ramírez Zepeta. Mario estaba furioso pero se apegó al libreto que tiene bien ensayado: “Es guerra sucia, politiquería barata, están desesperados, nos atacan porque Rocío lleva veinte puntos de ventaja en las encuestas, son patadas de ahogado”.

Para la tarde del jueves ya todo México sabía de la denuncia porque los medios la replicaron “en nado sincronizado” como diría la propia Rocío; que ya no es una candidata fuerte como pregonan sus jilgueros, ni lleva veinte, treinta o cincuenta puntos de ventaja.

¿Qué va a pasar?

Rocío tiene dos denuncias ante la FGR, una promovida por el candidato opositor Pepe Yunes y la de Arturo Castagné que en caso de prosperar la inhabilitarán para ocupar cargos públicos por veinte años. Asunto que debe tenerla sin cuidado gracias al multimillonario guardadito que ha hecho como funcionaria.

En su desesperación por darle un coscorrón mediático a Arturo Castagné, sus asesores echaron a volar en las redes un pleito judicial entre éste con una hermana. Y en caso de ser cierto pregunto ¿en qué le puede afectar políticamente ese pleito a Castagné cuando él no es candidato a la gubernatura? ¿En qué puede afectar a Pepe Yunes?

Luego entonces ¿de quién son las patadas y quién se está ahogando?

¿Prosperarán las denuncias contra Rocío?

No en este sexenio.

¿Qué tanta mella le harán a su campaña?

Habrá que ver. Por lo pronto, con qué cara hablará a sus oyentes sobre el combate a la corrupción y lo patriótico que es vivir en austeridad republicana, cuando la están acusando de tener nomás en propiedades, 100 millones de pesos y cuando se pasea en una docena de camionetas que literal, no las tiene ni Obama.

bernardogup@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

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