No cabe duda, que la zacatecana se fue cabezona de Dos Bocas, SENER y CFE.
En tres semanas han quedado a la vista inversiones inmobiliarias superiores a los 90 millones de pesos que no cuadran con el salario obtenido como burócrata en toda su vida.
Apenas anteayer se puso al descubierto su depa de lujo de Monterrey con un valor superior a los 28 millones de pesos.
A las mansiones de Dos Bocas, Coatza, Tabasco y el de Nuevo León habrá que esperar nuevos “descubrimientos” que ya le tiene preparados su verdugo Arturo Castagné Couturier.
La mansión de Cancún por revelarse ha de estar de película.
Se tiene asimismo lista la escritura de la mansión de El Pedregal, en la ciudad de México, que según su declaración patrimonial data de ocho años y le renta a su sobrina, esa que vive en un cuarterón en Veracruz para guardar las apariencias de una espectacular fortuna amasada por esta chamaca que por lo visto supera los cien millones que heredó de alguna tía rica, creo que de la “Tía Chío”.
Trascendió además la suite que tiene escondida en Miami, donde su vecino es Beltrones. Es una modestia de un millón de dólares en Brickler para que sus hijos vayan al posgrado y tengan donde dormir.
Sin embargo, lo que seguramente habrá de crispar y definir la elección de Veracruz será cuando se ponga al descubierto su fortuna en dinero.
¿Será que la familia tiene decenas de empresas y sociedades por un monto superior a los tres mil 600 millones?
Será asimismo que la DEA de Estados Unidos ya tiene documentado el ultimo traslado de dinero al paraíso fiscal de las Islas Caymán por un monto superior a los 600 mil dólares presuntamente de parte de José Luis Peña, ese angelito que ha librado, hasta ahora, cinco procesos de investigación por extorsión.
Es un tema es tan delicado que el FBI está listo para proceder.
En fin, que sigue saliendo pus del entorno de “Lady Corrupción” quien ya no sabe cómo justificar tanta rapacería.
Hemos sostenido en este espacio que a la zacatecana ¡Nada le sale! Hoy, sin embargo, tendré que tragarme mis palabras, claro que todo le sale, sobre todo dinero hasta por las orejas para comprar lo que le viene en gana porque al fin al cabo ella asegura que es producto de su trabajo.
Un trabajo muy redituable que le dio el Peje al prestarse como correo del dinero para la campaña que llevó al triunfo a AMLO en 2018.
Hoy la zacatecana transita al derrumbe.
Todo indica que su vida político electoral en Veracruz no quedará más que en una mala anécdota, un pasaje amargo de su vida en donde pensó que nadie se daría cuenta del saqueo al erario.
Ello por más que grite que es “Violencia Política de Género” y que ya como gobernadora dispondría, aparte de su nieve de limón, de 150 mil millones de pesos anuales que es el presupuesto de 8 millones de veracruzanos.
No será en esta vida.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodism