A su desconocimiento de lo que es el estado, de su inexperiencia y de su falta de oficio político, Rocío Nahle acaba de dar ahora una muestra patente de que tampoco tiene la menor idea de lo que es y cómo funciona la administración pública.
Con un ejemplo tan simple que ha repetido en sus mítines de campaña, como el surtido de “aspirinas, vendas o mertiolates” con una “camionetita” cuando se terminen en los hospitales públicos del estado, mostró que no sabe cómo funciona el surtido de medicamentos en el sector salud, regido por una planeación y programación puntuales.
El martes pasado, en Cotaxtla (relativamente cerca del puerto de Veracruz, camino a Córdoba por la autopista), garantizó medicamentos para todos los veracruzanos, lo que el actual gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, ha cumplido a medias, como en el caso de los niños con cáncer.
Expuso a todo pulmón la zacatecana: “Todos los días cada ruta va a tener su camionetita, todos los días va a salir la camionetita, por decir, a Minatitlán. Allá en Minatitlán en la computadora se va a ver que se acabaron las aspirinas, se prende en rojo la computadora, en Xalapa ven que Minatitlán no tiene aspirinas, pongan las aspirinas, pero esa camionetita va a pasar por Cosamaloapan, Tierra Blanca, por donde sea, y va a ir llevando lo que el inventario vaya marcando, todos los días”.
Antes, en Tomatlán (camino a Córdoba vía Coscomatepec), el pasado 5 de abril había expuesto de dónde le había venido lo que es una verdadera ocurrencia, luego de una visita de López Obrador a Xalapa.
“(AMLO) Estuvo en una gran bodega, que ya se construyó, que es como una gran farmacia, y ahí están todos los medicamentos, y nos va a tocar a nosotros distribuirlos, y yo estuve pensando, y ya encontré la solución, y se las voy a comentar, dije, bueno, llegando voy a hacer 20, 30 rutas, las que se necesiten, una de Xalapa a Martínez de la Torre”.
Sus proclamas, de entrada establecen que si llega a la gubernatura no preverá que siempre haya suficientes medicamentos en los hospitales públicos para que nunca falten, es decir, que esperará a que no haya para enviar su “camionetita” a surtir.
Su ocurrencia tuvo ayer repercusión nacional y le desató una lluvia de críticas luego de que el influyente diario Reforma reprodujo fragmentos de los videos en su página web y publicó una nota en forma destaca en la primera plana de su edición impresa.
Su idea de surtido de medicamentos con una “camionetita” es similar a la que hace la empresa Bimbo, cuyos vendedores-promotores llegan a una tienda, revisan en la canastilla de sus productos lo que falte o haya caducado y surten de nuevo, pero si se acaba el pan y no hay durante varios días no pasa nada, en cambio eso no puede suceder con los medicamentos ya que de por medio están vidas humanas.
Uno de los principales objetivos de la Administración pública es atender los problemas de la sociedad civil en general y para ello necesita personal con estudios en las disciplinas básicas del procedimiento administrativo. El concepto también incluye la actividad administrativa del Estado; es decir, a su autogestión para reforzar el cumplimiento de la satisfacción de las necesidades públicas (La Universidad en Internet, UNIR).
El administrador público, pues, es un profesional con amplios conocimientos en la organización del Estado, tanto en su parte administrativa como de gestión; los administradores públicos contribuyen a resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía diseñando e implementando políticas y proyectos, entre otros objetivos.
Queda claro que la Administración pública requiere de personal preparado y capacitado que diseñe e implemente políticas y proyectos para el funcionamiento de las dependencias y sus diversas áreas, labor que no puede quedar en manos de improvisados ni a merced de ocurrencias.
En las entidades públicas, como la Secretaría de Salud, por ejemplo, se tiene que planear y programar, de manera anticipada, el surtido de medicamentos para un periodo determinado, seis meses, por decir un tiempo, para lo cual se hace una licitación pública a efecto de que los laboratorios presenten propuestas técnicas y económicas, con base en las cuales se decide quién surte y a qué costo.
Normalmente (al menos es lo que aprendí a mi paso por la función pública) se tiene un stock (un suministro en existencia) y se vigila el consumo para programar un próximo pedido. El stock es para que nunca falte material (como medicamentos) y se paralice el surtido y el servicio, según se trate de cada dependencia, que en el sector salud sería dejar de atender a los pacientes, incluidos a los que están graves, por falta de medicamentos, material curativo y equipos.
En el caso del sistema de salud se trata de palabras mayores. Ahí nunca de los nuncas debe faltar algún medicamento, una aspirina incluida, según el nivel y la especialidad de que se trate, pues de ello depende la salud y la vida de una persona, sea niño, adulto o adulto mayor, hombre o mujer o del género que se trate. ¿Por quién toma a Veracruz Rocío cuando habla de aspirinas y una “camionetita”?
Cuando ella dice lo que dice proyecta la idea de que gobernaría por ocurrencias. En el caso del sector salud dispondría medidas sin ser especialista y sin conocer su funcionamiento y pasaría por alto al personal administrativo y médico, que es el que debe llevar el control de los centros hospitalarios y planear y programar el surtido para que nunca falten las “aspirinas”.
Pero sus palabras reflejan algo más: que no tiene equipos especializados por sector con los que se esté preparando para gobernar si gana, y que si los tiene no los consulta ni se asesora, y que si los consulta no los escucha. Si los tuviera ya la hubieran sacado de su ignorancia administrativa, de cómo se trabaja en los sectores del gobierno, cómo se planean y programan los programas de gobierno para que no haya déficits.
Rocío nunca fue jefa de manzana en Coatzacoalcos, ni trabajadora en alguna área administrativa del Ayuntamiento, ni regidora, ni síndica, ni alcaldesa. De su trabajo como ingeniera en Industrias Resistol de ese municipio brincó a diputada federal, luego a senadora y de ahí a secretaria de Energía. Por eso no tiene experiencia administrativa como la que se requiere para gobernar un estado tan grande, importante y complejo como Veracruz.
Administradores y exadministradores del gobierno, contadores y contralores y excontralores entre ellos, me comentaron ayer, luego de escuchar lo de las aspirinas y “camionetitas”, que no lo podían creer y se sorprendieron del grado de desconocimiento administrativo que tiene del gobierno que pretende encabezar.