La marcha del martes en Xalapa con la intención de defender a Rocío Nahle, pero que al final sirvió para que la apalearan como a piñata en época de posadas, me dejó una interrogante.
¿Dónde estaban, dónde estuvieron mujeres que tenían la obligación –se supone– de salir a apoyarla como Claudia Tello Espinosa, Ana Miriam Ferráez Centeno y Dorheny García Cayetano, quienes viven en la capital del estado?
Las candidatas de Morena al Senado y a las diputaciones federal y local por el distrito de Xalapa, respectivamente, brillaron por su ausencia. Se supuso que no se trató de un acto partidista sino de una protesta contra la violencia política de género.
Esto es, podían haber alegado que concurrían como mujeres que son, debido a lo cual también están expuestas a la posibilidad de sufrir algún día ese tipo de violencia; que se sumaban a la defensa de una causa que amenaza o afecta a las féminas.
Eso si no querían que se pensara que politizaban una marcha que no tenía dedicatoria, aunque fueron los propios promotores quienes lo hicieron desde el momento en que repartieron playeras con el nombre de la candidata.
El hecho es que no estuvieron, se abrieron o se hicieron occisas y dejaron sola a la zacatecana.
Hubo otro detalle que me llamó la atención: la concurrencia fue pobre, nada que ver con los mega acarreos de hasta 15 mil personas (según siempre presumieron) con las que la arroparon cuando solo era aspirante, en actos con el pretexto del tema energético, en el WTC de Boca del Río.
Lo ocurrido da pie a algunos comentarios
Uno. Se confirmó que se le abrió el rey del acarreo, Eleazar Guerrero Pérez, molesto porque lo relegaron a una candidatura plurinominal de los que no tienen ninguna posibilidad de llegar a una curul, así como porque no le dieron una candidatura a su vástago del mismo nombre.
Dos. Si no fue Cuitláhuac quien organizó la marcha, entonces fue el equipo de Rocío, o ella misma, y quedó constancia de la pobre, muy pobre capacidad de movilización que tienen; que la mujer necesita vejigas para flotar, esto, que sin los acarreos del gobierno está en la lona.
Tres. Se supone que Tello, Ana Miriam y Dorheny son candidatas porque garantizan miles de votos, esto es, porque las siguen miles de simpatizantes o militantes de Morena, por lo que ellas debieron haber salvado la marcha convocando a los suyos. ¿O es que no tienen ni quien las pele?
Cuatro. Quedó de manifiesto que no tienen figuras de peso de quienes echar mano para que defiendan a la señora de Zacatecas, por lo que recurren a lo único que tienen, como la docente del Tec de Misantla, que mejor se batió en retirada cuando no supo enfrentar a los reporteros.
Cinco. ¿Por qué la señora o señorita Nani, la defensora, no abrió los folders que llevaba con las supuestas pruebas de violencia contra Rocío? ¿Es que llevaba un bonche de carpetas para tratar de espantar a los Yunes, a Castagné, a los críticos, con el petate del muerto?
Seis. Los nahlistas, o cuitlahuistas, o quienes organizaron la marcha, dejaron constancia que son chambones. ¿A quién se le ocurre llegar con las acarreadas a donde ya estaba la prensa esperando? ¿Quién fue el de la idea de que, a la vista de todos, en especial de la prensa, llegara la camioneta de batea con los bultos de playeras y las repartieran a la vista de todos y de las cámaras? ¿Por qué aparecieron hombres operando un acto que era de mujeres?
Siete. Una conclusión a la que se puede llegar es que la campaña es un desastre, algo que los veracruzanos nunca habíamos visto en la historia política de Veracruz por cuanto hace a alguien que quiere llegar al gobierno. ¿Quién coordina? Hasta a la oposición le preocupa ya porque esperaban una competidora de nivel, que hasta ahora ni siquiera los ha puesto a sudar no obstante los calorones que están haciendo.
Los veracruzanos están alertas y a la defensiva
Pero hubo otro detalle que observé. Ni bien había terminado de dar su conferencia, que no fue conferencia de prensa, la defensora de Nahle, cuando, ¡zas!, ya estaban en su lugar abogadas y abogados argumentando por qué no había violencia política de género contra la candidata.
¿En dónde estaban? ¿De dónde salieron casi de repente? Y no eran unas unos cuantos. Quedó claro que los veracruzanos de verdad ya están a la defensiva para evitar a toda costa que llegue al gobierno alguien que no es del estado. No se explica de otra manera.
No sale de una cuando ya cayó en otra
Lo cierto es que la señora no sale de una cuando ya está metida en otra. Ayer todavía no se apagaba el eco de su marcha y ya estaba de nuevo otro escándalo, ahora por otra propiedad en San Pedro Garza García, Nuevo León, con un valor comercial de más de 28 millones de pesos, que está a nombre de su esposo José Luis Peña, según exhibió escrituras, constancia de inscripción en el Instituto Registral y Catastral de Nuevo León y documento de la notaría que dio fe, el empresario Arturo Castagné.
Caracho, a su residencia en Coatzacoalcos, su mansión en El Dorado (Alvarado) y otra en Villahermosa, Tabasco, ahora se suma esta de Garza García, todas valuadas en millones, aunque según el empresario hay más (lectores, conocidos míos me aseguran que en Coatzacoalcos tienen otra propiedad recién adquirida en la colonia Petrolera).
¿Es que los Peña-Nahle son muy ahorrativos y han logrado su patrimonio con el sudor de su frente por tanto trabajo? ¿Es que estamos ante la materialización de lo que Luis Donaldo Colosio Murrieta llamó la cultura del esfuerzo? ¿Es que la candidata y su esposo son unos verdaderos magos de las finanzas?
Mientras son peras o son manzanas, la señora ya se estancó y Pepe sube como la espuma, ya la alcanzó y, aunque ligeramente, ya la rebasó. Cuánta razón tenían los opositores cuando, por ejemplo, en mi caso, me pedían que alentara con mis comentarios a que ella fuera la candidata porque la veían como la más vulnerable, a la que podían ganar.
Nadie evita el golpeteo en medios de la CDMX
Pero otra cosa que me llama la atención es que también prácticamente toda la prensa (escrita impresa, digital, radiofónica, televisiva y que interactúa en las redes sociales) de la Ciudad de México se hace eco de todo lo que hace o le sale mal, incluyendo medios que son aliados o se entienden con el gobierno de López Obrador.
Si Rocío no tiene capacidad ni equipo propio para hacerlo, ¿por qué no pide ayuda en su partido, en Palacio Nacional, a Claudia Sheinbaum, para tratar de parar tanto golpeteo un día sí y otro también? ¿Por qué el presidente no ha salido a defenderla en forma abierta en sus conferencias mañaneras?
Sigo pensando que AMLO debe estar furioso con ella porque no le dijo la verdad de sus millonarias propiedades, porque lo engañó, porque con tantas evidencias que se han hecho púbicas no solo no le da margen para que la defienda, sino que lo expone a la crítica de haber impuesto como candidata a una persona muy cuestionada, pero que además lo contradice y desmiente su discurso de austeridad y combate a la corrupción. Le ha de haber caído como patada al hígado que por su causa Xóchitl Gálvez cuestionara a Claudia Sheinbaum la noche del debate.
Pero también creo que los enemigos que hizo como secretaria de Energía dentro del gabinete, como el titular de Pemex, aprovechando su cercanía con Andrés Manuel, ellos mismos cobran venganza ahora alentando el golpeteo mediático en su contra.
Y esos no son enviados de Miguel Ángel Yunes Linares ni es un montaje de la oposición. Creo que ella se ha ganado todo a pulso.