El atentado del 15 de diciembre de 2022 contra Ciro Gómez Leyva, en la colonia Florida, de la Ciudad de México, es un ejemplo claro de cómo en algunos rincones de la administración pública la actividad periodística es desdeñada. El comunicador explicó que, más que sentir impotencia o enojo por lo sufrido, le invadió una sensación de tristeza. Al mismo tiempo, las muestras de afecto y solidaridad de todos sus entornos le generaron una sensación de agradecimiento.
Ciro Gómez Leyva es de los más populares periodistas de México, el caso de su atentado traspasó las fronteras, y aunque él nunca mostró inconformidad con la tardanza y el curso que llevan las investigaciones, los compañeros del periodista alzaron la voz porque a año y medio del incidente todavía hay cabos sueltos.
Si bien han sido detenidas 12 personas. Ninguna está acusada de homicidio en grado de tentativa. De éstos han sido liberados cuatro. Lo extraño del caso es que las acusaciones de los detenidos por el atentado nada tienen que ver con el atentado. Los delitos por los que se les tiene detenidos van desde posesión de armas de uso exclusivo del Ejército hasta delitos contra la salud, pasando por posesión de droga con fines de comercio.
A los 45 días del intento de asesinato los periodistas protestaron públicamente diciendo que “estamos como al principio: sin saber quién le disparó, quién lo mandó matar y por qué. Es decir, no se conoce a los autores material ni intelectual ni el móvil”. Todo sigue igual.
Las autoridades dijeron que como no se descarta ninguna línea de investigación el universo de la investigación es muy amplio y esto lleva tiempo.
Los comunicadores han expresado su solidaridad con Ciro y han instado a algunas autoridades a tomar medidas para garantizar la seguridad de los periodistas en México, pero de ahí no ha pasado. Pareciera que el periodista es un enemigo a vencer y no un profesional que cuidar, como sucede o debe suceder con todos y cada uno de los mexicanos. Pero dentro de la 4T el Presidente tiene gente en la que no debe confiar.
Además, se han llevado a cabo manifestaciones y protestas pacíficas en apoyo a la libertad de prensa y en condena a la violencia contra los periodistas. Los medios de comunicación han cubierto extensamente el atentado y han destacado la importancia de proteger la integridad de quienes informan al público.
Ante esta situación lo menos que podemos observar es negligencia en el caso de la vida de un periodista, que si bien salvó su vida, la investigación debe ser la misma porque se castiga también la intención y se investigan las causas luego de detener a los culpables materiales e intelectuales. Pero en este caso pareciera que se sigue empezando desde cero.
Hasta la fecha, Ciro Gómez Leyva no ha desistido de la investigación sobre el atentado en su contra, como se difundió en algún momento. El caso sigue siendo objeto de procesamiento judicial y seguimiento. Las detenciones realizadas en relación con el intento de asesinato están en curso y se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes. Si bien no se ha informado de un desistimiento por parte del periodista, es importante seguir de cerca los desarrollos en este caso para obtener actualizaciones sobre su estado y las acciones legales tomadas.
El gobierno de México pareciera tener en cada periodista una piedra en el zapato y alegrarse de que haya uno menos, a juzgar por las acciones y omisiones del órgano encargado de preservar la integridad de los comunicadores, el gremio periodístico está en constante peligro todos los días a toda hora.
Es cierto que la libertad de expresión llega a límites de exceso, pero también es verdad que la indiferencia sobre la integridad de los periodistas es inédita en la historia de México. El Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que depende de la Secretaría de Gobernación que encabeza Luisa María Alcalde, ha dado muestras de que es más importante no gastar en la protección de quienes pueden ser asesinados de un momento a otro, que gastar el dinero de la dependencia.
Los periodistas que fueron dados de alta para su protección dentro del Mecanismo, han tenido que ampararse para que su resguardo continúe, hay quienes no han contado con los recursos para llevar a cabo el proceso de amparo y se quedan sin dinero y sin protección frente a una delincuencia que sabe que matar periodistas no es delito en México y si lo es, nadie sabe quién fue el que perpetró el asesinato. Porque, así como captura a narcomenudistas en lugar de asesinos en el caso de Ciro Gómez Leyva, así también se realizan las investigaciones sobre los compañeros asesinados.
Los periodistas críticos no le tienen confianza a la 4T, luego de que saben que los escoltas del Mecanismo se infiltran como espías en la vida cotidiana de los periodistas. Los empleados del Servicio de Protección Federal, tienen como su principal objetivo dar cuenta de la vida de los comunicadores antes que preocuparse por su integridad.
La batalla entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial sólo ha creado confusión en la opinión pública. Y ahora, frente a la necesidad de que haya acuerdos solo hay agresiones entre ellos. No es lo mismo amparar para detener obras del Tren Ligero, que amparar para restituirle la protección a un periodista al que se le ha arrebatado la protección en nombre de la austeridad, a pesar de que está su vida de por medio. Una cosa es impedir obras por consigna y otra defender la vida humana, la cual no tiene color, ni partido. Es una vida.
Se ha especulado mucho acerca del atentado contra Ciro Gómez Leyva, hay versiones e interpretaciones, más que seriedad en la investigación. La prioridad en el Mecanismo que encabeza Enrique Irazoque con mucha improvisación y muchos palos de ciego, es el ahorro de dinero.
Luisa María, Félix Arturo, Enrique Irazoque juegan con el Poder Judicial en un enfrentamiento innecesario y estéril, donde la víctima es el pueblo únicamente. Para los secretarios que forman parte del Ejecutivo y le dan una idea equivocada de la realidad, escogen como enemiga a la Presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, y en su batalla los únicos perjudicados son los ciudadanos.
Funcionarios de nivel medio violan los fallos de los amparos a los que varios periodistas acuden para seguir protegidos por el Mecanismo. La división de Poderes es muy clara, está asentada en la Constitución y cada poder de la Unión tiene sus atribuciones propias, de eso ha sido muy cuidadoso el Presidente, pero sus colaboradores cercanos no.
PEGA Y CORRE.- Ahora resulta que el libro del Presidente, titulado “Gracias” es objeto de estudio del tribunal electoral para ver si puede influir en las elecciones o se entromete en cuestiones de las campañas. Los mexicanos no leen, las elecciones las ganan las mayorías, pero la lectura es un ejercicio de una minoría muy reducida, pero para algunos todo es importante para justificar su derrota…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.